Cada año los canales privados de televisión del país nos sorprenden con su creatividad al resumir en la misma cuña navideña del año pasado, la emoción de los 365 días vividos durante el año que se va … lleno de alegría y de prosperidad.
2016 no ha sido la excepción ya que, aunque sin la fastuosidad de otros años, este año también los canales pusieron en escena su acostumbrada cuña navideña, no obstante haber pasado gran parte del año llenando de desesperanza al esperanzado pueblo venezolano.
Los motivos de la propaganda siguen siendo los mismos de todos las décadas anteriores: alegrías, villancicos, intercambios de regalo, encuentros familiares y amistosos, las hallacas, el pan de jamón, el pernil de cochino y la musiquita que toca el fondo de las emociones.
Los canales que pasaron todo el año inoculando Miedos, Iras y Tristezas (emociones MIT) se vistieron de Alegría y Amor (emociones AA) para hacer su trabajo como operadores de un sistema que al final, aunque también al principio, privilegia el consumo por encima del encuentro sentimental con los familiares, ya que ese encuentro lo hace posible en la pantalla chica, la presencia de plumrose, pepsicola, Martín polar, cocacola, el banco de preferencia de los anunciantes, etc.
Por eso en Diciembre los canales de televisión, a pesar de haber pasado el año llenando de emociones MIT a los venezolanos, se ponen su mejor traje (AA) para incitar al gasto que llene los bolsillos de los comerciantes, es decir, empresas privadas de consumo y distracción, que es lo mismo.
Por su parte el canal 8, que ha pasado todo el año convenciéndonos que el neoliberalismo es un opio, este año se dejó de pendejadas e hizo una imitación al carbón de los canales privados, al insistir en la Alegría como motivo de su cuña, lo cual no es criticable; pero adicionando la incitación al consumo a través de los intercambios de regalo y presentes entre los miembros de la planta televisiva, como modelo a imitar por el resto de los venezolanos.
No habría ninguna contradicción en esto si no fuera porque desde esta planta se enfrenta en los distintos programas de opinión, la tendencia del capitalismo salvaje al consumo exacerbado y que como canal del gobierno tiene una gran responsabilidad en la formación del hombre nuevo.
La cuña del canal 8 en este sentido, reproduce los patrones consumistas al colocar el acento en el ofrecimiento de regalos como condición para rubricar exitosamente las navidades. Sin regalos no hay navidad?
Proviniendo de este lado de la acera es simplemente perverso estimular una práctica que todos sabemos que es cuando menos perniciosa para la construcción de un nuevo modelo de sociedad, en la que se supere la tentación a formar parte de la sociedad basada en el consumo indiscriminado de bienes, bienes muchos de estos que, conforme a la lógica del consumo, su fin es idiotizar a las masas, borreguizándolas en su marcha al matadero de los principios y valores humanistas.
De allí que se produzca un fenómeno de incongruencia ideológica, ya que una práctica consumista es lo más opuesto a la praxis del bienestar basado en la desmaterialización de la vida social. De esa forma jamás nos emanciparemos del modelo liberal-burgués que tanto daño ha causado, porque nunca será posible llegar a libertad plena del ser humano, siguiendo el camino que marca la sociedad de consumo.
Finalmente, lo otro que constituye un tremendo despropósito es que tal vez en el llano venezolano se siga cantando vívidamente el aguinaldo venezolano:
El niño campesino no tiene patineta, no tiene bicicleta,
ni sabe patinar
(ni sabe trabajar, ni sabe trabajar)
Pobre niño descalzo no sabe deslizar sobre el camino real
ni sabe columpear
(como en la capital, como en la capital)
El niño campesino no tiene patineta, no tiene bicicleta,
ni sabe patinar
(ni sabe trabajar, ni sabe trabajar)
Pobre niño descalzo no sabe deslizar sobre el camino real
ni sabe columpear
(como en la capital, como en la capital).