El Libertador Simón Bolívar… ¡si comió mangos! (IV)

Es algo como incomprensible, por ello cualquiera se pregunta el por qué en Venezuela se consigue durante todo el año, buen número de frutas industrializada que se producen abundantemente en Gringolandia, (Estados Unidos) Manzana, Pera, Melocotón, Fresa, Naranja, Arándalo y otras más, en jugos, enteras en latas, en conservas, y en otras presentaciones más; mientras que el Mango solo se puede consumir en época de su cosecha, porque después el Mango y derivados usted no lo consigue ni para remedio. ¡Verdad que es bastante extraño! Póngase usted a pensar el éxito extraordinario que tendría la industria procesadora y embazadora del Mango, por lo que diera la impresión que es a eso precisamente lo que teme el productor de frutas norteamericano, simplemente porque por aquellos lares no se produce el Mango. Sin embargo, nunca se ha oído que el gobierno venezolano haya en alguna época alentado a los industriales procesadores de frutas del país para conjuntamente estudiar qué es lo que se necesita para transformar y embazar el Mango y se pueda conservar por un tiempo bastante prolongado y así poderse consumir durante todo el año. Que esa iniciativa pondría a chillar al extranjero porque ello significaría una gran merma en el consumo de las frutas importadas, bien sea enteras y/o transformadas, lo que lógicamente influiría en menor beneficio económico de los importadores de frutas, bueno, en definitiva es una determinación autónoma y nacionalista. Bien, ahora sigamos con la historia sobre el Mango y su consumo por nuestro Libertador Simón Bolívar.

El árbol del Mango criollo regularmente alcanza una altura de 20 a 30 metros, aunque actualmente se consigue por medio de injertos y cruces un tamaño menor y se obtiene su primera producción en menor tiempo. En Venezuela tenemos un dicho popular "los mangos están bajitos", refiriéndose sin duda a que cuando las matas están bien cargadas y la altura del árbol no es tanta, facilita la recolección. Este dicho de, los mangos están bajitos, se usó mucho a finales del siglo XIX y XX, tanto, que muchos gobernantes del país la usaron con frecuencia. El dicho sobre el Mango, todavía da a entender que las cosas estaban listas para ser llevadas a cabo o que ya el asunto del cual se trate ha sido descubierto. Sucedió en 1913 que el general Francisco Linares Alcántara se dio por enterado de lo que quería decir el general Juan Vicente Gómez y poco después salió voluntariamente para el exilio, ésto se originó cuando ocurre la ruptura de amistad entre los generales Román Delgado-Chalbaud y Gómez, ambos habían sido muy buenos amigos, compadres y socios en varias empresas, pero aquel año se enfrentaron por rivalidades y malentendidos, lo que llevó al primero a implementar un proyecto para derrocar a su compadre Gómez. Resulta que Linares Alcántara había sido separado de sus responsabilidades de gobierno y se involucra en la conspiración, a pesar de ser muy allegado a Gómez hasta el punto de que tenía amores con Regina, la hermana del dictador a la que había prometido matrimonio. Cuando Gómez se enteró de lo que se fraguaba en su contra, ordena al coronel Agustín Tirado Medina para que detenga a Delgado-Chalbaud.

Tirado sabía muy bien que la misión encomendada no era fácil y por tal razón hace averiguar los hábitos del militar en desgracia, se entera que Delgado-Chalbaud acostumbraba salir muy temprano en su coche tirado por dos hermosos purasangres, con tal información un día Tirado decide esperarlo frente a su casa desde las primeras horas de la madrugada, antes de las seis de la mañana del 17 de mayo de 1913 Tirado escucha que el coche del general Delgado-Chalbaud se aproxima y con todos sus sentidos en alerta, se apresta a cumplir sus instrucciones y se coloca frente al portón de la casa. No hizo falta ninguna violencia, de hecho Delgado-Chalbaud lo conocía muy bien y tan pronto lo vio ordena frenar el coche para conocer el motivo de la presencia de Tirado, lo que éste aprovecha para saludarlo militarmente y al acercársele le apunta con un revólver apresándolo para luego llevarlo directamente a la cárcel La Rotunda. Linares Alcántara se entera del suceso a través de Regina, hermana del Presidente Gómez, quien le dijo: Es mejor que salgas del país por un tiempo, Panchito, mientras las cosas se arreglan. Linares para cerciorarse decide llamar por teléfono al presidente Gómez y así aclarar su incertidumbre de que su futuro cuñado lo quiere detener. Y al responder el teléfono presidente Gómez se produce el siguiente diálogo: -Alá Alcántara, ¿qué noticia me tiene? -Nada mi general, quería saber si todo estaba bien. Y el general Gómez responde –Pues nada, amigo Alcántara. Es que como los Mangos están bajitos estoy meneando la mata pa’que se caigan. Aquella respuesta hace que Alcántara no dude más sobre el consejo de su novia, él conocía muy bien a Gómez y sabía que su seguridad estaba en peligro, por tanto esa misma noche cabalga velozmente hacia Puerto Cabello, donde consigue una embarcación que lo lleve a la isla de Curazao.



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José M. Ameliach N.


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