La fiscal como exfiscal tragó de su propia lástima

Tenía años sin ver algo parecido que una mujer después de tener tanto
poder como Luisa Ortega Díaz, se revolcara en su triste soledad de
dejar atrás lo que jamás reparará ni que se vista de ángel, la botaron
tal cual, se lo merecía al tener sus días contados sin tener para
donde coger si fue que pensó que, el mundo se iba a dislocar por ella
y solamente un enanejado mental como Almagro le tiró su último adiós
que te vaya bien y, Bachelet y Santos que son como ánimas buscando de
que escorarse tienen sus días corriendo al regreso de lo que jamás
serán y como dos torpes políticos quedarán más como buenos
prestamistas sin coraje de lealtad con sus pueblos que los tiene al
servicio del imperio sin misericordia ninguna y, allí está Chile
gobernada por la constitución de Pinochet y, Colombia envuelta en un
atraso de derechos humanos que no escapa nadie, la muerte a su
servicio, con Santos como premio nobel resguardando la paz de sus
sueños iracundos.

Pero volvamos a Luisa Ortega Díaz, la infiel fiscal que lo más seguro
pensó que nadie la iba a sacar de la fiscalía que su cargo era eterno
y en consideración se disparó en una larga retahíla de inconsecuencias
que como mujer sin juicio político la crucificaron de mentiras para
que se pusiera al servicio de la ilegalidad con tanta inmoralidad que
nadie creía en sus actos, se entregó a una demencia insólita y no
quería despertar como el que nace para vivir en el Olimpo de su
desespero, marcado para vivir a su libre albedrío y, como el gobierno
de Maduro estaba en el suelo se encrapichó más para divagar de la
lujuria de la deslealtad y, hasta pensó Maduro que sa va primero yo,
pues todos ellos son corruptos que quieren eternizarse en el poder
cuando, era todo lo contrario y a sabiendas que quienes la apoyaban
era la peor lacra del parasistismo políco dentro y fuera del país y,
trsitemente cuando le llegó su hora, la hora de su enjuiciamiento anda
más alborotada con el ventilador de su pestilencia personal tratando
de ensuciar más de lo que ha demostrado en su pobre peregrinar de
mujer nada seria.

Hace años que no vi el show que montó, Leopoldo Díaz Bruzual, el
búfalo cuando Jaime Lusinchi, lo destituyó como presidente del Banco
Central de Venezuela del que no quería salir, alegando que había sido
nombrado por Luis Herrera Campins, pero una vez que lo sacaron el
búfalo no embistió más y, tuvo que a tenerse a las leyes, lo que no
quería la señora fiscal que había cogido la fiscalía como su guarida
contra el régimen de Maduro por la sencilla razón que estaba apoyada
por una caterva de bandidos en lo internacional y nacional de los que
tuvo que auxiliarse para seguir peregrinando a su favor, poniendo a la
República Bolivariana de Venezuela al servicio de los delicuentes sin
imponer las leyes, para que individuos de baja ralea como Almagro,
obediente cretino del imperio, la tuvieran como una amenaza constante
contra el gobierno de Maduro que, solamente se dedicaba a meter preso
a los guardias nacionales y policías y, ahora sale que la destituyen
para ocultar casos de corrupción y, ¿dónde están que no los dijo a
tiempo? Y, suelta tremenda idiotez que ella no teme por su puesto sino
por el país. Habra vístose terrible inocentada en este país de vivos.

Te enredaste Luisa Ortega Díaz y feo, si alguien te cree o, comparte
tus opiniones ahora es, porque es peor que tú que en este país sobran
y, por tu falta de personalidad como profesional caíste en el vacío de
tus desventuras y ahora tienes que pagar, ¿sabes por qué? Porque
hiciste mucho daño, más del que tú crees y, cuando algún día te des
cuenta que eras una chiva expiatoria de los agentes del servilismo y
del imperio, será demasiado tarde, porque triste es decirlo, pero tuvo
que llegar la ANC a poner orden y tú como una incongruente del
desorden legal caíste y, con ello se repone la ligereza del Psuv al
llevarte nuevamente a ese cargo que te quedó grande, lo demostraste y,
reza bastante a ver si los santos de la CEV te perdonan, porque lo
tuyo es grave y, menos mal que se ha corregido, pero bastante daño le
habías hecho al país, así que no te desangres que nadie te salvará y
entre pocos días, nadie se acordará de ti, la vida continúa en esta
batalla de todos los días de ir lidiando con personas como tú que
ocupan cargos sin tener la conciencia y la moralidad para ejercerlos.
A otro perro con ese hueso que eras imprescindible y, que sin ti la
vida no puede ser, guao.

Y, qué más te queda: tirar piedras y embarrar tus memorias de haber
sido una mala causa bien dañina al país y a su pueblo y a los
chavistas más.



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Esteban Rojas


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