No es paja, estamos en una guerra

Qué mentiras no se podrán decir de este gobierno que no se hayan dicho hasta ahora. Ha sido una guerra brutal, despiadada desde Chávez hasta Maduro. Qué acusaciones falsas. Qué canalladas. Que injurias. Todo absolutamente todo se ha dicho y se repite incesantemente hasta la saciedad y través de cualquier medio posible.

El propósito es hacer ver la revolución bolivariana como un régimen, violento, diabólico y criminal. Pero, sobre todo, lograr que el chavista sea percibido en la sociedad como un bicho, un engendro del mal. Un ser miserable y bruto incapaz de sentimientos nobles, guiado por el odio. Jamás la discriminación, la intolerancia y el fascismo alcanzó una expresión tan abominable en Venezuela.

A pesar del feroz ataque, el chavismo ha intentado resistir espiritual y psicológicamente, Nada fácil en un contexto en el que vestir de rojo, o defender las ideas de Chávez, es motivo , no tanto de burla, sino de odio, intolerancia social y persecución violenta. Basta con leer o escuchar los insultos y calificativos con los que se agrede sin piedad a quienes solo cometen el pecado de defender una causa. Es una situación tan grave como el aparthei sudafricano o el histórico acoso contra los palestinos.

Hubo un momento, durante la presidencia de Hugo Chávez, cuando cualquier chavista podía, o más bien osaba, defender su posición ideológica en reuniones familiares o de amigos. Hacerlo en restaurantes o lugares públicos reservados a la llamada clase media resultaba una conducta temeraria; no obstante en la actual circunstancia política del país es simplemente un suicidio. No es que ahora no exista la voluntad de defender esos criterios, solo que, como es de sospechar, casi siempre priva el instinto de supervivencia.

El plan de guerra sucia y acondicionamiento mental dirigido a la desestructuración emocional de la sociedad venezolana, ha llegado a un punto de máxima ebullición. Todo ha sido posible a través de la mentira, la fuerza que, según Francois Revel, a dominado el mundo a través de la historia de la humanidad.

Millones y millones de dólares ha utilizado la oposición terrorista local , financiada por los Estados Unidos, para colocar la realidad al revés . En una operación propagandística acechante y sin precedentes están conduciéndonos al matadero y poniendo a prueba la imbecilidad de muchos. A través de los medios de comunicación y las redes transmediáticas han logrado lo que jamás hubieran podido lograr la derecha a través de la oposición democrática, la discusión política y la confrontación de ideas.

Bastará salir a las calles y observar como los terroristas, utilizando los símbolos del fascismo, y actuando en masas desequilibradas, presas del instinto agresor, como hordas bárbaras, diría Canetti, destrozan, intimidan y dejan muerte y desolación a su paso. Lo peor es que creyéndose adalides de la democracia , y en búsqueda de una loca, enfermiza y falsa heroicidad, pueden culminar más que en el paraíso soñado, en el peor de los infiernos como lo sería una guerra civil.

Lo peor de todo esto es que el gobierno, ahora con Maduro, y en el pasado con Chávez, no ha sabido dar respuesta a una subversión que fue creciendo rápidamente en un camino de pólvora que está cerca de implosionar en una llamarada de horror. Desde hace muchos años el gobierno incapaz de imponer la autoridad ha actuado con total negligencia permitiendo actos brutales que no se permiten en ningún lugar del mundo, solo por la insensatez y el miedo de ser acusado de autoritario. La de la oposición es una ofensiva terrorista y en esa condición debe ser combatido. Esto no es paja, esto es una guerra.



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Jhonny Castillo

Periodista, presidente de la Fundación Lectura Crítica de Medios.

 jhocas10@hotmail.com      @heraclitando

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