Historia de la clase obrera venezolana (I)

La Estratificación de clases sociales es relativamente reciente, apenas dos siglos y ha sido la utilizada por las ciencias sociales modernas desde su origen. El concepto de clases sociales viene a sustituir la estratificación medieval que dividía a los hombres en castas según su color de piel o de carácter nobiliario, dependiendo de estatus religiosos, políticos o sociales (heredados o comprados). Se le ha otorgado a Marx y sus seguidores la paternidad y el uso dominante de estas categorías, el propio Marx reconoció el no ser el autor de esta estratificación, pero han sido sin dudas los marxistas quienes mejores analizaron y aportaron en el desarrollo y maduración de esta estratificación, en el estudio fundamental del desarrollo de la clase obrera y la burguesía europea propias del capitalismo del siglo XIX. Lo que sí es propio del marxismo es el concepto de lucha de clases, la confrontación entre el capital y el trabajo, como el primero se apropia a través de la plusvalía de parte del trabajo producido por los obreros. Para Marx solo hay dos clases sociales: burguesía y clases trabajadora. La llamada clase media es un subterfugio, forma parte de la clase trabajadora, solo que es un sector reaccionario que niega de su condición y aspira ser burguesía.

Fue con el desarrollo de las sociedades modernas, en los inicios del capitalismo, tal como lo plantea Max Weber (1998), con el surgimiento del protestantismo (movimientos luteranos y calvinistas), con el desarrollo del pensamiento liberal burgués, que el trabajo comenzó a ser aceptado como elemento fundamental del desarrollo económico. Hasta el siglo XV los economistas consideraban que la riqueza consistía fundamentalmente en el dominio de minerales preciosos y la propiedad de la tierra, alcanzado fundamentalmente a través de la expansión y colonización territorial y la utilización del trabajo forzado (esclavo). A partir de esta fecha, con el desarrollo industrial del capitalismo, el trabajador asalariado comienza a sustituir a los siervos y los esclavos.

Fue Marx quien comprendió y analizó con mayor precisión el papel del trabajo y de los trabajadores como sujetos históricos. Para Marx, en el capitalismo el hombre se cosifica y objetiviza, se convierte en cosa y objeto, perdiendo toda esencia humana, sus capacidades físicas y espirituales se limitan. Según el intelectual alemán, el trabajo se había degenerado pasando de ser una creación natural del hombre a un proceso de esclavitud y enajenación. El hombre no se desarrolla en el trabajo por el contrario pierde su esencia humana, convirtiéndose en mercancía, el hombre solo es feliz fuera del trabajo. Pero además en esta mercantilización del trabajo Marx descubre- en lo que sería su aporte fundamental a la teoría del valor y la diferenciación de trabajo y fuerza de trabajo- que no es el trabajo lo que vende el hombre, sino su fuerza de trabajo, el trabajador recibe solo lo necesario para la sustentación, pero el salario nunca es equivalente a su producto.

El estudio de las clases sociales en Venezuela es relativamente reciente y escaso. La mayoría de nuestros historiadores se dedicaron fundamentalmente a la historia político–militar y los sociólogos, marcados por el positivismo y el funcionalismo, a los análisis y comportamientos de grupos, más relacionado a la psicología social que a la propia sociología.

Es en la Historia Constitucional de Venezuela de Gil Fortoul (1967)- primera publicación de 1909- donde aparece por primera vez la división en periodos de gobiernos denominados oligarquía conservadora y liberal. Según Losada Aldana (2005), el mismo año de la fundación del Partido Comunista de Venezuela (1931), Gil Fortoul, en su trabajo Sinfonía Inacabada, muy atinadamente distingue las dos clases fundamentales en la sociedad actual: la clase capitalista y la clase obrera, afirmando que existe entre ellas una total y aguda contradicción, que conduce necesariamente al conflicto y a la lucha de clases. En este sentido, luego de confesar que no es socialista militante, sostiene: "y con los que sufren y padecen creo en una próxima organización social, menos imperfecta y más humanitaria, con luchas menos brutales y leyes más equitativas. En suma, creo en el advenimiento de otra civilización que será, a un tiempo, más intensa, más completa y más alta". (Diario Vea. 25/09/2005)

Luego la historiografía marxista produjo algunos avances, con las obras de Carlos Irazábal, Miguel Acosta Saignes, Rodolfo Quintero, Salvador de la Plaza, Federico Brito Figueroa, Domingo Alberto Rangel, Pedro Duno, Briceño León, entre otros. En la estratificación social moderna son estudios de mercadeo y electorales los que predominan, donde solo se perciben tendencias electorales y como consumidores.

Orígenes de la Clase Trabajadora

Hasta hace 5 siglos, con el proceso de colonización, los hombres que vivieron en Venezuela, como en el resto de América, tenían una relación de dependencia e integridad con la naturaleza, no existía propiedad privada, ni clases sociales, el hombre era un ser libre genéricamente, el trabajo era para la sustentación y para la recreación (creación), no había ni horarios, ni salarios, ni obligaciones. Hasta cercana la era cristiana la mayoría de nuestros habitantes eran nómadas, vivían de la caza y la pesca. Como sabemos Venezuela no logro los desarrollos de otras civilizaciones como los aztecas, los mayas o los incas. Nuestro nivel más avanzado de agricultura se dio con los Timoto-Cuicas. Los hombres ocupaban la mayoría del tiempo- además de satisfacer las necesidades básicas- en el ocio creativo, enseñando a los jóvenes las actividades de caza, pesca y agricultura y rindiendo culto a la naturaleza.

Todo esto termina con la colonización, nuestros primeros pobladores son sometidos no solo al dominio económico, la pérdida de su libertad, convirtiéndose en propiedad de los colonizadores, perdiendo sus tierras comunales y- tan importante como esto- siendo sometida y desplazada su cultura: lengua, costumbres y religión. Antes de la llegada masiva de los esclavos negros procedentes de África, nuestros indígenas fueron esclavizados sirviendo como bestias de carga, en la apertura de caminos, como traductores, pesca de perlas, trabajo doméstico y en las primeras actividades agrícolas.

A pesar de la lucha por su reconocimiento como humanos y legítimos dueños, a pesar de los cambios en las legislaciones españolas (Leyes de India de 1542), a través de las encomiendas y los pueblos de doctrinas, aunque se les reconoció cierto derecho a la tierra, estuvieron obligados primero al trabajo servil y luego al pago de tributos. Muchos indígenas murieron tanto por la violencia de la colonización, las enfermedades, el tipo de trabajo al que fueron sometidos y al que no estaban acostumbrados, pero también por la resistencia, primero huyendo y negándose a trabajar y asumir las nuevas condiciones culturales, pero también utilizando el suicidio como mecanismo de liberación.

Desde la primera etapa de la colonización comienzan a llegar los primeros esclavos negros, fundamentalmente para trabajar en la minería, pero en Venezuela su mayor significación la va a tener en el siglo XVIII, con las expansión de las plantaciones en cultivos como el tabaco, el cacao y la caña de azúcar. Esto nunca desplazaría el trabajo indígena, que seguirá ocupado papel importante en los cultivos menores y los trabajos domésticos y artesanales.

Para Gil Fortoul (1967), en su Historia Constitucional de Venezuela, en la colonia se distinguieron las siguientes castas sociales:

a) Blancos: dueños de la tierra por repartimientos, de los indios por encomiendas y de los negros en las labranzas, constituyeron la "casta superior". A esta pertenecen los españoles europeos y los hijos de españoles nacidos en Venezuela, en los que se pretendió asociar el color de la piel con la pureza de la sangre, obviando que la raza española es una de las más mezcladas de Europa, producto del asentamiento árabe en la Península y la invasión de los pueblos africanos.

Los blancos a su vez comprenden tres sectores:

Blancos peninsulares: este sector, estaba constituido por españoles no residenciados permanentemente en territorios americanos, enviados por prescripciones imperiales a ejercer cargos burocráticos (Gobernadores, Magistrados, Oficiales Real Hacienda) y a controlar la administración de los recursos fiscales.

Blancos criollos: podían ocupar posiciones político-solidarias; ellos establecen una estructura agrícola productiva en términos económicos y canales de distribución relativamente liberados de la corona, lo que les otorga poder, prestigio y riqueza. Más tarde compran títulos de nobleza por lo que se les llama grandes cacaos.

Los antagonismos entre los primeros y los últimos surgen alrededor del Cabildo.

Blancos llanos o blancos de orilla: compuesta por españoles llegados con su familia en épocas tardías, mestizos entre la raza blanca e indígena, a los que tenían descendencia europea y ninguna negra o bastardos. Desempeñaban oficios serviles. Por medio de la Real Cédula, muchos pardos entran a esta casta, hecho muy reclamado por blancos criollos y blancos peninsulares ante el Rey. A los pardos se les negó la educación, y se les restringe de todos los privilegios.

Los Indios: bajo este nombre, los conquistadores incluyeron a todos los pobladores autóctonos de los territorios americanos. Su situación puede equipararse a la de los negros, es decir, fue la casta inferior, aunque las leyes le reconocieron ciertos beneficios. Se distinguen 3 categorías:

Los indígenas no sometidos a servicios personales ni al pago de tributos: esta categoría estaba compuesta por poblados considerados dóciles a la conquista, por caciques y sus hijos mayores, los indios alcaldes de poblados y finalmente por todos aquellos que no habían logrado someterse.

Los indígenas sometidos al régimen de encomienda y pueblos de doctrina: pago indirecto de tributos a través de encomendero. Estaban obligados al servicio personal. Vivían en pueblos y estaban capacitados para mantener propiedad comunitaria sobre tierras.

Los indígenas sometidos al régimen de pueblos de misión: no dependían de alcaldes de "pueblo español" ni oficiales de la Real Hacienda, por estar sometidos a la autoridad del misionero, dirigido por órdenes religiosas.

Los Negros: constituyeron la casta inferior, y fueron explícitamente definidos como "mercancía-productora de trabajo".

Mestizos: hijos de blanco e indio.

Mulatos: hijos de blanco y negro.

Zambos: descendientes de indios y negro.

Se distinguen otras castas producto del cruzamiento de los anteriores, como los zambos prietos, descendientes de negros y zambos; los cuarterones, hijos de blanco y mulata; los quinterones, descendientes de blanco y cuarterona; salto atrás, cuando el color del hijo era más oscuro que el de la madre. En Venezuela, todas las personas mestizadas (aquellos cuya raza no era pura) se les llamaban habitualmente "pardos". Los pardos, más allá de una casta, fueron una clase social que comprendía a los Mestizos, los Mulatos, los Zambos y otros mencionados anteriormente.

Como sabemos la esclavitud representa la negación más profunda no solamente del trabajo si no del hombre. A pesar que desde los primero pronunciamientos de la independencia, la constitución de 1811 y 1821, los decretos de Bolívar de 1816 y 1817, se proclama la búsqueda de la igualdad y libertad, lo cierto es que la esclavitud solamente sería abolida- parcialmente- por decreto en 1854, aunque como sabemos, tuvo razones más de lógica económica que humanitarias: el trabajador asalariado -en las nuevas relaciones sociales capitalistas que se introducían en el país- era más económico que el esclavo. Además, en la práctica muchos esclavos no fueron liberados sino años después, hasta que fueron indemnizados los propietarios de los esclavos por parte del estado. Lo más importarte, se mantuvo una esclavitud disfrazada y en algunas casos en condiciones peores, ya que sin tener tierra y sin propiedad los ex esclavos regresaban a sus antiguos dueños a laborar en peores condiciones.

Todas estas condiciones fueron causas de La Guerra Federal (1859-1863), de aquellas situaciones injustas que no resolvió la guerra de independencia. La independencia logro líbranos del dominio español, pero los mayores beneficiados fueron los blancos criollos, quienes ahora además de dueños de todas las tierras eran dueños del poder político. Después de la independencia no se logró la igualdad social, ni política, ni jurídica, ni cultura ni educativa, ni mucho menos económica. Existía una legislación censitaria, solo votaban y podían ser electos los hombres ricos que sabían leer, es decir el 5% de la población. La educación, la salud y la cultura estaban restringidas para esta minoría y solo alcanzara avances significativos, después de muchas luchas, en el siglo XX.

(Continuará…)



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Pedro Rodríguez Rojas

Sociólogo e historiador (UCV). Magister en Historia Económica (UCV). Maestría en Tecnología Educativa (UNESR). Doctorado en Ciencias Económicas y Sociales. (UCV). Doctorado en Historia (UCV). Ha sido docente de Pre y Postrado en la UCLA, UNA, UPEL. Actualmente de la UNESR en la categoría de Titular. Ha sido investigador del Centro de Historia para la América Latina y el Caribe, OEA, CELARG, Congreso de la República, Centro OPEP, entre otros. Ha sido Asistente de Investigación de los Doctores Ramón J. Velásquez, Federico Brito Figueroa, Héctor Malavé Mata y D.F. Maza Zavala, entre otros. Ex-Director de Postrado de la Universidad Simón Rodríguez-.Barquisimeto. Ex Coordinador del postgrado en Gerencia Cultural. Coordinador del doctorado de educación UNESR. Coordinador de la Línea de Investigación Filosofía y Sociopolítica de la Educación del Doctorado en Ciencias de la Educación. Presidente de la Asociación Civil Museo Histórico Lisandro Alvarado 2002-2010. El Tocuyo. Miembro fundador de la comisión de recursos hídricos de El Estado Lara .Asesor de la Misión Sucre y Aldea Universitaria de Morán. Vocero asesor de consejo comunal Los tres brazos y San Pedro. Entre los reconocimientos recibidos podemos mencionar: Premio Regional (Lara) sobre la obra de Andrés Eloy Blanco (1996). Premio Estimulo al Investigador UNESR, mayor productividad Científica del Núcleo Barquisimeto desde 1997 hasta la actualidad. Investigador ONCIT PEI Nivel. C. Premio CONABA. Premio Ensayo Histórico: Federico Brito Figueroa, Aragua 2001. Premio Ensayo Antonio Arráez: 450 años de la fundación de Barquisimeto, .2002. Premio Ensayo Educativo, Universidad de Oriente, 2004, Premio Primer Concurso Historia de Barrio Adentro del Ministerio de la Cultura, 2009. Premio sobre Legado de Chávez, Maturín, (2013). Premio Literario Rafael María Baralt, Maracaibo (2014). Más de sesenta publicaciones entre libros y artículos en revistas arbitradas a nivel nacional e internacional sobre ciencias sociales y filosofía. Es articulista en varios periódicos a nivel nacional. Coordinador de la Revista de filosofía de la educación TERÊ. Entre sus libros podemos mencionar: Juan Pablo Pérez Alfonzo, La economía venezolana, La Universidad frente a la globalización y la posmodernidad, Pensar América latina, América latina en la globalización, Educación para el Siglo XXI y La Ética Socialista. Junto a Janette García Yépez ha escrito varios libros sobre la historia de El Tocuyo, a saber: Personalidades tocuyanas, La cultura tocuyana, La cañicultura en El Tocuyo, El café y los resguardos indígenas en Morán, Crónicas tocuyanas, El Rio Tocuyo, la educación secundaria en El Tocuyo, La vida cotidiana en El Tocuyo, Memoria fotográfica de El Tocuyo, La Personalidad Intima de Lisandro Alvarado y Cultura y Tradiciones Tocuyanas.

 pedrorodriguezrojas@gmail.com

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