Todos los procesos revolucionarios socialistas de la era contemporánea, asumieron la Planificación como una actividad de carácter vital. Como el aire y el agua para la existencia humana. Los conductores de estos procesos políticos, que no asuman esta regla con seriedad y eficacia, estarán condenados a fracasar y desafortunadamente arrastrarán consigo, la esperanza de los pueblos. Sin una fortaleza ideológica, el pragmatismo comienza a cubrir las deficiencias ideológicas, inicialmente concediendo triviales concesiones a la burguesía, le siguen las desviaciones ideológicas, para finalmente ser devorado por las reglas de juego y la lógica del capitalismo.
En la búsqueda de la soberanía e independencia, necesarios para lograr un desarrollo social y tecnológico, los pueblos debieron y deben enfrentar agresiones de cualquier naturaleza. Invasiones, bloqueos, guerras económicas, golpes de estado, revoluciones naranjas. Es el recetario común que dictan los manuales Contra Revolucionarios, para lograr la desestabilización de sus economías.
La centralización de la Planificación, llevó casi siempre a la necesidad de asumir, el control de los medios de producción que estaban en manos de la burguesía. Se garantizó de esta manera, una mayor eficiencia en la utilización de los recursos financieros y procesamiento de las materias primas. La Planificación de la Producción, conjuntamente con el incesante seguimiento de las programaciones que se crearon para su control, generó una yunta poderosísima y exitosa, lográndose las metas establecidas y un incremento sostenido de la producción de alimentos, bienes y servicios. De esta manera, se logró neutralizar las actividades de desestabilización económica, promovidas por el enemigo natural de los procesos revolucionarios: El Capitalismo Mundial, representados por Estados Unidos y Europa.
El proceso revolucionario en Venezuela, no está exenta de la aplicación de este recetario de medidas ordenadas por el imperialismo mundial. Sin embargo, nuestro proceso revolucionario, no ha asumido la Planificación de la Producción como herramienta de lucha, y en caso contrario, no la aplica con la severidad que las circunstancias actuales lo ameritan.
La vocería calificada de la Planificación, que entiendo debe ser del Ministerio de la Planificación no existe. Los Procesos de Producción están totalmente atomizados y sin alguna aparente inter relación entre estas. Los balances de gestión de los procesos productivos, que muestren metas, cifras y logros tampoco existen. Los poco anuncios que se muestran, son realizados en declaraciones de prensa por diversos personeros, pero con una infinita debilidad de criterios, la mayoría de las veces con una carga retórica desproporcionada, tanto por las cuantificaciones expresadas, como por las inexistentes fuentes estadísticas que lo sustenten. No se señalan cifras comparativas y sin esto, por supuesto no se apunta hacia dónde se dirige la producción y el destino de la tan anhelada Venezuela Potencia.
Merecería tomarse un tiempo investigar lo ocurrido en algunos sectores de producción de alimentos, bienes y servicios, tomados de la prensa y anunciados en diversas oportunidades:
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La producción de cereales, como arroz y maíz. El Ministro de la Alimentación Castro Soteldo, aún con la información que presenta en su programa semanal Sembrando Patria, no reconoce un auto abastecimiento en estos rubros y los resultados se sienten en la mesa de los venezolanos.
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La producción del azúcar un rubro que ha dado muestras de retroceso, con una capacidad instalada de los centrales azucareros a comienzos de la revolución de casi 10 millones de Ton anuales, hoy día la producción anunciada de azúcar en el país, no alcanza los 4 millones de Ton.
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La industria pesada, pilar para el impulso del resto de la economía, muestra verdaderas señales no solo de estancamiento, sino de un severo retroceso. Con solo señalar los datos en la producción de SIDOR, mencionados hace poco por el Ministro de Industria Juan Árias, declaró que la producción de SIDOR culminará el año con una producción por debajo de 400 mil Ton de acero líquido. Esto, comparado contra las 4,3 millones de Ton que se logró con la conducción de TERNIUM, generan una sensación de terror frente a estos resultados.
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Los servicios de telefonía, también muestra señales de retroceso y deterioro. Un sector como el de telefonía, con fuerte presencia del sector privado, con un sostenido ciclo de desinversión, no es extraño las deficiencias que día a día se sufren en la prestación del servicio.
Lamento no poder ampliar con datos estadísticos todas estas situaciones. Es bueno señalar, la necesidad que tienen las empresas y los mismos funcionarios de estado, de acceder a fuentes estadísticas. En el pasado, eran proporcionadas por el Banco Central y el Instituto de Estadística. Hoy día, no se publican.
Si no se toma en serio el uso de las herramientas que te brinda la planificación, la misma se convierte en una quimera y se estará mellando una de las armas de combate del socialismo: La Producción Planificada.