Si hubo que hacer billetes porque se estaban llevando los de cien y cincuenta bolívares, ¿por qué se las pusimos tan facilito con el nuevo cono monetario para que nos dejen otra vez sin efectivo y de una manera mil veces peor?
Para completar casi todo entre nosotros se tranza en dólares, y las referidas transacciones tienen un destino, que es convertirlos en pesos para realizar negocios en la frontera.
Una realidad apabullante: millones de dólares de venezolanos fluyen diariamente hacia Colombia: los que van a comprar, los que viajan desde Colombia a distintos lugares del mundo (porque han cerrado docenas de líneas aéreas para salir desde Venezuela). Añadido a esto, los que emigran (muchos desquiciados) en la creencia de que afuera se vive mejor y se consigue dólares con facilidad.
Todo un cuadro que implica que el efectivo nuestro tenga encontrarse por miles de millones en la frontera. Es muy probable que en Cúcuta se encuentre mucho más efectivo que en casi todos los bancos nuestros.
Sólo imagínense, que pagar un taxi (carrera corta) para movilizarse cueste 20 mil pesos, que para trasladarse a la frontera cobren casi un millón de bolívares; que en San Antonio los hoteles, para todos los que llegan y van hacia Cúcuta, por ejemplo, estén todos los días full.
Sin contar el efecto sangrante del bachaqueo, del contrabando de alimentos nuestros y de gasolina hacia esa región, que mueve incluso mucho más que el propio narcotráfico.
Hay un cálculo que revela que unos 12 de millones de neogranadinos resuelven su día a día haciendo negocio con la crítica situación económica de Venezuela.
DolarToday es un cartel de la mafia Uribe-Santos, apoyada, claro, por las siete bases gringas en la tierra del canalla de Santander, y que nos quieren provocar un paro (cardíaco) financiero para dentro de pocas semanas. Y además, se le ha dado la orden al fulano cartel que para diciembre nos pongan el dólar a cien mil bolívares.
Cada venezolano (pela-bolas), que por la más simple nimiedad tenga que viajar a la frontera debe llevar en efectivo de alta denominación por lo menos tres millones de bolívares, y si usted calcula que ese desplazamiento solamente por Cúcuta sea de cinco mil personas (que de hecho son muchísimas más y con mucha más plata), entonces el flujo de billetes supera con creces los 50 mil millones diarios que en un mes se traducen en 1.5 billones de bolívares.
La bola de plata es realmente incalculable porque toneladas en medicinas, repuestos para vehículos, ropa, calzados, etc, también se buscan allá. Es decir que la caja chica y fuerte de Colombia está en Venezuela. Locura absolutamente total que se no se resuelve inmediatamente y que acabará provocando un mierdero lírico-catastrófico que no lo podrá parar nadie.
¿Qué país –inisitimos- aguanta esta hecatombe económica? Un desaguadero bestial que lleva décadas y con el que nuestro gobierno realmente no da pie con bola.