Sigo enamorado

Me enamoré de mi esposa en los años 1970, aquí en Venezuela, cuando también me enamoré de Venezuela, y cada día le doy gracias al universo por mi esposa, y por Venezuela.

Doy gracias por ser venezolano, por vivir aquí, y por las tantas cosas que adoro de este país que en general no se encuentran en los países del norte.

Aparte de su gran diversidad geográfica, y su naturaleza, también existen cosas en Venezuela que en general solamente los venezolanos que han vivido en los países del norte se dan cuenta que existen aquí en Venezuela porque uno solo se da cuenta realmente después de haber vivido en el exterior, y particularmente en los países del norte, donde estas cosas casi no existen.

Entre ellas (y en general, hay excepciones):

I - LOS COLORES

En el norte los colores de la naturaleza, las casas, los edificios, los carros, y la ropa, son muy graves, pálidos, u oscuros, como el marrón, el gris, el verde oscuro, el azul oscuro, y el negro. Los únicos colores claros son generalmente el blanco o colores tipo beige, pero casi nunca se ven colores chillones, o fuertes (excepto el rojo y amarrillo a veces).

(Pueden notar estas cosas en muchas de las películas europeas, o documentales sobre Canadá, Rusia, o el norte de EEUU, como Vermont, Wisconcin, Illinois, etc.)

Un día, en el cuarto grado primaria en Ontario (Canadá), el profesor nos pidió de hacer un dibujo de una casa y pintarla con creyones, y le pinté el techo de un color turquesa porque me había impresionado mucho los colores en la ciudad de México que había visitado y donde había visto una casa con un techo de ese color … pero el profesor se burló de mí frente a todos, y me rompió el dibujo en pedacitos, allí mismo durante la clase, pero no tuve que rehacer el trabajo porque sonó la campana, y me fui, pero confundido, preguntándome:

"¿Qué le pasa a ese tipo?"

Nunca lo supe realmente, pero le ordené a mi padre que me cambie de clase porque si no me cambiaba, no iba a ir a la escuela e iba a estudiar solo en la biblioteca (pero al director no le gustaba esa idea). Bueno, entre mi padre y el director, me cambiaron de clase, y supe más tarde que el tipo era uno de esos típicos racistas canadienses que odiaban a los "indios," y yo era un "indio," entonces creo que entendí, algo, o todo.

También hay el caso de una casa que me gustaba mucho en Montreal, por sus colores muy vivos, creo que era una casa de una pintora. Ella la había pintado de un color azul muy fuerte (chillón), con un inmenso sol amarrillo y rojo brillante en su fachada, y la municipalidad la forzó a repintar la casa de colores "habituales" porque esos colores molestaban a los vecinos.

En esos países, uno no tiene el derecho de pintar su propia casa (por fuera) del color que quiera.

Un ejemplo de este fenómeno de no utilizar colores vivos en las culturas norteñas se ve en la comedia romántica "Un impulsivo y loco amor" del año 1997 con Salma Hayek, donde la mujer mexicana se casa con un arquitecto gringo de NYC y le decora la casa por dentro con muchos colores vivos, y él queda sorprendido (o agradablemente espantado).

Bueno, para mí, la falta de colores en el norte siempre fue muy deprimente, y a muchas personas que viven en esos países les afecta igual, pero tienen que calarse el sufrimiento con la boca callada. Siempre quise vestirme como se visten tradicionalmente en Kenia (en África), con muchos colores, pero si uno hace eso en Canadá, lo tildan de loco.

Ver: colorful traditional dress kenya - Google Search

Una cosa impresionante es cuando una persona del norte sale por primera vez de su país, y llega por ejemplo a Venezuela. Una de las primeras cosas (aparte del calor y la bulla) que les impresiona mucho son los colores, muchos colores, por todos lados. Eso no se ve en el norte excepto en algunas pocas localidades.

Adoro los colores de Venezuela.

II - LOS SONIDOS DE LA NATURALEZA

En los países del norte donde cae nieve durante muchos meses del año (de 4 a 8 meses), los sonidos de la naturaleza (aparte del viento), son casi inexistentes excepto por algunos pocos sonidos, a veces, de algunos pajaritos marrones que se quedan allí en invierno.

Durante unos seis meses del año no existe una conexión real con la naturaleza a menos de vivir en el gran norte donde a veces --- pero muy rara vez, porque los animales normalmente se alejan de la gente --- se puede escuchar los sonidos de lobos, coyotes, venados, caribú, alces, u osos (y algunos animalitos), pero en las ciudades, donde la inmensa mayoría de la gente vive, solo se escucha la bulla de carros, y maquinas, y del "slush," o sea, la nieve sucia (gris y negra) parcialmente derretida que a menudo cubre las calles, las aceras, los carros, los edificios, las cercas, y aun la ropa cuando pasa un carro y nos manda ese "slush" sobre nosotros.

Bueno, en general, ese silencio de la naturaleza, para muchas personas sensibles como yo, es muy deprimente también.

Es igual como el asunto de los colores.

Aquí en Venezuela uno no se da cuenta del inmenso privilegio que tenemos --- en casi cualquier lugar --- de despertarnos con tantos sonidos de la naturaleza, pájaros, guacharacas, y loros que también nos acompañas todo el día, aun en las ciudades, y murciélagos que nos cantan al despertar y regresar a sus escondites.

Adoro los sonidos de la naturaleza de Venezuela.


III - LOS SONIDOS DE LA GENTE

Esta es otra de las cosas que casi siempre deja impresionados a los visitantes del norte al arribar a Venezuela.

En los países del norte, la gente no grita casi, y menos todavía en público, no es costumbre, no hablan fuerte, ni cantan fuerte mientras lavan o cuelgan la ropa, y no se ríen a voz alta.

Ese fenómeno del "silencio de la gente" norteño es muy incomodo para mí.

Me hace sentir muy mal.

Cuando una persona como yo, a quien le gusta el sonido de la gente, llega del norte a Venezuela uno no puede evitar de automáticamente sonreírse porque aunque los sonidos de la gente a veces pudieran pacerse más a bulla y caos, es tan agradable escuchar a un adulto reírse fuerte, o a los niños gritando, y corriendo, y jugando libremente, en el aeropuerto, en las busetas, en las calles, y por todos lados, y a las personas hablándose con ganas, con emoción, y con fuerza.

Eso casi no se ve en los países del norte.

En el norte, en general, si dejas a tus niños correr por todos lados gritando, el vigilante o la policía te exigirá que les calles la boca y que se sienten tranquilos, y si tu, siendo adulto, hablas demasiado fuerte, o te ríes demasiado, igual.

Una vez en un restaurante en Frankfurt, Alemania, estaba almorzando con un amigo y nos estábamos riendo fuerte contando chistes, y el mesonero vino a nuestra mesa y nos pidió de parar de reírnos porque eso les molestaba a los otros clientes. Nos paramos, y nos fuimos.

Eso de reírse fuerte, o hablar fuerte públicamente casi no existe en público en los países del norte, excepto en los carnavales, fiestas, o en un bar donde la gente está borracha … o cundo se están peleando.

Cada vez que escucho a los venezolanos y venezolanas expresándose abiertamente, libremente, y a los niños riéndose y jugando libremente sin temor de ser regañados por "hacer demasiada bulla," mi alma se llena de alegría, algo que casi nunca me ha ocurrido en los países del norte.

Adoro el sonido de la gente de Venezuela.

IV- LA TOLERANCIA SOCIAL

Aunque la inmensa mayoría de los seguidores del antichavismo son extremadamente intolerantes en el sentido "político" o "ideológico," por ejemplo, por alguna razón que nunca he podido entender, odian a "los comunistas" y odian a "los chavistas," el venezolano en general es muy tolerante con respecto a los errores, las tonterías, y las irresponsabilidades cometidas por otras personas y por ellos mismos.

En los países del norte ese tipo de tolerancia casi no existe.

Básicamente, en el norte, si rompes una ley, eres multado o vas preso, y si no pagas la mulata dentro de 30 días, vas preso, y si te atreves a hablarle mal a un juez o a una autoridad policial, vas preso.

Si te atreves a sobornar un policía, vas preso.

Si vendes limones en la calle sin tener un permiso legal respectivo, municipal, provincial, o federal para hacerlo, pueden arrestarte, confiscar tus cosas, te multan, y si te atreves a hacerlo otra vez, vas preso.

Dos veces en los años 1981 y 1982, en Montreal, Canadá, la policía me dio multas de 50$ porque no había cerrado mi carro con llave (un Austin Mini). Eso fue hace 35 años, entonces imagínense cuan de severas deben ser las leyes hoy en día, y cuanto debe costar una multa por esa tontería.

Aquí en Venezuela si alguien se porta mal, la mayoría de la gente lo acepta como una falla humana versus una falla legal, y eso me gusta. En general, la sociedad venezolana es mucho más humana y libre que en los países del norte. Es más tolerante.

Me gusta la tolerancia social de Venezuela.

V – EL CLIMA

Este es mi tema preferido porque los venezolanos y venezolanas que no han vivido en los países del norte no pueden imaginarse lo que es vivir en esos países donde hace tanto frió durante tantos meses del año, entonces cuando les cuento historias relacionadas al clima, casi nunca me creen porque no coincide con las fantasías que ven el las películas o en los documentales o en los "reality shows."

Para mí eso es muy cómico, pero lo entiendo, es imposible saber cómo es de vivir en ese frió sin haberlo vivido en carne propia, es imposible saber que el frió te puede quitar un pedazo de carne del cuerpo sin que te des cuenta, y que duele enormemente después de que se descongele esa parte de tu cuerpo donde perdiste el pedazo, y que te puede causar gangrena, o que es muy difícil hacer bolas de nieve sin tener puestos tus guantes porque dentro de menos de un minuto ya no sentirás las manos o tendrás tanto dolor que quisieras llorar.

Básicamente, los venezolanos y venezolanas no nos damos realmente cuenta de la inmensa suerte que tenemos con respecto al clima.

Más de 75% del planeta no tiene esa suerte, no tienen el lujo de vivir en un país donde las temperaturas permiten operara/vivir/gozar sin estorbo climático casi los 365 días del año, sin mayores dificultades, inconveniencias, o desagrados.

El sol (con calor) nos acompaña casi todo el año también, lo que reduce significativamente (hasta un 10%) la incidencia de depresión y otros problemas neurobiológicos [mentales] como SAD (Trastorno afectivo estacional).

Ver: https://en.m.wikipedia.org/wiki/Seasonal_affective_disorder

En mi familia, somos mi madre (Indígena) y yo quienes sufrimos de esa condición, no podemos soportar la falta de luz del sol, y también somos claustrofóbicos (debe ser la genética Indígena), lo cual es horrible para nosotros ya que en Canadá uno básicamente vive encerrado todo el tiempo durante unos 8 meses del año.

Es horrible.

Es más, en Canadá, y en general, aunque se considere que la depresión por la falta de sol pueda afectar hasta un 10% de la población, estoy seguro que le afecta de manera negativa a más de 50% de la población, igual como en Inglaterra, Bélgica, Alemania, etc., donde se ve el sol muy poco durante gran parte del año.

Vean mapa de cantidad de sol a nivel mundial: https://en.m.wikipedia.org/wiki/Sunshine_duration

Para un venezolano que nunca ha vivido en ese 75% del mundo donde el sol no brilla casi constantemente, acompañado del calor, es casi imposible imaginarse que exista algo diferente.

Es como el asunto de la nieve.

La inmensa mayoría de los venezolanos tienen la impresión que la nieve es "bonita" pero la realidad es todo lo contrario para la mayoría de las personas que tienen que vivir con ella porque la nieve es acompañada de frió, y el frió complica la vida enormemente, y puede matar.

Cada invierno que trabajaba en las calles de Montreal de madrugada me encontraba con un muerto congelado.

Bueno, la gente aquí en Venezuela me pregunta (con respecto a Canadá):

"¿Entonces cómo hacen para ir a trabajar en invierno?"

Y les respondo:

"Te vistes, con dos pantalones, medias gruesas, botas, franela, camisa, suéter, collarín (de tela de lana o algodón por ejemplo), abrigo de invierno, bufanda, orejera, sombrero de invierno, y guantes, y sales a la misma ahora de siempre a esperar el mismo autobús de siempre, aunque haga 20 bajo cero grados centígrados, y si no te presentas a tiempo al trabajo, te botan, porque allá no existe ley de trabajo … el clima no es excusa para no llegar al trabajo a tiempo a menos que sea a causa de una devastación de gran envergadura, como la tormenta de hielo de 1998, donde nosotros nos quedamos sin electricidad durante 11 días --- otras personas hasta más de 30 días --- mientras que la temperatura variaba entre cero y menos de 20 bajo cero grados centígrados.

Ver:https://es.m.wikipedia.org/wiki/Tormenta_de_hielo_en_Am%C3%A9rica_del_Norte_de_1998

O, por ejemplo, la inmensa tormenta de nieve de marzo de 1971, donde mis padres quedaron enterrados bajo más de 3 metros de nieve en su carro durante unas 12 horas antes de ser rescatados.

Por suerte no hacia demasiado frió porque si no, se hubieran muerto congelados.

Ver:https://en.m.wikipedia.org/wiki/Eastern_Canadian_blizzard_of_March_1971

Adoro el clima de Venezuela.

CONCLUSION

Como pueden ver, estos 5 elementos son cosas muy importantes para mí, y han sido algunos de los principales factores responsables por mi decisión de vivir en Venezuela, y no en algún país del norte del planeta.

I- LOS COLORES
II- LOS SONIDOS DE LA NATURALEZA
III- LOS SONIDOS DE LA GENTE
IV- LA TOLERANCIA SOCIAL
V- EL CLIMA

Me enamoré de mi esposa y de Venezuela hace más de 40 años atrás, y sigo enamorado.

FIN



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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