Nuestro país vive otra vez los empellones de una violencia injustificada y perturbadora. No negamos el paso de la crisis, estamos sumidos en ella, con sus raíces sistémicas y sus severas expresiones socioeconómicas. Enemigos muy poderosos, astutos e inescrupulosos se confabularon desde hace casi dos décadas para impedir el éxito de la Revolución Bolivariana. También se suman graves errores político-ideológicos, éticos y de política económica de nuestra parte, cuyos efectos no se han balanceado autocríticamente, y que pesan más de lo meramente gubernamental. Hay problemas culturales serios que no se trabajaron adecuadamente estos diez y siete años, y al contrario, se fue permisivos y hasta reproductores de antivalores típicos de la decadencia moral burguesa. Sin embargo, ni el ideal socialista de igualdad y fraternidad, ni la Doctrina Bolivariana -más vigentes que nunca- son los culpables de las fallas y malas prácticas señaladas; por no atender esas fuentes espirituales de nuestra causa es que tales falencias fueron posibles. Pese a ello, la razón histórica sigue de nuestro lado, y no está planteado claudicar ni traicionar los principios que abrazamos con Chávez como jefe inspirador del nuevo humanismo altruísta y la emancipación nacional. Por estas razones de logros, amor y futuro, vamos a votar constituyente:
1) La Democracia. En Venezuela votar es un derecho y no es obligado, pero a la vez es un deber para con el país, por tanto, es un privilegio sencillo de participación pulcra y digna que no debemos despreciar. Votar es construir ciudadanía.
2) La Paz. Por oposición al disturbio y el terrorismo que nos agobia y enluta, el voto voluntario es un acto de protesta contra la guerra que algunos sectores mesquinos quisieran imponer. La convocatoria a la ANC es una apertura a múltiples diálogos, que deben conducirnos a dirimir diferencias y echar bases de un modelo estable y perdurable de convivencia.
3) La Soberanía Nacional. La venezolanidad connota heroísmos libertarios que son reconocidos mundialmente. Honrar esa herencia sagrada que nos da Patria, es aportar nuestra actitud solidaria y comprometida con la pervivencia de la República Bolivariana de Venezuela como nación indepenfiente, frente a pretensiones imperialistas que nos quieren ver derrotados y sumisos para recolonizarnos. Votar para la ANC es formar parte del Ejército Libertador contemporáneo.
Sin el Derecho Humano a tener Soberanía y nacionalidad, ningún otro derecho es posible disfrutarlo.
4) La Garantía de los Derechos Humanos. La CRBV es un excelente instrumento de Derechos. No hay dudas sobre la profundización de los mismos, toda vez que su carácter progresivo e indivisible, preservan los conquistados y abren cauces creativos para incluir aquéllos que las luchas de los pueblos y movimientos sociales internacionales han ido incorporando a la agenda del nuevo pliego garantista de esa "utopía por la dignidad colectiva" que son los DDHH.
5) Estabilidad Laboral y Prestaciones Sociales. Estas conquistas del funcionariado corren grave peligro de llegar a imponerse la opción anti ANC. Son esos sectores quienes no sólo pregonan la disminución del Estado, si no que además, han amenazado aplicar represalias odiosas contra servidores públicos que a diario se esfuerzan por cumplir sus tareas superando dificultades y con lealtad a las instituciones que son del pueblo venezolano. Votar para la ANC por cualquiera de las personas postuladas, es decir "aqui estamos presentes cumpliéndole a las leyes y la Constitución", tal como juramos al optar al cargo que ocupamos con decencia y entrega.
6) Jubilaciones y Pensiones. Son éstas las recompensas mínimas a que aspiramos luego de años de servicio. Esta ANC tiene la especial particularidad que por primera vez en la historia, la clase trabajadora tendrá una significativa representación directa, más un grupo de compatriotas que ya gozan de la digna condición de jubilados y pensionados. Es decir, tenemos voz propia y garantías de no retroceder en estos beneficios conquistados, toda vez que en países vecinos recientemente se han lesionado y retrogradado logros que se creían inamovibles.
Las derechas que gobiernan Argentina y el usurpador de Brasil, los eliminaron de un plumazo.
7) Impedir la Imposición Neoliberal. Votando para la ANC buscamos impedir que nos impongan un paquete neoliberal, como lo vociferan políticos y tecnócratas opositores. Tal escenario implicaría privatizaciones masivas de los servicios electricidad, gas, agua, salud y educación. Millones de personas quedarían impedidas de acceder a estos elementos esenciales para la calidad de vida y la inclusión social. Basta mirar las tarifas dolarizadas que se paga en países vecinos, a las que quienes vivimos de un salario no podremos jamás acceder.