Cuando la prudencia hace su ausencia el desastre reina por doquier. A propósito del último desatino del gobierno de hacer una inversión innecesaria, que coloca al rumbero en la disyuntiva si gastar en comida o distraerse un rato, que bastante hace falta.
En tiempos recientes podíamos hacer las dos cosas. Hablo de la era del comandante Chávez, teníamos la capacidad adquisitiva para recrearnos y llenar nuestras neveras, no sé cuánto es la inversión en el festival que promueve el alcalde Jorge Rodríguez solo se especula, que si son millones de dólares, que lo creo porque se tienen que traer a artistas internacionales que no cobran cuatro lochas.
Esta acción demuestra un desapego con la realidad y poca conciencia. Es tratar de imponerle al país y al mundo de que todo está bien y aquí no está pasando nada, el venezolano baila porque está feliz con su situación, según la visión del gobierno.
Lo que no se percata el gobierno es que estos errores el venezolano lo observa y los anota en un librito, cuando le den la oportunidad en las urnas colocará su voto castigo, no sé quiénes son los asesores de Maduro pero vaya están haciendo un mal trabajo, seguro esos mismos que lo asesoran le dicen al mandatario que baile feliz frente a las cámaras en su programa, porque seguramente eso le dará buena imagen y puntos en las encuestas, pero ignoran que más allá, fuera de los reflectores esta una ama de casa o un trabajador haciendo magia para comprar comida.
Sigan alejándose de la realidad y cometiendo esos errores. Así continúan alimentando el hartazgo de la gente, cuando les sucedan las cosas no le echen la culpa a la fulana guerra económica, o a terceros actores para no asumir sus responsabilidades, culpen su soberbia política y su infantilismo ideológico que cada vez los hunde más, ¡BUENO ASI ESTAMOS!