Las ideas de Donald Trump congestionan los medios de comunicación social para bien o mal de un colectivo. Pero, su único interés es reaccionar ante un público que le recetas para conformar un proyecto para intervenir Latinoamérica y avanzar hacia La Patagonia, donde le espera una comunidad judía con los brazos abiertos. Sus palabras, convencen y la mejor ofrenda es que los aduladores venezolanos apunten sus dedos hacia la GNB y PNB, por el nefasto papel manejado en los últimos meses en el control urbano.
Es una competencia abierta, quien quita más bolsos, teléfonos móviles de quien se atraviese en el camino, es una ardua lucha entre mosqueteros oficialistas y guerreros jóvenes de la resistencia. Mientras la MUD, se reúne en silencio pactando para ganar territorio, porque el espacio ya lo tiene, con la anuencia y ayuda de asesores cubanos, bolivianos y nacionales.
A esta fórmula de lucha la llamaron puputov, unida a leyendas, como fábulas de la infancia y, la luz de Trump amenazando con más medidas económicas y congelar bienes a los integrantes del gobierno nacional.
Mientras, la estatua de la libertad se balancea junto a la balanza de la justicia venezolana. El mandatario norteamericano, le agrada las fábulas, manejándolas muy bien. Aprovecha este tiempo para presentarnos sus sueños, con la industria vinícola de su hija Ivanka y las torres con su nombre que quiere construir en Suramérica. De verdad, este hombre es un verdadero milagro, logro derrotar a Hillary Clinton en los Colegios Electorales de su país de origen.
El gran problema es Gran Bretaña y Francia, desean intervenir de una manera directa, sin los errores en Irak y Libia. Poco ganaron, porque Estados Unidos de Norteamérica no les dio absolutamente nada. Y sus laboratorios farmacéuticos, controlados por algunas sectas islámicas han provocado la proliferación de enfermedades como la poliomielitis y la difteria, en nuestro caso, el farmacéutico, Eduardo Samán le habló claro al presidente Hugo Chávez Frías sobre la injerencia internacional sobre la elaboración y control de medicinas por laboratorios transnacionales.
Muchos patean las bolas hacia adelante. Los profesionales médicos se encuentran cada vez más con padres que tienen miedo de vacunar a sus hijos. Con esto, deseo exponer que los actos de guerra, tienen mucho que ver con el control de alimentos, medicinas y puntos de control o portones para cancelar vacunas de guerra que, merman el salario diario de los trabajadores. Los problemas que más agobian al país es la carencia de alimentos en los puestos de venta y las medicinas. Porque, la seguridad merece un capítulo aparte por la afluencia de paramilitares y colectivos que riñen entre sí y pasan la frontera colombo- venezolana muy fácilmente.
La anterior argumentación, es razón suficiente para pensar que México es el menos interesado en entrar en una guerra comercial con su mejor cliente, por lo que la vía lógica a seguir va a ser la negociación. Dicha negociación puede ir en dos direcciones, o que México exporte menos a los Estados Unidos o que le compre más. Esto perfectamente se puede negociar sin necesidad de desmantelar el Nafta. La razón por la cual el peso mexicano se desplomó es porque los entendidos saben que México tendrá que hacer concesiones. Nosotros le hemos comprado alimentos a Ciudad de México baratos, pero al ilegal al consumidor, su valor es tres o cuatro veces más a su original.
Con China, Estados Unidos tiene un déficit cercano a los $335.000 millones y prevé dos maneras de bajarlo. China importa grandes cantidades de gas licuado de los países del golfo, por lo que Estados Unidos puede persuadirlos para que le compren una cuota importante de gas ya que uno de los objetivos de Trump es promover las exportaciones de gas natural licuado.
La segunda manera es que China relaje los aranceles a las importaciones de materias primas estadounidenses. Por ejemplo, China exporta gran cantidad de ropa y calzado a los Estados Unidos, pero tiene aranceles a las exportaciones estadounidenses de algodón.
Ross señala que, si los chinos no quieren sentarse a negociar, podría ser necesario amenazarlos con imponer aranceles a sus productos. La consigna es apoyar el libre comercio, pero el libre comercio justo, en donde ambas partes resulten gananciosas.
Desde el mismo día de las elecciones se ha desatado un frenesí de entusiasmo y optimismo por parte de ciudadanos, empresarios, comerciantes y banqueros. Dicho sentimiento se está viendo materializado en Wall Street, ya que el índice Dow Jones va en escalada rompiendo récords históricos casi a diario.
No cabe duda de que este clima de confianza se debe en parte a los nombramientos que ha hecho Trump para su gabinete, en el cual prevalecen billonarios apolíticos, expertos en crear riqueza, grandes negociadores y cuyo común denominador es el de quitarle amarras a la economía.
El ambiente que se está generando es parecido al de la década de los 80, cuando el presidente Reagan introdujo una serie de medidas que se conocieron como "Reaganomics" y se sustentaron en la tesis de que, si los impuestos bajan desde niveles muy elevados, la inversión, el empleo y el consumo aumentarán, por consiguiente, el Estado recaudará más (curva de Laffer).
Venezuela, esperaría una repuesta del ex presidente José Luis Zapatero y Mariano Rajoy, quienes deben consultar con Raúl Castro, Ramiro Valdés, ( Cuba) y José Manuel Santos, ( Colombia) quienes determinarían un escenario adecuado para el comercio venezolano, sin olvidar las recomendaciones de Mariano Rajoy, Pablo Iglesia y su equipo en cuanto a la estimulación de capital y toar riesgos, ante las nuevas medidas de Donald Trump.
Veremos si resulta más eficiente la lógica pragmática de billonarios que han creado fortunas con base en trabajo y visión, acostumbrados a ejecutar, rendir cuentas, exigir resultados, tomar riesgos, que van directo al grano y no precisamente se distinguen por hablar de una forma "políticamente correcta"; en contraste con la manera tradicional de hacer política que fue, en parte, lo que el electorado le cobró a Hillary Clinton.
Nuestro país aspira ejecutar algunos cambios profundos, darle una nueva dimensión a la complejidad y extensión de la industria, mediante La Comisión Constituyente y, de esta manera darle paso a la VI República
En resumen, estaremos prontos frente a una nueva legislación que ha debido esperar casi seis años para ver la luz, y que trae consigo una serie de cambios y retos para patronos, trabajadores y sus organizaciones, así como para distintas instituciones del Estado que valió la pena esperar.