A la espera de lo mejor y temiendo lo peor

Este, 30 de julio, se realizarán las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela. El Consejo Nacional Electoral presentará las cifras electorales (sin auditoría) y el gobierno mostrará los resultados como un triunfo de la revolución, la democracia y la paz. Ese era el objetivo cuando se propuso esa alternativa. Ocultar o minimizar el motivo de las iniciales protestas (desabastecimiento, carestía, inseguridad) y reemplazarlo por la confrontación política. Así, es una relativa victoria del gobierno.

Es difícil anticipar el respaldo real a la ANC. El gobierno tiene asegurada la asistencia de la mayoría de funcionarios del Estado, empresas intervenidas, gente que depende de los subsidios del gobierno como de los alimentos que entregan los CLAP[1], y además, tendrá la presencia –siempre al frente– de los sectores de base popular que aunque observan el burocratismo y corrupción del gobierno, no encuentran otra salida. La oposición encabezada por la MUD no es alternativa, genera miedo y no entusiasma.

Mientras tanto, la cúpula de la oposición no reconoce su incapacidad. Embotada de delirios golpistas se ilusionó con los errores infantiles del gobierno, se esperanzó en la intervención de gobiernos extranjeros y no cayó en cuenta que con su anti-nacionalismo y espíritu de venganza, y siendo cómplice con los actos violentos de los jóvenes de la "resistencia" y de grupos paramilitares, asustó al grueso de la población, especialmente a los más humildes y pacíficos, que prefieren malo conocido que bueno por conocer. Esa es su conducta reiterada que solo se puede explicar por su naturaleza de clase y la dependencia de la financiación imperial que les impide actuar de otra manera.

No obstante, el gobierno ha salido muy debilitado de todo este proceso. Las fisuras se lograron ver. Alcanzó a crujir el escaparate armado con base en un discurso que ya poco convence, lealtades en torno a negociados y poderes burocráticos, y conciencia absoluta de que no pueden perder el poder. Las detenciones de diversos funcionarios y "magistrados paralelos", las amenazas a la Fiscal, las acciones de los "colectivos chavistas", la concentración de los principales cuadros del gobierno en la ANC, el lenguaje y las formas utilizadas, muestran a un gobierno enconchado y a la defensiva pero dispuesto a mantener su poder al precio que sea. Falta que pueda.

Del otro lado creen que el gobierno está al borde del nocaut pero no tienen las fuerzas para rematar. Su esperanza es un bloqueo económico del gobierno de los EE.UU. que es muy improbable que ocurra. Todo apunta a que se va a profundizar la guerra irregular importada desde Colombia que ya se inició en el Táchira, y que posiblemente se intente mantener en sectores de Caracas pero que es difícil sostener. Se presentarán nuevos sacudones violentos cuando liquiden la Asamblea Nacional y suplan a la Fiscal, pero en las próximas semanas y, hasta meses, es difícil que este drama tenga un desenlace.

La arremetida de los gobiernos de los EE.UU., UE, y la mayoría de la OEA, le servirán en lo inmediato al gobierno de Maduro para acusar de traidor a la patria a quien siga promoviendo la protesta y la violencia. Entonces, todo quedará semi-suspendido hasta cuando la situación económica se agrave y el grueso de las mayorías populares comprendan que se requiere un cambio total. En ese intervalo pueden ocurrir muchas cosas: realineamientos de fuerzas dentro del gobierno, mayor división al interior de la MUD, aparición de una tercera fuerza que aglutine antiguos chavistas y sectores moderados de la oposición, pero también, puede desencadenarse una debacle interna dentro del bloque de poder que necesariamente tendría como escenario la ANC y las barracas del Ejército.

Es posible que frente la tarea de tener que desencadenar una represión generalizada, el "cuerpo chavista de base" no aguante el voltaje. Las deserciones, las desobediencias ocultas, la detención de numerosos miembros de las fuerzas armadas, dejan ver que lo que sembraron Bolívar y Chávez en sus ejércitos, todavía está por allí vivo en el subconsciente y en el sentir colectivo. Puede aparecer a medida que sectores del pueblo recobren la memoria. ¡Ojalá!



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Fernando Dorado

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