Este fin de semana fui objeto de un merecido homenaje por parte de la "parroquia" que celebra cada vez que yo dejo de fastidiarlos aunque sea por unas semanitas (también celebraremos juntos cuando yo haga de hijo pródigo, pero no literalmente como en la parábola de Jesús), por lo que no tuve el chance de orzar hacia "José Viente Hoy" porque estuve hacia la tardecita en la capilla del "Club", obvio, encapillao; pero al parecer VTV no lo re exhibió, como de costumbre, lógicamente debido a su programación especial in memóriam a nuestro Comandante Supremo; sobra reiterar lo sobrentendido, que no me gusta ver Televen porque esa es una empresa contraria a lo que debería ser, defensora de los intereses del pueblo, y no sé como José Vicente, que es un taco, tiene tienda allí, pero, en fin, cada quien tiene su propia manera de matar piojos.
Eso sí, ya estoy en antecedente de quien fue el entrevistado de turno, por lo que supongo que la entrevista ha debido estar a la altura.
Pero, a lo que pretendo referirme es al cuadro de un caballo psicodélico, triste, decaído, que J Vicente exhibe ahora; la semana anterior, durante la entrevista con el Vice Tarek, me percaté de ese detalle y supuse que ese bicho era la mera estampa del famoso "frijolito", el caballo de Salas Römer, y que otrora -durante una folclórica cabalgata que la plutocracia de Carabobo hizo en Caracas, para ganar electores conque derrotar a Chávez- lo que hizo fue colmar de residuos fecales las calles de Caracas, y de paso, el temerario jinete llevarse una derrota mayúscula.
Mis compinches del "Club de los pobres" -social y deportivo-, todos "deportistas y estudiantes" (como diría el compatriota Nolia), asiduos practicantes de levantamiento de codo y estudiosos del truco y el dominó, aseveran que efectivamente la estampa del penco no puede ser del famoso "Cañonero" que bajo la fusta del jinete Gustavo Ávila, ganó el derby de Kentucky, por allá en los años setenta; no que no; ahora se trata de "frijolito", un penco delicado y al servicio de la alta burguesía.
Descartamos la hipótesis de que José Vicente pretenda saltar la talanquera y ande haciéndole propaganda a Salas Römer; en contrario, más bien pensamos que se trate de un mensaje subliminal: exponer al escarnio a cierto connotado petimetre y lechugino que anda cabeza gacha y con el rabo entre las piernas; pero también pudiese ser que el compatriota J Vicente ande en tan mala situación que no tenga nada que exhibir, obra de arte, alguien pudo regalarle ese bicho, y a caballo regalado no se le mira el colmillo, aunque sea el triste "Frijolito".
