Señala El escritor Rafael Rojas en el medio Prodavinci, que "La crisis brasileña y la venezolana son las dos caras de la nueva inestabilidad política en América Latina. Frente al periodo de las transiciones democráticas de los 80 y 90 o al del ascenso de las izquierdas bolivarianas en los 2000, la segunda década del siglo XXI da muestras cada vez más claras del agotamiento paralelo de dos modelos de organización de la sociedad y el Estado: el neoliberal y el neopopulista", "La nueva inestabilidad latinoamericana", (por Rafael Rojas en Prodavinci, 13 de julio, 2017). Ciertamente la revolución bolivariana debe profundizar su propuesta de socialismo bolivariano, no puede quedarse en el camino, con solo la inclusión social, debe avanzar en el empoderamiento económico, en la Transformación del Estado, en la descentralización del poder administrativo del Estado en manos del Poder Popular bajo condiciones de corresponsabilidad pública.
Tenemos que acabar con la cultura del rentísmo petrolero, esa cultura responsable del ciudadano pasivo, que no asume responsabilidades públicas, control y seguimiento de las políticas públicas, hay que agilizar los procesos de democracia participativa y protagónica en las comunidades, formar capacidades gerenciales, institucionalizar el Sexto Poder, el Poder Popular en los Consejos Comunales y las Comunas, acabar con esa ilusión de "neopopulismo socialista, del rentísmo socialista", la cultura de la dependencia, empoderando al pueblo en la construcción institucionalizada de un nuevo sector de la economía, a la par de la economía privada capitalista, un sector social socialista en conjunción y corresponsabilidad con el Estado en la administración financiera y fiscal de los espacios urbanos con la participación y supervisión contralora pública.
Esto lo decimos por lo siguiente; "Los gobiernos de Lula y Dilma dilataron el gasto social e implementaron una política exterior creativa, pero no avanzaron en la Reforma del Estado, en la democratización del sistema político y en el combate a la corrupción. Ahora esas asignaturas pendientes pasan factura al régimen brasileño, de la misma manera que las grandes limitaciones institucionales de un chavismo sin Chávez han llevado a Maduro a un callejón sin salida", ("Una peligrosa minoría hegemónica; por Rafael Rojas, en Prodavinci, 20 de julio, 2017). Exactamente el gasto público se ha democratizado, ha corregido distorsiones en la distribución del ingreso frente al fenómeno latinoamericano de ser "el continente más desigual del mundo", sin embargo sobre Venezuela pesa un flagelo, "la impunidad de los delitos", todo porque un organismo del Estado, la Fiscalía se complace con los sectores políticos del fascismo, dañando los anhelos de justicia social.
Ahora cuando se caen los precios del petróleo, producto de la crisis del capitalismo y sus corporaciones transnacionales petroleras que arrastran un modelo económico y social devorador de recursos no renovables, se presentan crisis políticas y sociales, ellas tienen que ver ahora con la contracción del gasto social, de las importaciones, con la devaluación monetaria, inflación y la escasez a lo que somete al país en una encrucijada, "a limitaciones institucionales" pese a que en el caso venezolano, el gasto social en las misiones continúan su trabajo. En este escenario de dificultades económicas la oposición venezolana crea una crisis política, "considera --según Rafael Rojas--que los resultados del pasado domingo le confieren un mandato y se apresta a proceder a la elección de nuevas autoridades electorales y judiciales. Comienza entonces la construcción del escenario previsto por muchos analistas, de dos gobiernos paralelos", con ello, procuran fragmentar el país, liquidar la unidad nacional, dividir la sociedad, acabar con la cohesión social, a lo que aprestan gobiernos vecinos como Colombia y Brasil en la tarea de buitres, apoderarse de una parte del territorio nacional.
El escenario que se plantea Rafael Rojas es el siguiente frente a las posibilidades de que triunfe la Constituyente, interrogándose ¿Qué opciones tiene una minoría hegemónica en una crisis como la venezolana? Pocas y todas muy peligrosas, ya que difícilmente podrá lograr sus objetivos sin usar la fuerza. ¿Qué sucedería, por ejemplo, si la actual Asamblea Nacional se resiste a ser desplazada? ¿Cómo reaccionará el gobierno a los paros y las protestas, que se multiplicarán tras la instalación del nuevo constituyente? A todo esto habría que agregar la presión internacional, que ya, lamentablemente, comienza a salirse de tono con las más recientes declaraciones de Donald Trump", (ídem) de sancionar a Venezuela económicamente, como si las decisiones políticas del Venezuela fuese competencia de la potencia hegemónica del hemisferio, de los Estados Unidos.
En estas circunstancias agrega Rojas, "La oposición venezolana necesita la solidaridad de las democracias del hemisferio, pero no una acción hostil que fácilmente puede convertirse en subterfugio para la represión y la dictadura". (Ídem). ¡Como es esa solidaridad política, con sanciones económicas contra el pueblo venezolano?, y de ser ciertas, como ya lo es con el bloqueo financiero, las manipulaciones de calificaciones de riesgo-país, además de nación que representa "una amenaza inusual", ¿Qué otras medidas políticas o militares en nombre de "las democracias del hemisferio" son capaces de violar el derecho a la autodeterminación?, Ya Trump sin diplomacia se pronunció, los demócratas burgueses cuando se les cae la careta, quedan desnudos, entonces apelan al recurso de la fuerza para imponer su ideología, el fascismo y lo que le esperan a Venezuela es una amenaza de guerra, de desintegración del país en tolete a repartirse Colombia, Guyana y Brasil.
Frente a esta amenaza de desintegración del Estado nación por parte del "gobierno paralelo", a reconocer por los países de la democracias liberales, la tarea es proceder a dividir territorialmente el país, crear dos países, dos gobiernos, dos naciones, una apoyada por el imperialismo y sus títeres latinoamericanos y otra defendida por el chavismo, así estuvo Vietnam, Alemania, lo está Corea Hoy, lo cierto de este escenario peligroso pretendiendo crear los buitres del imperio es que los venezolanos no verán disolverse el país, antes verán pelear el bravo pueblo de Bolívar, alzarse el Gran Cóndor de los Andes, recorrer el país el espíritu de Bolívar, alzarse contra el ocupante, contra el invasor y los traidores verán morder el polvo, como así lo vieron el imperio español que se atrevió dominar el espíritu caribe venezolano.