Mirando desde el pasado, desde los siglos de la historia al presente de la revolución bolivariana, sus peligros, ante la situación de acorralamiento de países cipayos, de gobernantes traidores a su pueblo, ensañados contra la revolución bolivariana, reconociendo las causas de la caída de la Primera República para prevenir que no se repita la historia en e siglo XXI, con la primera República Bolivariana, teniendo en cuenta que las gestiones separatistas, federales, la forma de gobierno federal de espalda a la nación ha sido una de las causas más severas que debilitó al gobierno de 1810-1812. A dos siglos después, el Neoliberalísmo desata las fuerzas de la fragmentación de los estados nacionales, la disolución de la unidad nacional, el debilitamiento del Estado nación con la finalidad de aprovecharse de la fragilidad de los lazos que unen a los pueblos para someterlos a su hegemonía.

El Neoliberalísmo como heredero de la doctrina liberal sigue las máximas exageradas –dice Bolívar-de los derechos del hombre, que autorizándolos para que se rija por si mismo, rompe los pactos sociales, y constituye las naciones en anarquía". Tal cual, los gobiernos de los países desarrollados, los países capitalistas, Estados Unidos, La Unión Europea y Japón se rigen por estos principios occidentales, exagerando la libertad individual, los derechos del hombre (humanos), colocándolos por encima de los derechos sociales, de los derechos de toda la nación, de la voluntad nacional de los pueblos, con ello, no hace sino romper "Los Pactos Sociales", el contrato social, el interés de justicia para todos, el bien común, solo por defender el principio absoluto de la libertad individual por encima de la libertad social, erigiendo las bases del principio de la competencia entre los individuos, es decir la anarquía social en nombre de una democracia que "….instituye dice Bolívar, a su antojo el gobierno que se le acomode". Tal es el comportamiento liberal, la forma de gobierno liberal que se plantea --según Edgar Lugo--, "En este sentido, con gran esfuerzo hay que combatir la plaga que afecta el bien común, favoreciendo el interés personal que contamina lo general. ….No podemos llamar desarrollo lo que destruye al hombre, no puede superarse una sociedad donde se cultiva la supremacía del tener y del poder,…". (https://www.aporrea.org/imprime/a252954.html, "Moral y Luces").

Nos recuerda Bolívar que los gobiernos liberales son gobiernos federales, descentralizados, donde las provincias asumen una autonomía exagerada con respecto al Estado nación, suponiendo un régimen de libertades "bien que sea el más perfecto y más capaz de proporcionar la felicidad humana en sociedad, es no obstante, el más opuesto a los intereses de nuestros nacientes estados". Recordemos que para Friedman: "los mercados libres minarían la centralización política y el control político", sosteniendo que la liberalización económica conduciría tarde o temprano a la democratización política". Hasta ahora no hay sociedad en el mundo donde se haya corroborado que la liberalización económica trae aparejado el bienestar común, la felicidad social de una nación, menos la democratización política sabiendo que las democracias liberales son "representativas", no permiten amplia participación social y protagónica, se han anclado en el pasado, no admiten siquiera las Constituyente en situación de crisis política de la sociedad, padecen un estancamiento político tales sociedades.

Asimismo la democratización está limitada, no amplían derechos económicos, formas de participación social en la economía, la población se vuelve esclavizada de las relaciones económicas, de la explotación del capital, a la sociedad les difícil digerir la libertad, diría no la conocen, sobre todo el entender que deben producir para si, y no para quienes acumulen riquezas a base de la explotación del trabajo, del beneficio propio, individual, todo porque la fuerza de la costumbre, la división histórica del trabajo, la enajenación social del trabajo, hizo que los hombres y mujeres en tanto "conciudadanos no se hallan en aptitud de ejercer por si mismo y ampliamente sus derechos, porque carecen de virtudes políticas que caracterizan al verdadero republicano: virtudes que no se adquieren en los gobiernos absolutos, en donde se desconocen los derechos y los deberes de los ciudadanos". Tal drama ocurre también no solo en los gobiernos absolutos, monárquicos, también en "las democracias representativas", democracias liberales donde se limitan los derechos de los ciudadanos, sobre todo económicos y políticos, las personas les difícil manifestar sus derechos y deberes, a falta de educación, de moral y luces, no asumen el ejercicio de la política como deber ciudadano, el desvelo por los asuntos públicos, la búsqueda de soluciones sociales, que satisfagan el interés público.

Hombres virtuosos, hombres políticos requieren las Repúblicas, hombres al servicio del interés público de la nación, del interés del Estado, de la República, no del interés individual, de satisfacer el ego, las mezquindades y ruindades personales, la libertad personal, al contrario al hombre republicano, al hombre bolivariano lo caracterizan el ser republicano, el ser preocupado por el bien común, el bien público, por el bien de la patria y no las egolatrías personales, la vanidades personales, el egoísmo propio por el cual aboga el pensamiento liberal. De manera que la moral republicana y la educación republicana son las primeras necesidades, no la educación privada, no la libertad individual, sino la educación pública en el bien común, la salud pública, el bien público, la República.