Con 10 mil bolívares (cuando la gente no tiene que pagar los peajes respectivos que los llevan a 14 mil) se paga un paquete de productos de tercera categoría: arroz picado, una pasta mala, un atún mezclado con sardinas, harina de maíz, mayonesa colombiana (que contiene cualquier cosa menos huevos). En general casi todos son productos de tercera categoría, hechos en México (nadie sabe por qué importan de México y de Colombia, enemigos naturales de la revolución bolivariana) y en Colombia. Para alguien que gana sueldo mínimo, más cesta tickets, es una ventaja contar con esa cantidad de comida a ese precio (Alguien nos contó que pudo vender hasta cincuenta mil bolívares de esa caja y todavía pudo quedarse con las latas de Atún) Pero es comida de mala calidad. Por ejemplo, un frasco de mayonesa que en sus ingredientes no hay huevos, una lata de atún, mediana, que contiene menos atún que las laticas pequeñas y más baratas envasadas en nuestro país. Pero bueno, contiene leche en polvo, azúcar y aceite de soya (en estos últimos, los cincuenta mil bolívares del cuento que me echaron)
Si una persona que gana sueldo mínimo más Cesta Tickets puede contar mensualmente con esta dotación de alimentos, no quiere decir que tenga una alimentación completa, si consideramos todas las limitaciones que las condiciones particulares de cada quién imponen para alcanzar una buena alimentación: aquellos que no comen gluten, aquellos que no ingieren leche entera, aquellos que no toleran las harinas, más todos los que comen esa cosa que llaman mayonesa ("La Costeña"), hecha en Colombia. El asunto es que esa persona debe complementar su alimentación, más comprar el resto de artículos necesarios para vivir decentemente, en el mercado "liberado", el cual el gobierno denominó en algún momento con el eufemismo "Sistema Alternativo de Precios", o sea, el sistema de precios para los que ganan más de tres, cuatro o mucho más, sueldos mínimos; el sistema de los precios elevados, liberados, y elevándose.
Bajo ese sistema SAP, en muchos supermercados de Caracas se consigue de todo, mucha importación, pero mucha – ¡muchísima!- producción nacional, viuda, eso sí, del "precio Justo", y vuelta a casar con los "precios liberados".
Los productos monopolizados por POLAR:
En los anaqueles de estos supermercados se consigue jabón Las Llaves, Tody, Pepsicola, Dongurmet y Súper can (alimentos para perros y gatos), Primor (arroz y pasta), Lipton, Mavesa, Margarita, Mazeite, migurt, Golden, Pampero. Maltín, Caroreña, Vinos Viña Altagracia (Pomar), más cerveza, Gatorade, Minalba, Yukery, Quaquers,
por Nestlé: Purina, Dog Show, Camprolac, Maggy, Cerelac, Nestí, Nescafé, Savoy, Nestún, Nan-Pro (alimentos para neonatos), Gerber, por Cargill: Ronco, Milani, Mimesa (pasta y salsas de tomates), Vatel, Blancaflor (harina de trigo), Purilev (aceite de Canola), La española (Aceite oliva), Rubostín y Gati (alimento para perros y gatos), por P&G: Always, Gillette, Head & Shoulders, Oral-B, Pantene, Ace, Ariel, Rindex, Pampers…
Todas estas empresas son subsidiadas con dólares baratos y venden a precios liberados, tomando como referencia el dólar libre. Esto se ha denunciado infinitamente por Luis Britto, por Julio Escalona, entre muchos otros. Y todavía reciben dólares.
Recientemente Nestlé recibió dólares preferenciales para producir. Nestlé es una trasnacional nefasta, que compite en el planeta con Monsanto. Nosotros creemos que Nestlé en Venezuela es otra mampara de Polar. Pero, Igual, de no ser así Polar ha recibido miles de dólares de los cuales no ha dado ninguna razón de cómo han sido utilizados. Creemos que se usan para especular y conspirar contra lo poco que queda de socialismo, dentro de un sistema el cual ha sido hasta ahora un sostenido retornelo: dólares, especulación, conspiración, chantaje, dólares, especulación y conspiración, chantaje, dólares…
Este sistema de precios liberados hace casi imposible enfermarse en el país por el costo de algunos medicamentos. Este "Motor" económico, que financia a los laboratorios privados mantiene al país sin medicinas y al gobierno con una pistola en el pecho para que entregue cada vez más dólares. Lo mismo lo hacen los otros "Motores", importadores de autopartes y las ensambladoras, las líneas aéreas, Polar, P&G, Nestlé, Cargill, y el "Motor" de todos los llamados "exportadores", que ahora legitiman todos los dólares robados al Estado.
Las clases pudientes tienen acceso a todo. La clase media –empleados y profesionales-, no. Además, está siendo presionada por la derecha para que lidere la reacción y el odio en contra del gobierno y todo lo que huela a chavismo, es decir, para ser utilizada como carne de cañón para la conspiración más reaccionaria y fascista del país (azuzada desde EUA y Europa, pero financiada por carambolas por el mismo gobierno de Maduro). Y las clases más bajas se alejan cada vez más de la justicia social, desigualdades alentadas, desde el asesinado comandante Chávez, privilegiando a los capitalistas, es decir, en estos últimos cuatro años del "estilo Maduro", hacer revolución con los capitalistas mandando.
Las diferencias se acentúan, los claps las acentúan, porque ellos oficializan la coexistencia de dos mercados, uno liberado, para los que más tienen, y otro administrado por el Estado para los que no tienen casi nada. Pero, como colmo de estas diferencias en la distribución de alimentos y de productos de aseo personal, el abandono, la burocracia y la corrupción, en las empresas socialistas; la burocracia y la corrupción en los hospitales públicos; la desidia del gobierno en todas sus responsabilidades como Estado –el Estado como el líder fundamental para un cambio de conciencia en el colectivo-, acentúan las diferencias entre las clases.
Porque en este "todos contra todos" siempre pierde el más débil, el que menos tiene (en el bolsillo y en la cabeza), el que menos puede, los más necesitados, y estos son la mayoría de los venezolanos, fragmentados por esta lucha del "Todos contra todos" mezclado con un "Cambalache", esta inversión de los valores que tiene a todo el mundo patas pa arriba, de su propia cuenta, haciendo lo que puede y lo que le da la gana, como en la canción de Santos Discépolo "Hoy resulta que es lo mismo; Ser derecho que traidor¨; ... Todo es igual; nada es mejor; Lo mismo un burro que un gran profesor"….
Por eso decimos que la única unidad que ahora nos es necesaria es la unidad chavista entorno a la idea de JUSTICIA SOCIALISTA, en torno a la PAZ CON JUSTICIA SOCIAL.
En el CAPITALISMO NO EXISTE JUSTICIA SOCIAL, así el presidente se empeñe en convencernos que Nestlé, que Cisneros o Lorenzo Mendoza, Cargill, P&G,y los famosos "exportadores" son empresarios o empresas honestas; SÍ, ¡UNIDAD CÍVICO MILITAR! pero para enfrentar la reacción capitalista y al capitalismo.
Muchos se niegan a ver esta contradicción y es una gran desventaja de nuestra parte, y una desigualdad extrema con el enemigo, cuando es el mismo gobierno, consciente o no, quién conspira en contra de los ciudadanos más humildes, dándole los dólares a los más ricos, y negándoselos a la sociedad en su conjunto. Y negándoles el poder efectivo en la consciencia y en la conducción efectiva de su destino, con conciencia de clase, a los trabajadores y más necesitados: el control de la economía, del Estado y de todo lo demás que haya que controlar.