Las afirmaciones de la fiscal Luisa Ortega Díaz, metió en un candelero a la derecha nacional e internacional. Está llamando a la calle. Que la gente abandone a sus hogares y se vaya a la calle, al estilo del 23 de Enero de 1958. Las redes sociales están que revientan. Y los exiliados ya afirman que la Fiscal se pasó. Brincó la talanquera. Por lo menos eso es lo que señala Gustavo Coronel, un ex funcionario del sector petrolero, que conocí como presidente de la Corporación Venezolana de Guayana. Por cierto, tengo una cierta amistad con él. Me critica mis artículos en Aporrea, pero en buen tono. En fin, se prendió la guachafita guarimbera. El llamado es a tomar las calles y pedir la renuncia de Nicolás Maduro. "El régimen está caído", afirma Gustavo Coronel, desde los Estado Unidos.
Mientras tanto Rondón se prepara para dar la pelea, sea donde sea, como sea y cuando sea. Que nadie recule. Que nadie se deje intimidar. Que nadie sienta miedo. Llegó la hora esperada. No hay marcha atrás. Debemos, los revolucionarios de verdad, verdad, quienes queremos a esta patria, a quienes nos duele este suelo de Bolívar y Chávez, estar listos para entrar en defensa del legado de Hugo Chávez Frías. A nosotros no nos intimida Almagro, Trump, Rajoy, o quien sea. Somos hijos de libertadores. Y como tales debemos comportarnos cuando la patria está en peligro. Se equivocan, de medio en medio, o de par en par, quienes creen que estamos a las puertas de un 23 de Enero. Nada que ver. La fiscal ha dado unas declaraciones, en el marco de su rendición de cuenta anual ante los fiscales de la República Bolivariana de Venezuela. Ella se encargará de esclarecer el alcance de sus señalamientos. No puede dejar que la jauría de lacayos la usen para sus intereses.
Pero una cosa es cierta: el Estado no puede quedarse de manos atadas ente el descaro de un grupo de venezolanos y venezolanas de ir al exterior a pedir la intervención de nuestro país, para ellos poder satisfacer sus impotencias ante el chavismo a lo largo de casi 20 años. El Estado no puede arrodillarse ante un grupete de pillos que no les duele el país donde nacieron, y, tal como hizo Judas Iscariote, con Jesús, ellos también lo emulan cuando van corriendo y llorosos a pedir que vengan e invadan a Venezuela, sin importarles lo que pueda surgir de la intentona que pueda implementar el imperio contra el país. El imperio está ansioso por complacer estos vende patrias… En especial los de Voluntad Popular y Primero Justicia. Lo que no piensan estos lacayos, es que si el imperio nos invade, ellos se van a salvar. Ni lo piensen. Serán los primeros en sufrir los embates de la bota yanqui… Pero, carajo, Rondón todavía no ha peleado… ¡Venceremos ¡