La detención de altos directivos de la filial de Pdvsa, Citgo, ordenada por el fiscal general de la República, Tarek William Saab, y apoyada por el presidente obrero, Nicolás Maduro, no deja dudas de la contundencia del ataque en contra de los corruptos pesos pesados, y de que van sin temblarles el pulso por los que aún pudieran estar camuflados en diferentes instituciones del Estado.
Y hago esta afirmación tomando las palabras del máximo líder de la revolución bolivariana al respecto: "Yo estaba indignado por los datos que tenía, pero no sabía que algunos de ellos ya habían sido denunciados por WikiLeaks como colaboradores de la CIA. ¡Qué vergüenza! Son unos traidores, me hierve la sangre", señaló.
"EEUU dijo que cinco de los detenidos tienen nacionalidad estadounidense, les informo que han sido capturados, son venezolanos y van a ser juzgados como venezolanos ¡Ya basta de corrupción!", expresó.
Comprensible el enojo del Presidente sobre esos casos de corrupción surgidos en las instituciones del Estado, hay que ponerse en sus zapatos; rara vez Maduro habla en cadena nacional sin materializar algún beneficio para el pueblo. Y no hay la menor duda, de que toda esa podredumbre enquistada en los entes revolucionarios, además de colaborar con los golpistas que siempre lo han querido tumbar, entorpecen sus acciones tendentes a buscar el bienestar de la gente.
Por eso me atrevo a decir –y esta es una deducción muy personal- que esas son las causas según las cuales, a veces vemos a Nicolás Maduro ejecutando propuestas, proyectos, beneficios, y la gente no percibe los resultados en la calle. ¿Y cómo? Si tenemos el enemigo adentro. Uno siempre se prepara para contrarrestar la avanzada de los traidores que tiene enfrente, pero nunca para los que considera amigos, y menos si han levantado la mano y jurado sobre la Constitución de la República Bolivariana cumplir y hacer cumplir las leyes.
Los corruptos que conspiran desde la entrañas de los organismos gubernamentales, amparados en la confianza que una vez les brindó el Gobierno revolucionario, han hecho tanto daño al país como los mismos terroristas de PJ, VP, UNT y AD. Ellos también son responsables del hambre que sufre el pueblo, de la angustia buscando alimentos, medicinas, lo básico para poder subsistir.
Debemos cerrar filas alrededor del presidente Maduro, el primer interesado en sanear la administración pública, en función de que todos las misiones y logros de la revolución bolivariana le lleguen al pueblo.
Me uno, de igual forma, al apoyo que nuestro mandatario nacional le ha expresado en público al fiscal general, Tarek William Saab, en la lucha contra la corrupción, hemos vistos como caen los pesos pesados. Los peces gordos que no veía la ex fiscal Luisa Ortega Díaz, ahora conspirando desde el exterior.
Lo más encomiable del fiscal es que comenzó la limpieza por casa. Y aquí debo hacer un breve paréntesis, para decir que eso solo ocurre en revolución, en la IV República ni se hablaba de corrupción a esos niveles, y ni pensar que saliera una línea publicada en los medios de comunicación social, y si por alguna casualidad alguno osaba divulgar algo, no quedaba un periodista con hueso sano en los periódicos.
De hecho, con El Gigante Chávez fue que se conoció el desastre que tenía en Pdvsa ese grupo que terminó denominándose Gente del Petróleo, que se creía dueña de Pdvsa y entre los que se encontraba el todavía fugitivo Juan Fernández.
El Pueblo Constituyente hace justicia ¡Venceremos!