Sin el estudio de impacto ambiental ni la consulta a los pueblos indígenas -Piaroa, E’ñepa, Hiwi y Mapoyo- ni la aprobación de la AN, exigidos por la Constitución y las leyes respectivas, mediante decreto ejecutivo se concedió a la Empresa mixta PARGUAZA S.A., constituida hace dos meses con un capital de 1 millón de bolívares, los derechos de exploración y explotación por 20 años prorrogables, de los yacimientos de coltan, diamantes, oro, ilmenita, casiterita, estaño, circón, cuarzo y granito en 10.202 Ha, ubicadas en el municipio Cedeño del estado Bolívar. Además, "le transfiere la propiedad y otros derechos sobre los bienes muebles e inmuebles del dominio privado de la República existente en el área delimitada". El Estado participa en esta a través de la Corporación Venezolana de Minería con un 55% del capital social y Faoz Corp. en su condición de socio privado minoritario participa con el resto.
A la empresa Faoz, reconstituida en julio del año pasado, a pesar de no tener experiencia en la actividad se le transfirió el 45% de los derechos mineros por 20 años y más, sobre un territorio que según estudios previos y estimaciones oficiales podría contener importantes yacimientos con una alta concentración de coltan. Un mineral de alto valor estratégico, utilizado en la industria aeroespacial, microelectrónica y telecomunicaciones. Su aporte al capital social de PARGUAZA es la suma de Bs. 450.000 equivalente a USD 650 (DICOM), aunque la inversión requerida está en el orden de millardos de dólares.
Ahora bien, sí Faoz no está aportando capital ni tecnología y el Estado requiere de ambas para adelantar un megaproyecto de esta naturaleza y magnitud ¿Con que criterio fue seleccionada? Lo cierto es que los términos que rigen la empresa mixta, le permitiría al socio privado transar su participación accionaria con terceros y valorizarla con la certificación de las reservas.
En los albores de la industria petrolera el General Gómez otorgó concesiones a sus allegados, quienes vendiéndolas a las transnacionales hicieron grandes fortunas. Si las empresas mixtas del Arco Minero del Orinoco siguen el patrón de PARGUAZA S.A., podríamos estar retornando a etapas superadas, francamente contrarias al interés nacional. La fórmula milagrosa para evitarlo tiene dos ingredientes escasos, máxima transparencia y respeto a la Constitución.