Como se dice y se espera: el presidente de Venezuela estará presente
en la jornada inaugural del Consejo de Derechos Humanos en Suiza y es
tanto su apresuramiento por intervenir en él como el ejecutor
inmediato que según la oposición y la exfiscal Luisa Ortega Díaz
-afirman- que el país va de mal en peor desde que Maduro llegó al
poder (con mucha corrupción y mucha hambre y muchos dólares today) por
lo que investido como su propio defensor, Maduro demostrará por el
parlante de su diatriba que otros son los culpables que como reos de
nuestro oprobio económico andan sueltos y, que él solamente dispara
soluciones nítidas a diario cuando, encadenado está es con ideas
estiradas de razones más que suficientes como políticas de Estado,
para que el mundo se percate que lo que es bueno para el pavo, también
es bueno para la pava y comience a vernos de otra manera de la que
están malancostumbrados por la mala praxis inquisitoria de los medios
que nos tienen como una dictadura a lo Jalisco con una AN
(desnaturalizada por ANC) que grita a través de Julio Borges como su
presidente de visita ya por Europa que, la AN fue primero (como la
gallina o como el huevo) y que nació del pueblo, lo contrario de la
ANC, que nació de algunos chavistas obligados a votar por ella. Hasta
allí. Todo bien por Maduro que hasta aplausos le arrancó al
representante del Consejo in situ.
Mientras Maduro deba secarse los sudores de su cara con el pañuelito
que le tejió Cilia -perfumado de soy yo- para esa ocasión y, nosotros
fuimos a la nevera por un buche de agua. Maduro dirá:
Denuncio aquí con razones por demás que nuestra cancillería no la
dejan trabajar como debería al pasársela las 24 horas de todos los
días, atajando y protestando contra la mayoría de los gobiernos
aliados a EEUU por su injerencia constante sobre nuestros asuntos
internos que más democráticos no pueden ser y, en esa constante
situación vivimos y cada día esos gobiernos se vuelven más brutos de
lo que son y en vez de solucionar sus propios problemas que son
muchos, más bien, se revuelcan en ofensas que nos lanzan como si
Venezuela fuera su patio trasero, como lo son ellos del imperio.
Aplausos, pero solamente del embajador, Jorge Valero.
Más adelante dirá: Hemos sido invadidos por los colombianos en todas
las formas posibles que el imperio se los ordenó y, sino fíjense en
esto, para que vean que más son los colombianos que viven en Venezuela
que los mismos venezolanos que ahora se están yendo para allá, pero a
llevar nuestra moneda que hasta en eso está metido de lleno el
gobierno colombiano y sus mafias que en vez de mandarle cada día más
droga a los EEUU nos tienen entumecidos de males intrometidos y, es
tan así que, si te metes en un taxi el taxista es colombiano, si te
quieres comer una arepa con chicharrón el vendedor es colombiano, si
enciendes la tv a cualquier hora del día, te consigues que están
pasando una novela colombiana, si necesitas un plomero, el primero que
te llega es colombiano, si sales a la calle y te place tirarte un
coscorrón, o una arepa rellena, o una empanada, o un jugo de naranja,
tengan la seguridad que le atenderá un(a) colombiano(a) y, lo peor es,
si su mujer está preñada y le sale llevarla a parir, la atenderá un
médico colombiano y para mayor vaina, le dirá pongále al niño el
nombre de Juan Manuel o si es niña el nombre de María Ángela que le
queda más bonito y, ¿entonces, estamos invadidos o no, o cómo se llama
eso, en cualquier país? Y lo otro que no quería decir, pero lo voy a
soltar -dirá Maduro- cuando salgo a caminar por las calles, me gritan:
¿cómo está mi jefecitooo) y, ¿esos? Colombianos. No hubo aplausos y el
representante de colombia tenía cara de colombiano infartado.
Y lo otro que pueda decir y asegurar Maduro en el Consejo en Suiza es,
señores, amanecerá y veremos que todavía y apenas la ANC está
trabajando para resolver los problemas de Venezuela y como
problemáticos que somos no aceptamos la interferencia ni la injerencia
de gobierno alguno del mundo que, nuestros problemas son nuestros y
con crisis o, sin crisis se van a resolver y, sino que nos lleve el
diablo, antes que Trump. He dicho. Aplausos.