No quisiera seguir escribiendo del periodista Vladimir porque no quiero darle el protagonismo que busca. Más bien, en este artículo quiero manifestar el orgullo que siento escuchando la sensatez, sinceridad, la lealtad a la verdad, del Ministro de Comunicación Ernesto Villegas. Más joven que su hermano, muestra una madurez y una sensibilidad que asombra. Mientras el Señor Vladimir chillaba y vociferaba cual propio hermano mayor que le hace bulling a los más pequeños, Ernesto (permítanme llamarlo así, por lo joven y lo valiente) insistía educadamente en permanecer en lo objetivo, en los ¡80 venezolanos muertos¡ Y ahí no hay más excusas que valgan: que si fueron muertos por la guardia, que ¿porque no fuiste al velorio de los otros muertos?, que porqué la GNB no entrega a los solicitados por el MP, etc, etc, etc.
Porque estarán de acuerdo conmigo, apreciados lectores: mientras los muertos, estos 80 venezolanos, perdieron sus sagradas vidas gracias a la "pacífica" iniciativa de los dirigentes de la oposición, para derrocar al rrregimen, para calentar al país y ponerlo en bandeja de plata, junto a nuestro Presidente y a todos los chavistas, a las órdenes de Almagro y el Departamento de Estado de USA, discúlpeme Sr. Vladimir pero debe reconocer y admitir que son personas muertas gracias a la oposición. En honor a la verdad. Porque espero, quiero creer que usted todavía tiene honor.
Pero no hizo honor a su rol de periodista y entrevistador del canal de que "aquí nos vemos todos". Buena estrategia su propuesta al canal, aprovechando su amistad y conocimiento de los revolucionarios, por haber sido chavista, y su estadía en el Canal Globovisión, famoso por apoyar al golpismo en los sucesos del 2002 y siguientes, e incitador de los odios, los descontentos, de los televidentes que además no piensan y dejan que otros piensen por ellos, usted se ha convertido en el protagonista estrella del canal, aunque con otro dueño que, astutamente, pone sus barbas en remojo recordando la experiencia del Canal dos.
Pero es evidente y notoria la gran diferencia de su actitud según cual sea el entrevistado que tenga por delante. Para nada cuestionador con los que defienden a la MUD y sus tácticas opositoras terroristas, más bien simpático, afable y hasta compadre. Ya lo mencioné en un artículo de hace unos años en ocasión del invitado Ramón Guillermo Aveledo, y sigo observando que continúa igual.
Creo que finalmente dejaré de sintonizar su programa. Hoy lo aprecié mucho, en ocasiones lo apago al empezar pues hay invitados cuya visión y entrevista dañarían mi digestión inmediatamente. Ya ve, no creo que sea usted imparcial aunque me tilde, seguramente, de neurótica. Y usted sí es opositor, aunque no milite en un partido político.
Repito, con su hermano no le hizo honor a la consigna de que ahí se ven todos. Considero que lo maltrató, intentó llevarlo por otros cauces, no le permitió exponer con tranquilidad su ponencia, usted debía obligatoriamente (¿para quién Sr. Vladimir?) sacudirle y hasta retirarle la silla donde estaba sentado, cual una comiquita grotesca, sin permitirle continuar con su exposición, objetiva, clara, trasparente, y dolorosa.
A usted Señor Vladimir, use como consigna la PAZ. Ni un muerto más. Y aproveche altamente, para el bien de Venezuela y de todos, su poder y esfera comunicacional. Asuma que tiene una altísima responsabilidad frente al país. Le recomiendo ver el programa Cayendo Y Corriendo, con Miguel Angel Pérez Pirela.
Y a ti, te felicito Ernesto, a pesar de tu hermano que creo tiene mucho compón, lo intestaste de buena fe, con decisión y coraje. Todos nosotros, los venezolanos de bien, estamos orgullosos de ti, de que nos representes como Ministro del Gobierno Bolivariano, digno compañero de Nicolás Maduro. Sigamos luchando por esos 80 muertos y para evitar, por el amor de Dios y a Venezuela, que no haya ¡ni un muerto más!