Las armas ideológicas en Latinoamérica se agotan por conceptos del fetichismo religioso, proveniente del Caribe y se convirtió en una arista del Capitalismo salvaje que irrumpe en los hogares venezolanos con su haz de hambre y discordia, lo que implica, convertir a la sociedad, en una adicta verdadera de un sistema estructural agroalimentario.
El fetichismo, crea niveles de conciencia que destroza cualquier modelo de desarrollo vigente y nos ha llevado a la actual crisis global, porque los políticos desconocen ideas alternativas para superar el caos y las basas de sustentación de cada acto financiero y, lo institucional está a un lado. Desde el triunfo de la Revolución Sandinista se ha demostrado que los modelos de desarrollo y su respectiva estructura económica se encuentra colapsada y, lo que se da, son efervescencias sociales caducas y que se multiplican como Consejos Comunales, llevando entre sí la corrupción y el desgano poblacional, Centroamérica y el Sur giran hacia la derecha porque, se han producido cambios intempestivos que anquilosan las tensiones en el pueblo y mantiene una ebullición constante, ante el quiebre de la ideología
Los conflictos políticos se han transformando en guerras internas entre partidarios de una causa común y el Consejo Nacional Electoral(CNE), Tribunal Supremo de Justicia(TSJ) y el abogado u defensor del pueblo no responden a la realidad del Estado, con sus secuelas de violencia: los asesinatos, venganzas, los secuestros, pero, sobre todo, el lamento de familias enteras buscando por los barrancos. Hospitales y depósitos de presos a aquellos que son señalados, torturados y simplemente desaparecidos, como la limpieza humanitaria de los enmascarados. Magnicidios y Sicariatos es la consecuencia de lo que se hace mal presagiando que el costo humano de estos procesos polarizados es monumental e irreparable.
Las dos grandes superpotencias antagónicas de nuestra época, Estados Unidos y Rusia- sobretodo, luego de la llegada de Ronald Reagan al poder, buscan calentar América para controlar sus minerales y energía, creando conflictos falsos que se transforman en guerras internas entre ciudadanos, con sus secuelas virales.
Todo esto, pasa desde 1980 a menor escala y las agencias europeas de cooperación, ciertamente, de una manera sugestiva vienen imaginando una economía ficticia. Lamentablemente, los políticos de hoy desconocen el mundo económico y no aguantan una conferencia académica y algunos abogados del oficialismo dan pena, rigiendo y aplicando leyes. El Estado Delictivo los domina. Y, ni siquiera conocen la epistemología de las Ciencias Sociales.
Hay que tener paciencia para retomar las lides del país y tener argumentos válidos para convencer al pueblo de sus realidades. Los círculos de debate, no se han ejecutado y no hay validez en las conversaciones, sobre desarrollo económico.
Estamos en una izquierda de apariencia que utiliza como último recurso al falso cristianismo patentado por el papa y su curia romana. El evangelio y Jesús es otra realidad. Este grupo de pseudoizquierdistas tienen un arma ideológica que es la muerte, a muchos de nuestros dirigentes lo han asesinado y nadie da razón de un juicio y ahora las rivalidades son otras. Existe, una inflación mítica al servicio de una dirigencia política radical, llamase, dictadura que no responde a los intereses del pueblo. Es como una literatura, en su sentido convencional y la verdad que en política, jamás podemos aplicar enunciados y relatos sociales.
Cuidado, con los mitos históricos. Nos quieren comprometer como una energía romántica. Loa enemigos de la izquierda que habitan a Miraflores, destituyeron a una heroína de batallas, la presidenta del Banco de la Mujer, que esperamos como pueblo. Así que nos encontramos en una etapa de donquijotismo. Es el caso de Lídice Navas