La realidad política de hoy es un mosaico de conflictos, contradicciones, liderazgos grises, intervencionismo extranjero descarado y una parte cuantitativamente alta del pueblo, viendo los toros desde la barrera, aun cuando la crisis económica no se detiene y el 20 % de nuestro petróleo no deja de exportarse a los EEUU. Los medios públicos y privados tratan de mostrar "la verdad" de los hechos.
Para los primeros, el vandalismo alocado y sangriento de la Derecha es financiado desde el extranjero y por capitalistas nacionales. Ciertos diputados de la Oposición reciben una jugosa "mesada" en dólares para financiar viajes al exterior, con el propósito de buscar ayuda y hasta la intervención militar de los Estados Unidos. Ausentes de todo sentido de patria, mancillando nuestra Soberanía, le venden el alma – si es que tienen- a la potencia del Norte con el único propósito de retomar Miraflores. Simplemente para esta Oposición de marras, el fin justica los medios.
Mientras que para los segundos, es recurrente cómo abren páginas, dicen en sus noticieros e invitan constantemente a los "lideres" de la Oposición para que repitan que este Gobierno es una suerte de cloaca de la corrupción con unos voceros prepotentes, sectarios y podridos en dinero. Y, como si faltara discurso –cosa que es cierta, por lo menos un discurso serio, argumentado y sustentable- el culpable de que todos los demonios "destruyan" a Venezuela es el sr, Presidente Nicolás Maduro.
También es pertinente no dejar escapar cómo el micro mundo de las redes sociales es utilizado para crear noticias falsas, trucadas, medianamente ciertas e instantáneas, implantando estados mentales sicóticos-depresivos en aquellos que se limitan a ver el país desde un Facebook. Twitter, Instagran, Youtube, entre otros.
Frente a este panorama que cobra víctimas humanas y provoca multimillonarios daños materiales, cómo gobernar sabiendo, con exactitud, dónde está el enemigo ideológico y no tomar las medidas – sin que tiemble el pulso- para reducirlos a la mínima expresión? El proceso bolivariano construyó un imaginario, deseado desde hace muchos años. El Cdte. Chávez abrió las compuertas del protagonismo social y político de las mayorías empobrecidas y relegadas a un nivel de miseria y desigualdad en la justa distribución de la riqueza nacional.
Durante el periodo de gobierno del Cdte Chávez se cometieron errores fatales pero los principios estaban incólumes. En el gobierno actual los desaciertos se notan sin hacer mucho esfuerzo mental, pero también debe reconocerse que la planta insolente del Imperialismo yanqui y la burguesía nacional aún no han ganado la batalla.
¿O se da un salto hacia adelante arriesgándolo todo, al lado del pueblo, sustituyendo la burocracia traidora y los liderazgos quintacolumnistas o se continua en este tira y encoje, en el juego de la candelita, hasta cuando los del otro lado "metan el gol" del golpe, concreten la intervención militar o quiebren a líderes claves del gobierno y Psuv ? Entre una revolución verdadera y una transición traumática hay una diferencia de coraje, conceptos ideológicos y visión estratégica. Así como no hay términos medios entre la luna y el sol. Igual sucede cuando se busca brindarle al pueblo las oportunidades que lo liberen de la ignorancia, el hambre y el nuevo tiquismo.
Hablar de ruptura del "hilo constitucional", "democracia verdadera", libertad de expresión", "separación de poderes", "autonomía universitaria", entre tantos eufemismos socialdemócratas, es ceder –absurdamente- al lenguaje de lo intermedio, manteniéndose en la cuerda floja mientras las guarimbas arrecian y el gobierno se defiende. Igual como el cáncer se cura si se detecta a tiempo Prevenir un cáncer (en el país, es un "cáncer estructural) no es ningún problema, son exámenes simples y rápidos. El gran inconveniente "es que no se tiene conciencia de la importancia del diagnóstico precoz. Es lo que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte", diría un oncólogo local.
Detener esta crisis es un imperativo moral, ideológico y doctrinario. ¿Cómo hacerlo? Todo depende de la fuerza consciente de un pueblo para enfrentar a los fascistas públicos y financistas privados. Es una necesidad perentoria revisar el aparato político que sostiene al gobierno (Psuv-Polo Patriótico- Poder Popular-Aliados externos) y, asumir que la Historia no perdona a quienes, en un momento preciso, dudan en dar un paso firme hacia el futuro.
La crisis tiene dos caras: se negocia o se derrota – en cualquier terreno- a quienes la provocan. Reunirse con la Derecha de tú a tú, es olvidarse que las victorias políticas son mayoría de este lado. Con estos adversarios no hay palabra para honrar. Son genéticamente tramposos porque al no tener criterio propio sino mensajes que deben repetir, es absurdo perder el tiempo con ellos.
Los payasos hacen reír pero el dueño del Circo es quien tiene el dedo en el gatillo para acabar con el espectáculo, cuando no genera ganancias…