Más allá del 30 de julio

"Cuando parece que ya nada puede ir peor, empeora".

Murphy

En Venezuela durante mucho tiempo (¿siempre?) será determinante la actitud de las fuerzas armadas. El grueso del ejército venezolano solo se moverá en defensa de la Constitución Bolivariana cuando Cabello-El Aissami y la cúpula de militares pierdan el poder de hecho. Esa situación se presentará cuando el gobierno obligue a los soldados a reprimir a su propia gente "chavista", es decir, cuando la presión del mismo pueblo y de la sociedad en general, sea sentida por los soldados y mandos medios.

En ese proceso, faltan diversas fases o etapas. Una vez sea elegida e instalada la ANC, se iniciará una lucha por el poder entre las llaves Maduro-Tarek Saab y Cabello-El Aissami, con la mediación de Padrino. La represión selectiva contra núcleos de "terroristas" pagados o utilizados por la MUD y contra dirigentes de la oposición, va a generar un clima de "paz" o "calma chicha" ("terror no reconocido"), que será, a la vez, una fase de tolerancia que asumirá el conjunto de la población como "beneficio de duda" o "margen de esperanza" en las decisiones de la ANC y del gobierno.

La siguiente fase, será el desgaste de los Maduro y Padrino, quienes ante el agravamiento de la situación económica, inseguridad, desabastecimiento, etc., serán acusados por Cabello-El Aissami, de no ser lo suficientemente "fuertes" y "efectivos" para convertir las políticas y decisiones tomadas por la ANC, en acciones concretas.

Así, paulatinamente, el poder se transferirá de los Maduro-Padrino a los Cabello-El Aissami, que al estar en cabeza de la ANC, van a terminar controlando todo ante la debilidad e incapacidad del ejecutivo. Ello, hará que a medida que pase el tiempo se vaya descomponiendo y dividiendo la misma ANC (y el PSUV), y durante un tiempo el poder recaerá en esa cúpula, que se apoyará en gobernadores y alcaldes militares y en generales de alto rango que están comprometidos con grandes negocios.

Durante toda esta etapa, los sectores extremistas de la MUD, se habrán exiliado, estarán en la clandestinidad, o estarán presos, y poco a poco, se irán deslindando sectores moderados o aparecerán nuevos liderazgos dispuestos a llegar a acuerdos con los sectores moderados del gobierno. Los verdaderos demócratas deberán tener cuidado de mantenerse deslindados de esos sectores, sin perderles la pista pero diferenciados de ellos, o podrán quedar atrapados en una nueva trampa corrupta y politiquera.

Previendo estas fases o etapas, los verdaderos demócratas, chavistas, ex-chavistas o no-chavistas (pero no fanáticos anti-chavistas) deberán haber desarrollado un trabajo de unificación, de lucha contra el autoritarismo y el burocratismo corrupto, contra la guerra civil, de rechazo al intervencionismo extranjero, y deberán construir relaciones con mandos medios militares y ex-militares que poco a poco deberán conseguir influencia entre amplios círculos castrenses. Ese trabajo debe ser muy cuidadoso, serio, consistente, ya que será una etapa muy peligrosa en donde los liderazgos democráticos pueden ser asesinados o desaparecidos por las cúpulas autoritarias y fascistas.

Es posible que ese trabajo tenga que ser legal e ilegal, abierto y clandestino, dependiendo de las condiciones que se vayan presentando. Todo dependerá de la capacidad para construir una fuerza cívico-popular capaz de reemplazar a los Maduro-Padrino, si han sobrevivido a la presión, pero, principalmente, capaz de derrotar a los Cabello-El Aissami. Tendrán que actuar con mucha inteligencia y paciencia.

Cuando se cuente con esa fuerza nueva y ética, la movilización popular podrá desarrollarse y restablecer la democracia, pero pensada a un nuevo nivel, con verdadera organización de base y buscando a los jóvenes, con propuestas dirigidas a cimentar un nuevo modelo de desarrollo productivo, social y cultural y, la construcción de múltiples formas de democracia (directa, representativa, deliberativa, ilustrada, plebiscitaria, participativa, protagónica, virtual, etc.). Será una lucha inmediata, que ya está encima, por cuanto el régimen existente se va a descomponer en forma acelerada (y sorprendente).

Existen todas las condiciones para impulsar esa tarea revolucionaria y, por ello, hay que construir rápidamente una verdadera red de redes, con gente confiable, y que desde ya elabore una propuesta más avanzada que la de Chávez, no "tan socialista", con carácter más democrático, pero promoviendo la participación activa y consciente de amplios sectores de la sociedad a todos los niveles, depurando el Estado hacia una economía colaborativa, eficiente y sostenible, social y ambientalmente.

Hay que preparar la "repetición de la revolución". La debilidad de las derechas; su anti-nacionalismo, incapacidad política y torpeza histórica, crean las condiciones y el "vacío de poder" para dar ese nuevo salto de calidad. El pueblo venezolano y latinoamericano lo requieren.

Popayán, 24 de julio de 2017

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Fernando Dorado

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