Las dos caras de la confrontación entre gobierno y oposición

Decir que en Venezuela vivimos nadando entre problemas no es nada
nuevo, ni llama mucho la atención las tantas mentiras encubiertas de
lado y lado que a veces no sabemos quién es más mentiroso: si el
gobierno o, la oposición y si seguimos escarbando en ese sigiloso
mundo de acciones partidistas y de Estado que involucran tanto el uno
como el otro, sería como ver una serie de corto metraje de adivine
usted, de nunca acabar, porque por donde te metas sales contaminado,
sino te prestas a hablar más de la cuenta como lo hace el presidente
Maduro cada vez que quiera darle largas a su concilio comunicacional
de -según él- de no esconderle nada al pueblo a quien fastidia cada
vez que quiere, aunque esté a la vista que la razón no le cabe y por
allí vienen los tropezones de nunca acabar que no le cansan de tanto
repetirlos y tranquilamente finaliza, después de criticar y revolcar
al gobierno de los EEUU, suplicándole diálogo a Trump que no se deje
engañar que tigre no come tigre y, a quien pone a sufrir es al pueblo.

Hay un empeño del gobierno de dialogar con la oposición que la
oposición desconfía y explica que no quiere hablar más de lo mismo y
por más que Maduro diga que, se han reunido más de 100 veces, la
oposición responde que, son 100 mentiras que el presidente dice, pues
ellos bien lejos con él hasta que no le suelte los miles de presos
políticos que tiene en prisión y le cumpla todos los puntos del
cronograma político de acción que le han pasado y, con esa angustia
dialogante estéril pasan los días, los meses y hasta los años y, en sí
ni de allá ni de acá como quien dice, no le juegan limpio al país
cuando salen fuera del país y, que a dialogar que han desmentido hasta
el cansancio, por lo que es fácil deducir que algo anda mal y, quien
le crea a Julio Borges lo que dice, entonces es peor y, en ese enredo
se la pasan, very well, que la Contraloria habilitó para que ejerzan
cargos públcos a Manuel Rosales, Henrique Capriles y a Pablo Pérez al
dejar los tres de ser lo que antes eran... y, ¿de eso, se puede pensar
como producto de la mesa del diálogo, o no?

¿Sabe alguien quiénes son los ideólogos, los politólogos o, los
rumiólogos que la misma vaina viene siendo) que conforman la MUD?
Porque después que obstacularizaron con sus guarimbas y acciones
delictuales a groso modo, las calles, avenidas y autopistas de
Venezuela, ahora están batuqueando un diálogo inaudito, sorprendente
con estilo lleno de sinusitis visceral bien Florido que más bien sirve
para enajenar condiciones que, por donde se metan la tortilla es
grande. Parece insólito, pero insólito no es que esa gente gobierne a
Venezuela que ni idea de forjar algún futuro para este país tienen,
por lo que es bien sabido lo que nos espera no tiene límites de
comprensión, ni de progreso, ni de paz, mucho menos de participación
ni de un carajo (como decía una opositora, nosotros lo que queremos es
salir de este gogierno y no me importa lo que venga, eso la haría
feliz), aunque el gobierno de Maduro después que impuso la ANC él
mismo Maduro se viene encargando de hundirla, es decir, la tiene
traumatizada y, ya sabemos que donde Maduro mete sus manos -"adiós luz
que te apagaste"- no se ve humo blanco que salga de allí que se pueda
decir por allá jumea, lo que se está formando allí son personalidades
a futuro y muy pocas que tienen la responsabilidad de llevar adelante
lo que en principio nos metieron por los ojos de que se acabarían
nuestros problemas institucionales, que volveríamos a ser felices que
la lámpara de Aladino nos había llegado desde China y nos guiaría
alumbrándonos para salir del tunel que estamos metidos con pasos
seguros, pero las velas del viento del buque constituyentista como que
las solaparon, a no ser que necesitemos velas importadas que de verdad
lleve a Maduro a la marea pacífica, socialista o no dentro de los
mares del diálogo emprendedor.

Llegó el buque tan esperado con el trigo ruso que Maduro con alegoría
de días sin salir de Rusia nos llenaba las tripas del alma de buen pan
y, pan-pan para todo el mundo que la harina rusa de una vez acabaría
con las mafias harineras de nuestro país que después, de buen periplo
de navegación atracó en Venezuela el barco ruso y, de allí en adelante
de harina no se sabe nada, a no ser que el pan en las panaderías está
cada día más disminuido en peso y tamaño, pero más cariñoso como caro
y esta historia de trigo ruso continúa, ya que mensualmente llegara un
barco ruso con miles de toneladas de trigo que parece ser que eso es
lo importante para el gobierno que, con hablar tranquiliza al pueblo y
le mete más problemas por el buche de sus esperanzas, mientras,
seguimos esperando que algún día nos consolaremos más de rabia no
puede ser, sino de historias y a ver si Trump nos ve con ojos de
misericordia, antes que Almagro nos parta el alma de los derechos
humanos a su conveniencia y, entonces sí a empezar de nuevo.

¿Es o no es verdad que oposición y gobierno son las caras de la misma
moneda que gobierna y quiere gobernar a Venezuela y, lo má maluco que
hay para donde coger? Así que...



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Esteban Rojas


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