Ya son muchos los que se dicen chavistas y adversan al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, demasiados para mi gusto. Y sinceramente ¡no los entiendo!
El caso más reciente el de Luisa Ortega Díaz, Fiscal General. Se le escucha abiertamente en actitud de rebeldía ante el TSJ, ante el Poder Ejecutivo, denigrando a más no poder pero… intentando malamente emular al Presidente Chávez. En la conferencia de prensa que ofreció el día de ayer, toma como suyas ¡las palabras del Comandante Chávez! Frases tomadas del primer discurso que Chávez dio en 1999 en Los Próceres, también tomadas de Chávez cuando rindió cuentas en enero 2012 ante la Asamblea Nacional, habla de Simón Bolívar y de los soldados que no deben levantar las armas frente al pueblo, pero no menciona nada sobre el piloto del helicóptero, inspector del CICPC, Oscar Pérez (hasta nombre de salsero tiene). En su calidad de funcionaria investida de autoridad, como menciona a cada rato, no reprueba públicamente a un terrorista, quién buscando protagonismo se le ocurre disparar y lanzar granadas sobre dos instituciones públicas. La Fiscal General de la República Bolivariana de Venezuela ¿no dice nada al respecto? Será que, al igual que la versión que escuché ayer en el Programa del Vladimir, ¿se desmarca del piloto y de un hecho "aislado" como supuestamente los dirigentes de la MUD? Quién calla otorga, y para mi le causó un fresquito a la Fiscal este hecho terrorista contra el TSJ de quien señala, hoy, después de varios meses callando, estar compuesto por magistrados ilegítimos.
Dice la Fiscal General que, tal como el Presidente Chávez, cumpliendo con el mandato 333 de la Constitución, ¿daría hasta su vida por defender la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela?
No sé a ustedes, pero a mí personalmente, todo ese discurso, me suena a propaganda electoral. Discurso rebelde, azuzando el enfrentamiento en el país, incentivando el golpismo vestido de terrorismo, ayudando insensatamente a la impunidad de tantos delitos cometidos por los dirigentes de la oposición que llaman al desconocimiento del Presidente Maduro, elegido constitucionalmente. ¿Será en verdad que la Fiscal aspira a ser Presidente de la transición, como han dicho algunos? ¡Absurdo!
Y hasta muy triste. He tenido en años recientes varias experiencias en el Ministerio Público, donde acudí con confianza, sintiéndome bien acogida, como una ciudadana venezolana cuyos derechos la ley protege y defiende. He tenido respuestas positivas que me hacen creer en las instituciones, y las cuales he defendido y admirado a pesar de resultados lentos, algunos que aún no concluyen luego de igual número de años. He conocido fiscales del Ministerio Público, funcionarios serios, dedicados, comprometidos con su trabajo, héroes anónimos, que cumplen su función a cabalidad, sin pretender nada a cambio, sólo la tranquilidad de su conciencia con la labor cumplida. Labor que en verdad señalo realizan con amor patrio, con desprendimiento, con competencia. Y en lo personal, agradezco profundamente. Sean o no chavistas. Los que conozco son funcionarios públicos honestos.
Pero la actitud de la Fiscal General quién los representa como cabeza principal, desconcierta y entristece. Hasta he preguntado si el Fiscal Fulanito, a quién mucho admiro, ¿apoya ahora a la Fiscal? Me responde un conocido que sí, la apoya. Y la respuesta me deja una gran inquietud: y entonces…. si ahora la apoya, antes de abril 2017, ¿no la apoyaba?
Y no se trata sólo de personajes como la Fiscal General versión 2017, sino también de amigos intelectuales y conocidos, hasta gente desconocida que encuentro por ahí, que lamentablemente han caído en la maniobra de la oposición, esa estrategia de moda en la campaña electoral del 2013: Maduro no es Chávez. Y que está siendo puesta en práctica ahora. Con personajes archi conocidos.
Y declaran que son chavistas, pero no "maduristas", argumentando que Chávez era otra cosa, que con Chávez no pasaría esto.
Pero que al igual a la Fiscal General, están lavándose las manos, haciendo un gran favor al enemigo y, además, captando alianzas y futuros votos del pueblo chavista que amó a Chávez de corazón, que lo admiró y siguió con lealtad. ¿Y acaso percibirán que con eso están haciéndole mucho daño al país?
No me atrevo a llamarlos traidores. Allá ellos con su conciencia y sus creencias. Y sus cambios de posición. A mí, de forma benevolente me llaman ingenua, o tal vez pendeja.
Y la última consigna del Presidente Chávez, la del 8 de diciembre 2012, Unidad, Lucha, Batalla y Victoria, está siendo pisoteada, incomprendida, intentando destruir el ideal bolivariano, el ideal chavista. No lo lograrán.
¡Viva nuestro Presidente Maduro! ¡Viva la Fuerza Armada Nacional Bolivariana! ¡Viva el General Padrino López! ¡No volverán!