Los ciudadanos, más allá de su ideología están en potestad de interpretar el ejercicio pleno de sus derechos democráticos y luchar por un mejor país. José Woldenberg, en su reciente libro Cartas a una joven desencantada con la democracia, destaca que "La democracia es el único sistema político que necesita e intenta ampliar y fortalecer los derechos ciudadanos". En este sentido, la sociedad venezolana, entiende mejor cuáles son sus necesidades y, busca de una manera muy acertada su horizonte político.

Hay una simulación de hechos, que, viene afectando las vías de libertad y democracia. Lo que rompe con el federalismo, a su vez, con la independencia absoluta de los Estados. Los venezolanos, queremos una supremacía constitucional en la acción de cada gobernador para tener responsabilidades compartidas, tanto las organizaciones de derecha como de izquierda. Es que, somos parte de un pacto- no puntifijista, sino chavista- que se instituyó en el pasado reciente, para distribuir las competencias jurídicas y esto, haría más funcionable a la democracia, porque, las políticas para una comunidad estarían enmarcadas por la geografía territorial, pobreza y la desigualdad

Nuestra Asamblea Nacional Constituyente- ANC- es una decisión suprema del pueblo y, debe tener el talento para atender, como entender que las competencias asignadas a cada poder, tiene una decisión final, a su vez, suprema.

lo que permite, finalmente comprender la simple tesis de que los niveles de gobierno, derivan originariamente del pueblo y, que los poderes regionales, existen por derecho propio Y no por una concesión graciosa del poder central.

El pueblo venezolano, es una erección dela democracia ergida desde el año 1958 y que, el partido Acción Democrática selló junto el partido comunista venezolano. Un compromiso de unidad e identidad nacional y, la expresión de competencias soberanas, en un esfuerzo común de conciliación entre lo nacional y lo regional. En este sentido, los consejos legislativos estaban y están obligados a juramentar a los gobernadores y estos, ir a Caracas a mano alzada junto a la Asamblea Nacional Constituyente, juramentarse para darle poder al pueblo y, el verdadero ejercicio de su poder.

Es decir, las entidades federativas, Estados, se encuentran ligados directamente al gobierno central, que, debe respetar la Constitución Bolivariana y sus aportes al derecho público, como bienestar del país, no llamar a la violencia de sí mismo.

A simple vista, los gobiernos locales, cercaos a la ciudadanía, han sido avasallados por la centralización federal de facultades y recursos. El federalismo Bolivariano, dejó de ser una decisión política fundamental para convertirse en una formalidad burocrática. En consecuencia, olvidemos a Ezequiel Zamora y, por favor, no lo utilicemos en la publicidad gubernamental. Cuando, se aplican otros hechos de esa realidad política, porque esta burla a nuestros principios revolucionarios, nos llevan a una rebelión y, gracias al Consejo Nacional Electoral, (CNE) lograron sus cometidos.

Venezuela, esta llena de paradojas, aunque somos un país,( pueblo) lleno de petróleo como productor, importamos gasolina e hidrocarburos. Tenemos un territorio, clima y ubicación geográfica envidiable, así, como una vocación agrícola ancestral y natural, sin embargo, somos el principal importador de maíz, trigo, frijol, azúcar, leche, frutas y legumbres. El campo se desmantela por el hampoducto y el Estado Delictivo, las cosechas se pierden, mientras por la frontera, los contenedores cargados de productos extranjeros y nacionales van a Colombia, Brasil y Guyana.

Sin duda, la delincuencia ejerce el control de gran parte del país, gracias a que la impunidad es la constante.

La Asamblea Nacional Constituyente- ANC- no hace nada al respecto, pero, se dedica a lo político, para hacer lo legal, ilegal, como en el caso del Estado Zulia.

Necesitamos un cambio urgente, una revolución Bolivariana más eficaz, un cambio de modelo en la ideología, de políticos y de funcionarios al servicio institucional.

Un cambio que, ya no puede esperar.

El Estado, viene fallando, hay una deficiente implantación de las políticas públicas. La corrupción, irresponsabilidad y la falta de capacidad para gobernar, nos ha llevado a tener un Estado fallido.

La población bolivariana y venezolana, no ha sido capaz de asumir sus responsabilidades fundamentales, como es el derecho social de tener seguridad pública y cerrar la brecha de la desigualdad.

Las reformas estratégicas, solo han servido a unos cuantos, enriquecido a las cúpulas y caldo de cultivo para la corrupción. La mayoría de nuestra población no tiene acceso a muchos servicios. ¿De qué sirve que la macroeconomía para el ejecutivo y Asamblea Nacional Constituyente Nacional vaya bien, sí, la economía de cada ciudadano va mal? ¿Sí, la mesa de cada venezolano se encuentra vacía? ¿Sí, en los centros de salud no hay medicamentos?

El gasto gubernamental y el uso de recursos públicos, no corresponden a los resultados. La pobreza como desempleo, están a la vista. Atravesamos una grave crisis social, política y de valores. De la económica no, son factores delictivos que inciden en esa estructura, donde hay funcionarios que inciden en esa estructura, donde hay funcionarios civiles y militares que permiten el comercio ilícito de alimentos, cuyos protagonistas son quienes ejerce el Poder Económico.

*Psicólogo, especializado en filosofía y semántica del lenguaje jurídico. Es investigador jurídico y ha sido docente de La Misión Sucre en las Escuelas de Comunicación Social Estudios Jurídicos y Educación. Escritor. Miembro activo de Aesca- Carabobo