Sin duda, Javier Santana, vive en su "isla de la fantasía", y desde allí, le ha podido dar rienda suelta a toda su verborrea en contra de cualquier persona afín al gobierno, incluyendo al propio presidente Maduro, sobre el cual ha hecho una enciclopedia de odio, inspirada en sus necesidades no resueltas; o lo que supone o lee en periódicos, o lo que diga Almagro, o sobre lo que sabe le gusta a sus lectores. Esto le ha hecho trascender entre sus seguidores en Aporrea, para los cuales escribe, sabiendo que todo lo que destaque de forma negativa respecto al gobierno, es rating o lo que es lo mismo, es alimento para su ego.
Si alguien revisa sus artículos, puede darse cuenta que entre sus objetivos está hablar mal y acusar al gobierno, al presidente, al vicepresidente, al ministro, al gobernador, al alcalde, al concejal, al líder comunitario, siempre y cuando, sean rojos rojitos. El tema siempre es el mismo; destructivo, no se observa aportes de ningún tipo, ni ideas.
Esta vez, enfila sus baterías contra Freddy Bernal, porque le molestó que este haya dicho, que "...cada uno de los venezolanos tiene listo su kaláshnikov para luchar por la "patria"; a partir de allí hace "su recuento" de la vida política de Bernal y para rematar le dice: "...no cuente conmigo en su lucha contra el "enemigo", razón por la cual, puede tomar mi Kaláshnikov y metérselo por su Clap"
En efecto, esta es la parte que justifica la presente nota, porque creo que nadie del gobierno, ni Bernal podrían entregar a Javier, un Kaláshnikov, ni siquiera el que se meta Bernal por el Clap. En todo caso, habría que estar loco para darle el arma a un enemigo, y para colmo ciego, porque entonces, sería muy difícil que donde ponga el ojo ponga la bala, si es que acaso puede poner el ojo donde es. Entonces, ¿de que serviría entregar un Kaláshnikov a Javier? Eso sería como gastar pólvora en zamuro.
