Cuando la dirigencia de la oposición terrorista, narcotizada por sus ambiciones a históricas y desmedidas, no logra entender que el significado de Democracia Participativa y Protagónica, no se embotella en bombas molotov, ni se cuelga en las guayas para decapitar motorizado, ni se anuncia entre gritos y manifestaciones histéricas en los foros de la ultra derecha; Ella acude a sus miedos de clases y escapa dentro la vacuidad de su discurso incoherente, y sin enunciar propuestas, contenido y forma social, se planta en la ignorancia intencional con la que han de confundir a sus seguidores.
Para nadie es un secreto que la situación en el país está atrapada entre dos fuerzas que se contraponen y aunque en estos 18 años hemos avanzado en nuestra conformación social política e histórica como pueblo independiente, a la luz del imperio y sus secuaces, nuestro modelo participativo y democrático, es una amenaza inusual y extraordinaria.
Así, frente a la convocatoria a Asamblea Constituyente, la oposición se rebela como quien hace pataletas y gira en sobre su eje en la nada. Y es que se le acabo el argumento de la no participación democrática, pues el Presidente Maduro está convocando al poder popular al acto republicano más legítimo que se conoce en la modernidad: la consulta de todos los interesados como desencadenante histórico en la actual coyuntura.
Vamos a Constituyente, vamos a medirnos en el pueblo para construir desde el pueblo llano y su diversidad una propuesta de país que coadyuve a la profundización del modelo liberador de derecho y justicia social que propone nuestro socialismo bolivariano.
El presidente Maduro ha sido muy claro frente al terrorismo impuesto por la oposición violenta, ha convocado al pueblo, al sujeto histórico, al dueño absoluto del presente y futuro de la patria. Por ello ayer puso su cargo a la orden de la Asamblea Nacional Constituyente, en franca demostración de su valor como hombre, alto espíritu democrático y evidente valentía revolucionaria.
¿Qué quiere esta oposición? ¿Qué nos matemos? ¿Qué entreguemos la patria a los deseos de una burguesía entreguista y atrasada que vive a los pies del hegemónico opresor? Pues no apátridas, ese no es el camino, llego la hora de contarnos y mejor aún, llego el momento histórico preciso para corregir el rumbo, acelerar la marcha y construir juntos, el futuro.
Vamos todos, convoquemos a todos, por todos y para todos. Sigamos luchando; peleando hasta vencer. Viva el Presidente Maduro, viva el poder popular y la eficiencia revolucionaria del Estado Bolivariano. Que nadie se equivoque, aquí hay una REVOLUCIÓN EN MARCHA…. LA CONSTITUYENTE ES EL CAMINO.