La vida de Sabino es un ejemplo de los tantos sufrimientos por los cuales ha pasado las familias del guerrero pueblo Caribe Yukpa de la Sierra de Perijá y su piedemonte. Su vida es un ejemplo contemporáneo de la colonialidad vivida en Venezuela. Esta colonialidad está intacta en Perijá desde de la llegada del Capitán de la vascongada Don Juan de Chourio en 1722 para fundar la Villa del Rosario con familias de las Islas Canarias y otras oriundas de Maracaibo descendientes de la primera oleada de españoles asentadas en las orillas del Lago de Maracaibo, sólo que ha mutado a nuevas formas de violencias.
Desde la Villa se fundó Machiques cuando las tropas del General Venancio Pulgar incendio La Villa del Rosario en 1872 y se erigió Parroquia Eclesiástica en 1890. Ya para 1920 le General Gómez le entregó a los hermanos García las tierras de los Yukpa Macoitas de río Apón para fundar la hacienda El Capitán, que el año pasado al fin terminaron sus descendientes Caribes de la comunidad Sirakta despojarlos de sus últimos potreros pese al apoyo del Gobernador del Zulia y la Ministra indígena Aloah Núñez, así como de la Asociación de Ganaderos de Machiques (Gadema).
Fueron los blancos ganaderos descendientes de aquellas familias traídos por De Chourio los que despojaron desde 1930 con la ayuda y financiamiento del Gobierno las tierras del río Yaza a los padres y demás descendientes de Sabino. Allí, en sus tierras planas, se establecieron las enormes haciendas de las familias Vargas, Peña, Chacín, entre otras.
El pueblo Yukpa ha guerreado desde siempre por la defensa de su territorio, y hoy de igual manera ante el Estado Gobierno el cumplimiento de los denominados derechos humanos de los pueblos y comunidades indígenas violados. Ayer guerrearon con canarios y españoles, luego con sus descendientes los blancos ganaderos, y hoy con algunos de ellos, pero principalmente con la política colonial del Gobierno Revolucionario y los grupos armados colombianos enquistados en su territorio como Para-Estado con sus actividades de abigeato, compra y traslados de miles de cabezas de ganado a Codazzi y Becerril, Colombia.
Para neutralizar el avance del pueblo Yukpa en el proceso de recuperación de tierra ocupada por haciendas ganaderas y entregar a la vez títulos colectivos de propiedad tierra sin incluir dichas haciendas el Estado Gobierno opta por desarrollar un plan de entrega de dadivas a través de la creación de Consejos Comunales y el Plan Yukpa apoyado por 10 ministerios coordinado por el Ministro Tareck El Aissami. Al neutralizar la dirigencia Yukpa, menos a Sabino aún firme en su afán de recuperar las tierras originales de la cuenca del río Yaza, El Aissami con el apoyo de la Ministra Indígena Nicia Maldonado opta por separar al Cacique Sabino Romero del resto de los Caciques del Yaza, en especial con sus vecinos Olegario Romero Romero y Amalia Pérez terminando dicha injerencia con el enfrentamiento de las dos comunidades con un saldo de dos muertos y cinco heridos, inclusive Sabino. De inmediato el ministro en cuestión violando el Articulo 260 de la Constitución opta por detenerlo y orientar un juicio amañado en su contra, que a los 17 meses termina con la libertad de Sabino a no conseguirse prueba alguna. El tribunal de Trujillo lo decreta Inculpable.
Luego de la ocupación de la hacienda Medellín, con un saldo de cinco ganaderos heridos en un intento colectivo de recuperación y dos mujeres Yukpa, una de ellas hija de Sabino, los ganaderos determina asesinarlo, y contratan al temido sicario Ángel Romero, apodado El Manguera, guardaespaldas del rico hacendado El Chirry. Ayer 3 de junio se cumplió 4 años y 3 meses de su asesinato. Aún los familiares espera el juicio a los ganaderos autores intelectuales de dicho crimen. Permanecen en la cárcel El Manguera con condena de 30 años de prisión y cinco policías de Polimachiques con 6 años y unos meses; uno de ellos, El Mantequilla, compinche de Manguera, era el guardaespaldas del Alcalde de Machiques para aquel entonces Vidal Prieto. Determinándose así, una vez más, desde la fundación de Machiques y el despojo de los territorios indígenas, la relación del poder ganadero con el Estado.
Al igual que el pueblo Yukpa, hoy la familia del Cacique Sabino Romero está sometida a un cerco de hambre y a un aislamiento, no hay vía de comunicación, el Gobernador Arias Cárdenas se niega a repararla. El Gobierno Regional determinó entregarle a los grupos armados colombianos el cuidado y la administración de las comunidades fronterizas, en especial a los pueblos indígenas. Gobiernos regional y nacional se han desentendido de los pueblos indígenas fronterizos, violando así sus derechos humanos. Hoy los acogota el paludismo y el hambre. No hay dinero para comprar los pesticidas adecuados para controlar los zancudos trasmisores de paludismo.