El respetable anciano y, -como le dicen sus compinches (por algo será)- "sal y pimienta" del Club de los pobres, se parapeteó en la acera junto con otros de su misma baja clase, a escanciar, cc a cc, un frasco y a disfrutar un poco del aire navideño.
Y, pasó "Malena", como de costumbre, para la misa; iba tan bonita y coqueta pero lenta, muy lenta, sin prisa.
Lleva su bastón que nunca le falta y anda vestida con un tremendo camisón bien bonito.
"Malena" se parece a una princesa, por lo que la cotilla le echa flores y ella corresponde al detenerse y de paso echar una mirada inteligente al grupo de sinvergüenzas.
_¡Seguro que ustedes están bebiendo!
_Qué va que no, lo que estamos es planificando la ceremonia de año nuevo, hemos dejado la bebida, ahora vamos a dedicarnos solamente a la que hay que beber.
_ Anjá, y ese bojotico que "cabeza´e mopa" tiene escondido, ¿qué es eso?
(ella le cambió el refrán a "cabeza´e coleto" y le dice "de mopa")
_Ese es un asunto que un señor nos dejó a guardar y estamos custodiándolo.
_Muy bien entonces, qué el Señor me los cuide.
_ "Malena", si esperas un momentico voy a buscarte un trancazo de anís del bueno, sabemos que te gusta…
Y acto seguido "Malena" se zampó un buen trancazo y prosiguió para su misa.
Todo el año pero especialmente en cada diciembre uno tiene que estar pendiente de ella, es nuestra princesa más querida y siempre nos da una mirada inteligente y un buen sermón a todos.