Primero Justicia (PJ) y Voluntad Popular (VP) se pusieron a jugar con fuego y se dieron tremenda abrasada, cuando más se la daban de bravos apoyados por el principal lacayo del imperio gringo en la OEA, Luis Almagro, el presidente obrero, Nicolás Maduro, les convocó la Asamblea Nacional Constituyente y los dejó aturdidos, fuera de base y apelando a la violencia, lo único que no cabe duda ellos sí saben hacer.
Pero ahora todo ese odio, toda esa violencia que sembraron en su gente se les está revirtiendo, pese al apoyo que tienen de medios distorsionando la información en Venezuela y el mundo a su favor. Sus marchas se han decantado en los seres más perversos que ahora no pueden controlar, entre otras cosas, porque carecen de liderazgos serios, sólidos, responsables.
Los cabecillas de estas organizaciones anárquicos nunca dieron marcha atrás, rehuyeron a los llamados de paz y fueron más allá de donde puede llegar el criminal o el terrorista más malvado. Atacaron a un materno infantil con 54 niños, han asesinado a inocentes que ellos mismos utilizan como carne de cañón, y cual satanás le colocaron obstáculos a la mediación del Papa Francisco.
El extremismo los llevó a tal punto que la gente sana, trabajadora, estudiosa, les está agarrando miedo. No saben a qué atenerse cuando se topan con un grupo de PJ o VP. Y tiene razón, los pueden matar, lo han hecho con venezolanos desprevenido que, a veces, ni siquiera están protestando. Estos dos grupos son sinónimos de sangre, fuego, destrucción.
No es gratuito que ya algunos dirigentes opositores los estén aislando, son muchos los que se han bajado de esa siniestra aventura, que solo trae desolación y muerte en un país de gente noble como Venezuela. Incluso, hay familias de ellos mismos que ya se quejan de esa locura. Una calle trancada, una barricada, una nube de humo, no distingue entre chavistas y opositores.
La misma Diana D’Agostino, opositora radical y esposa de Ramos Allup, dijo -en un audio que otra opositora radical como la periodista Marianela Salazar confirmó que era auténtico- que la MUD estaba dividida y que Capriles Radonski podía hacer cualquier desastre, porque ya no tenía nada que perder, y que Lilian Tintori y Freddy Guevara si pudieran incendiar al país de una vez, lo incendiaban. Y con esa diabólica actitud, no permitieron que el Santo Padre los liberara del demonio.
Por eso exhorto a que se sigan sumando verdaderos líderes opositores, para que repudien públicamente las acciones criminales y vandálicas de esos grupos terroristas de la MUD; igualmente llamo a los simpatizantes de estos violentos, a que los dejen de seguir, esa gente está enloquecida, perdió por completo la razón.
Apostemos al triunfo de esta Constituyente y que se cumplan sus objetivos sobre todo el de la paz y el que promete revisar delitos como el terrorismo, porque no puede haber paz sin justicia. Y ahora es que hay violentos con cuentas pendientes en Venezuela a propósito del golpe de estado, que destroza el país buscando acabar con la revolución bolivariana.
Con Maduro victorioso ¡venceremos!