Mientras trabajaba ayer, escuché por radio la alocución de fin de año de Maduro, y me gustó, pero solamente en términos de la retórica.
Es decir, las palabras fueron tan bien transmitidas por Maduro, que casi me convenció a mí, una persona que no confía por nada en Maduro, de que él estaba diciendo la verdad, y de que lo que decía, lo decía dentro del contexto real de la vida cotidiana venezolana.
Varias veces durante el transcurso de la alocución tuve que darme patadas en la cara para despertarme de la hipnosis.
Maduro vive en su mundo, y nosotros en el nuestro.
Durante toda su alocución, él nunca, pero nunca se echó la culpa a él mismo, por nada, nunca tuvo la humildad para hacerlo, siempre la culpa es/era de alguien más, y él, como el fantástico súper creador de milagros milagrosos, para salvarnos la vida, a nosotros su ovejas sin cerebros, estaba siempre allí, trabajando, trabajando, trabajando, para resolver, y resolver, y resolver …
¡Qué fabuloso!
Pero la realidad es otra, para nosotros.
Nosotros, los que tenemos que vivir con el resultado de esa actitud de prepotente de Maduro, vemos la vida de otra manera, muy distinta, y la vivimos de primera mano, mientras que Maduro vive la suya desde las alturas de su mundo de fantasía.
Bueno.
No voy a entrar en los detalles de la alocución, ni en análisis, ni en opiniones con respecto a esa alocución, sino que simplemente voy a presentar algunas observaciones que me parecen importantes a considerar en cualquiera que sea el análisis.
Básicamente, son 3 grandes contradicciones:
1- Maduro mencionó varias veces, "pueblo presidente," o "presidente pueblo", como si él fuera realmente el representante del pueblo mayoría, trabajador, pobre, real, … entonces, si eso fuera así, Maduro debería haber empezado su alocución con algo como:
"Primero, quiero darles un gran abrazo al pueblo venezolano, a las mujeres y los hombres que no están aquí hoy con nosotros en la sede del TSJ, a aquellos y aquellas que hoy están trabajando, produciendo, cuidando a nuestros niños, limpiando casas, sembrando, cosechando, atendiendo a los enfermos, escuchándonos por radio, o viéndonos por televisión, son ustedes los que merecen el primer saludo del año …"
Pero muy contradictoriamente, Maduro empezó su alocución con la típica prepotente pomposidad de los sifrinos y de los subsirvientes a las elites mundiales, con una cosa como:
"Distinguidos señoras, señores, magistradas y magistrados, dignatarios, empresarios, alcaldes, gobernadores, bla, bla, bla …"
2- En ningún momento desde que Maduro asumió la presidencia de Venezuela he visto que él ha incluido en el proceso de gobernanza del país a los partidos del GPP, como por ejemplo el Partido Comunista de Venezuela (PCV), los Tupamaros, o el partido Redes.
Pero, muy contradictoriamente, durante su alocución, Maduro mencionó que era importante trabajar/coordinar/etc. con el Gran Polo Patriótico (GPP).
3- Durante las casi 5 horas de alocución, Maduro utilizó la palabra "yo" y expresiones como …
- yo decidí
- yo aprobé
- yo creé
… por lo menos 300 veces (aproximadamente una vez por minuto).
Pero, muy contradictoriamente, en varias ocasiones durante la alocución, Maduro también mencionó cosas con respecto a que hay que eliminar el individualismo, y concentrarse en lo comunal, es decir, eliminar la idea del "yo" e intercambiarla con la idea del "nosotros."
Desde mi punto de vista, esas son tres de las grandes contradicciones de Maduro.