Venezuela en la OEA al fin como gata se encaramó en la batea

¡Nos vamos de la OEA. No nos quieren allí! Dijo la canciller, Delcy
Rodríguez, en un momento de euforia de tristeza y, adelantó con
paciencia, estamos cansados de que nos tengan de plantón a cada
momento y, si tratamos de hablar cuando no nos mandan a callar, nos
mandan a cuidar el lenguaje que, hasta la representante de Paraguay
nos quiso agarrar por los moños, menos mal que, Manuel Moncada, que
como historiador diplomático vive al día y, un día antes se los había
mandado a cortar con Almagro que es buen estilista como uruguayo
sifrino formado por don Pepe Mujica, un cantaclaro sin egoísmo
apasionado y, ¿vos qué querés chico, que te bañen de perlas? Si
Nicolás se fue de la lengua y no rectificó, por lo que Tabaré Vázquez,
lo tiene en salmuera política y de reojo soltó, "A perro macho lo
capan una sola vez".

Se abre la sesión sobre Venezuela a solicitud de los dignos
representantes de los once países que quieren, izar la nueva bandera
de la paz que la brisa de la discordia política se llevó hace mucho
tiempo de ese país que no es ni chicha ni limonada a decir del
Depertamento de Estado de los EEUU que vive preocupado por el clima de
agitación que nos salpica a todos y, que alguien tiene que buscar el
nuevo reacomodo de ese país y, como la preocupación es válida y como
universal tiene cabida donde sea y, que mejor recinto que esta
Organización de Estados Americanos acá en Washington, para alumbrarles
el camino de tanta desavenencia junta que ni uno ni otro quieren
ponerse de acuerdo -dijo el presidente de la OEA, abriendo la sesión
programada en su agenda.

Concedo la palabra, quién quiere la palabra, ¿y qué pasa, nadie quiere
hablar ahora?, Déme la palabra presidente, a quién, al canciller de
Haiti, de quién, de Haiti. No, no. ¿Qué tiene Haiti que decir sobre
Venezuela? Inconcebible -respondió el presidente y, a la vez sugirió y
preguntó, no hay otro país que quiera la palabra, por favor.

¡Presidente, presidente, quiero la palabra! Tiene la palabra la
canciller de Colombia. ¿La tengo, la tiene? Bueno como colombiana y
hermana de los venezolanos que gracias a ellos subsistimos en Colombia
después de la producción de drogas que se va toda por Venezuela al
Norte, nos preocupa que todos nuestros paramilitares se estén yendo
para allá desde que el presidente Santos se ganó el premio nobel de la
paz como el verraco que es, ¡sí eñor! Y ojala en Venezuela el
presidente Maduro procediera como él y, enverracara al pueblo de
alegría y, lo emulara por lo menos, otro gallo cantaría y, resulta que
antes los colombianos nos íbamos como inmigrantes a Venezuela y desde
hace algún tiempo es todo lo contrario y, es que los venezolanos se
nos meten por todas las trochas que tenemos y, es difícil saber si hay
más colombianos allá que venezolanos en mi país y, esa es la razón por
la que el ex presidente Uribe está furioso contra Maduro y, se la
cantó que cuando él vuelva a ser presidente (bien pronto) va a
levantar un muro, el muro de Santander y, de la separación entre los
dos países que ya Trump le dió el visto bueno, pues -Maduro- no lava
ni presta la batea. Y, finalizó emocionada solicitando que, por lo
menos Venezuela rectifique, que viva y deje vivir a los colombianos o,
se van hundir todos.

¡Presidente, presidente!

Puedo hablar, sí puede. Soy la canciller de Argentina y me preocupa
que con esa mala situación que tienen los venezolanos, no puedan comer
posllo con tanta carne que tenemos en Argentina y, mire usted señor
presidente, no vine acaaá hablar de golpe, no señores, esa es una
palabra aborrecida por Macri, ni digna de pronunciarse, porque el
problema es que nuestro presidente no duerme bien pues, si Venezuela
no arregla su problema político él no puede arreglar el problema
económico allá y, lo tiene mal que no puede aumentarle un peso más a
los maestros, ni tampoco a los demás trabajadores del Estado y, quién
es el culpable el presidente Maduro que tiene la inflación más grande
del mundo y, la represión en la Argentina es diferente y bien
considerada, allá se reprime subiendo el costo de la electricidad, del
agua de los servicios, pero comida y medicina hay por demás y,
venezolanos tenemos en todas las provincias y como beben ron y, una
sugerencia que queda en puerta y es que, necesitamos que la oposición
nos preste al actor, Hans Wuerich, que como protestante es un genio
con esa hermosura de cuerpo nos pueda dar una clase de desnudez en
pelo sin vergüenza y, con la naturalidad que lo hace y, otra cosa
importante es, que en el Mercosur todavía sigue Venezuela por
Argentina y, ¿sabe una cosa señor presidente? En la Argentina decimos
y, que quede claro que no es para ofender, "A cada cochino, le llega
su sábado".

¡Señor presidente! Puedo hablar. ¿México? Sí. Y qué tiene que decir
como canciller. Pues quiero decir, así como decimos allá, ¡Ay Jalisco no te rajes!

Somos el país más feliz del mundo y, no sabemos, porqué el presidente Maduro, no nos ve
con buenos ojos, mire que, "ojos que no ven, corazón que no siente".
Y, los Méxicanos somos la excepción no como los colombianos que, la
hacen a la entrada o, a la salida. Pero es determinante decir sin
poderlo decir que nosotros estamos alejados de Dios, ya que tenemos
como el infierno bien cerca a los EEUU.



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Esteban Rojas


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