El Capitalismo, como sistema, en estos últimos cuatro años ha venido tomando una fuerza sin precedentes, ante una izquierda que busca fijar posiciones en la estructura económica mundial. El comandante Chávez Frías, se dio cuenta de esta realidad, busco liberar el tiempo necesario para producir en dos vertientes, el mundo de la ideología y el campo agrícola. Redujo la semana laboral dándole un zarpazo a los empresarios venezolanos, para que los trabajadores en esas horas de ocio, debatieran los temas más trascendentes de una economía que avanza con sus tentáculos en la destrucción de los niveles socialistas ya liberados.
Pero, en vez de abaratar costos por los valores de cambio, vemos una aceleración de las ganancias para cada comerciante y el pueblo debe pagar por esos y el aumento de los servicios públicos.
Así que, el neoliberalismo, vuelve a introducirse en el justo momento en que el interés privado, abandona el sector productivo para importar y recibir dólares en el ámbito financiero y desatar un orden especulativo de grandes proporciones. El Capitalismo, como sistema busca romper con la seguridad económica, que, el presidente Nicolás Maduro Moros quiere darle al pueblo y, personas extranjeras que han recibido honores de éste gobierno bolivariano, se han dedicado a desmoralizarlo y esto, lo escuchamos normalmente en el pago de pensiones.
Estamos, frente a una batalla mundial por el mercado globalizante, el cual se encuentra en caída. La guerra del Medio Oriente, ha devastado el nacionalismo cautivado durante años y, el 11 de septiembre sirve de fomento o estímulo para acelerar la captura de tierras vírgenes, es un sálvese, quien pueda. Nadie sabe, a ciencia cierta, quien es terrorista. Las redes sociales tienen confundido al pueblo, y los cibernautas se adhieren a una opinión pública del mundo europeo, en el caso nuestro, desearía saber dónde están los jóvenes que fueron becados para estudiar en China y otras regiones afines con el Socialismo del Siglo XXI.
Trump, tiene una gran misión, es la repartición del mundo entre sus colonias y fortalecer la fuerza militar, lo demás, lo viene haciendo los medios de comunicación.
Ya la utopía del desarrollo, es una subjetividad del mundo moderno, se viene constituyendo una potencialidad a nivel internacional. Hay comentarios, acerca del régimen izquierdista o socialista que busca perfilarse en Venezuela, pero, todo ello, exige una lealtad incuestionable, mientras en las zonas urbanas hay una oleada creciente de manifestantes y terroristas paramilitares
Con la nación rica en petróleo arraigada en una penosa crisis económica y una lucha de poder entre el gobierno y la oposición, las críticas cuidadosamente formuladas por la Sra. Ortega de la caída de Maduro en el autoritarismo la convirtieron en un rostro poco probable de disentir después de haber servido una década como pilar del gobierno socialista.
"Es hora de llegar a un acuerdo con nosotros mismos", dijo la abogada de 59 años en su oficina en la capital. "Es hora de mantener conversaciones y negociar. Significa que uno tiene que ceder en las decisiones por el bien del país ".
El empuje para reformar la constitución también ha sido criticado desde Estados Unidos, donde los senadores presentaron el miércoles un proyecto de ley instando al presidente Donald Trump a tomar medidas más duras para enfrentar el colapso de Venezuela, incluyendo sanciones a funcionarios venezolanos responsables de abusos y corrupción.
Hay resistencia de ambas partes y algunos hablan de transición, pero, la ambigüedad en la utilización del discurso político, nos ha llevado a pensar en la restauración democrática y nos coloca frente a la historia. Nos encontramos en un mundo de apariencia, donde hay actores como factores políticos que inciden en una lucha contra la opresión.
La MUD, debe dejar la resistencia a un diálogo, que os llevara a conclusiones muy ciertas.
Días atrás, durante el viaje de regreso de Egipto, el papa Francisco habló con los periodistas en el avión y se refirió a la crisis venezolana. En esa suerte de conferencia de prensa afirmó que estaba dispuesto a mediar entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, siempre y cuando se acuerden "condiciones muy claras".
Es necesario avanzar en el intercambio de opiniones y logar la paz.