Cosas de la calle

En ocasiones podemos resultar fastidiosos con lo que redactamos, pero es una realidad que aprendemos a superar, como es ese hecho del cual escribo con frecuencia aunque algunos lo ignoren y le den bolas, como dicen los comentaristas cuando transmiten beisbol.

Si, me refiero a cuando redacto algún aspecto de la temática ambiental en la que nos toca vivir, aunque no sea precisamente el ambiente que deseamos para los vecinos de la comunidad en la que vivimos.

Vuelvo a repetir en estas líneas que, cuando me corresponde, siempre ando por las calles, a pie, en camionetas o en el conocido Metro de Caracas y, en consecuencia veo, huelo y oigo de todo cuanto sucede por las calles de esta ciudad, por las que me toca transitar.

Aprecio con tristeza el estado en que se encuentran muchas de las calles por las que me toca caminar; en ocasiones evado las aceras porque están muy deterioradas, en algunas hay vehículos estacionados en ellas y a veces observo los huecos que quedan después que los rateros se llevan las tapas de donde están las conexiones del agua, algunas bocas de visita dañadas y un buen número de alcantarillas rotas.

Si nos detenemos en algunas aceras y observamos con curiosidad, encontraremos bastantes detalles que nos sugieren que hay más de un servicio (agua, luz, teléfono y gas) que tiene alguna conexión desde las aceras hacia las casas y todas tienen tapas metálicas, mas o menos, antiquísimas, maltratadas y otras, como escribí antes, que se las roban para venderlas.

A lo anterior hay que sumar los llamados contenedores que colocan en algunas calles y avenidas y que supuestamente funcionan como depósitos para la basura o los desechos sólidos, como dicen los entendidos.

El problema con los contenedores de basura, es que reciben mucho maltrato por quienes se encargan de vaciar su contenido en los camiones recolectores, la mayoría de ellos acompañados de trabajadores que carecen de todo tipo de equipo para realizar sus tareas. A tal punto, que siempre dejan un reguero de basura porque no disponen ni de escobas ni de palas para recoger los residuos, encima de que siempre andan en un camión cuyo conductor siempre está apurado.

Y si uno sigue transitando por las calles, se enfrentará también a los resultados de lo que son las roturas de tubería o filtraciones. En ocasiones son muchas con las que uno se encuentra y sus reparaciones vienen dos o tres días después de estarse desperdiciando el agua.

Pasamos esa situación y nos enfrentamos a otra, aunque caminemos por las calles, porque motorizado que se respete se traslada en cualquier dirección y eso significa que te lo encuentras de frente, pero te puede venir en dirección contraria y pasa como a la amiga Josefina, a quien se la llevó por delante y la arrastró un motorizado que andaba haciendo caballito, algo que siempre ocurre.

¡Por allí, Josefina anda ahora con un bastón y sus dolores a cuestas!

Pero todo no queda allí, porque a medida en que avanzamos nos enfrentamos a otros desajustes, como los de semáforo, cuyo intercambio de luces pocos respetan y no precisamente los motorizados. No tengo nada contra ellos, solo que incumplen las normas. Algo así como los responsables de los estacionamientos, que andan en su caótico comportamiento.

Todos los estacionamientos han elevado las tarifas. Desconozco que garantías tienen quienes estacionan sus autos en ellos, pero de que tienen que pagar más que antes es verdad.

Más adelante escribiremos sobre otras cosas.



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Pedro Estacio


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