Desarrollo de la enfermedad del Libertador y su tiempo evolutivo (VIII)

En 1.842 el gobierno de Venezuela quiso reparar las ofensas infligidas al Libertador y trasladó sus restos a Caracas. Se hizo un magnífico funeral y quedó colocada la urna de sus restos en una Capilla de la Catedral con un hermoso monumento. Sólo la muerte se atrevió a ignorar que Su Excelencia era inmortal. EL Doctor Héctor Reverend Pacheco, hijo del Dr. Alejandro, facilitó varios documentos pertenecientes al archivo familiar, uno de ellos transcrito textualmente, dice: "El 1º de febrero de 1.796 nació en Falaise (Normandía) Alejandro Próspero Reverend. Estudio el bachillerato en el Liceo de Caen. En 1.814 se alistó como soldado en un cuerpo de caballería del ejército de Napoleón y participó en la desgraciada campaña del Loire de 1.820. Radicado en París estudió medicina. Partidario ardiente de las ideas republicanas, y creyéndose inseguro en Francia, se dirigió a Colombia y arriba a Santa Marta en 1.824. Allí fue médico del hospital militar, miembro de la Junta de Sanidad, Cirujano mayor del ejército. En 1.830, año en que llegó el Libertador enfermo a Santa Marta, el Dr. Reverend se encargó de asistirlo. Del 1 al 17 de diciembre hace público a los familiares y amigos, treinta y tres boletines relativos al Libertador, y tres horas después de muerto éste hizo su autopsia. Después, en 1.838, el Dr. Reverend desempeña en Santa Marta el consulado de Francia. En 1.842, cuando fueron repatriados los restos de Bolívar a Reverend le tocó identificarlos. En 1.866 el Dr. Reverend publicó en Francia una colección de documentos titulada: "La última enfermedad, los últimos momentos y los funerales de Simón Bolívar, Libertador de Colombia y del Perú" En 1.867 se acuño en Venezuela una medalla con esta inscripción: "Congreso de 1.867. Venezuela agradecida a Próspero Reverend" Más tarde se le condecoró con el busto del Libertador y se le asignó una pensión. Regresaba de París cuando murió en Santa Marta el 1º de diciembre de 1.881.

El 27 de abril de 1.938, el Sr. Charles Gautier, Cónsul de Francia en Santa Marta, le envía una carta a la Señorita María Teresa Reverend que dice: "Como se lo he prometido, tengo el placer de remitir a Ud. dos retratos de su abuelo Doctor Reverend, el más apagado es el que trajo de su último viaje que hizo para Francia en la ciudad de Fecamp, donde nació, el otro es un facsimil que se hizo para acompañar el pasaporte que trajo y que le he remitido al Sr. Gobernador Goenaga para depositarlo en San Pedro Alejandrino, cuando se trasladaron los restos del Dr. Reverend al pié del altar de la quinta. Que estos retratos sean para Ud. y sus padres un recuerdo precioso por haber sido su abuelo el médico del Libertador, el Gran héroe Simón Bolívar. Reciba Ud. los respetuosos saludos de su servidor, Charles Gautier". En la última parte del escrito, el titulado "Detalles muy interesantes ocurridos entre el Libertador y su médico de cabecera" El Dr. Reverend narra sus conversaciones con el Libertador y deja claro el estado mental del enfermo en el curso de su enfermedad. Dejó escrito, que después de la entrevista privada con el obispo Estévez, tienen una conversación que termina con la frase famosa "¡Carajo! ¿Cómo saldré yo de este laberinto?" Además el Dr. Reverend dejó claro para la historia que el General Mariano Montilla, en su momento gobernador de la provincia de Cartagena, le solicitó que presentara la cuenta por la asistencia al General Bolívar, él se negó y dijo: "nunca pensé ni pienso sacar una recompensa pecuniaria de mi asistencia al Libertador. ¿Qué más premio que el honor insigne de haber sido su médico?" Por otra parte, fue notorio que los gobiernos de Colombia nunca le expresaron sus agradecimientos y se negaron a conferirle un título de Cirujano Mayor del Ejército, Ad Honorem, que el General Montilla había solicitado se tramitara.

El gobierno de Venezuela, tardíamente le manifestó sus agradecimientos y lo premió con condecoraciones y con una pensión, en 1.867. Fue claro para varios de los médicos que atendieron a Bolívar, que tenían experiencia aprendida en Europa en donde esta enfermedad era prevalente, que tenía tuberculosis (Tisis). La madre murió tuberculosa cuando Bolívar era niño y él posiblemente tuvo la primo infección en la infancia o la adquirió durante su vida en París luego de muerta su esposa. La primo infección cicatrizó dadas las buenas condiciones de vida y su buena alimentación. En la autopsia el nódulo calcificado que se halló en el pulmón izquierdo, del tamaño de una avellana, (de 1 a 2 cts. de diámetro), era la cicatriz de esa primo infección. La reactivación se produjo, posiblemente, cerca de 1.822 y luego de la situación crítica de 1.824 en Pativilca ("tabardillo" para sus médicos en ese momento) se hizo manifiesta la enfermedad pulmonar. Sorprenden la recuperación y la capacidad para pocos meses después, soportar el ascenso de la sierra andina a cerca de los 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, resistir el ascenso al cerro de Pasco de más de los 4.000 metros, organizar su ejército y luego dar la Batalla de Junín; de la que salió victorioso. Meses después, luego de la Batalla de Ayacucho, viajó al Cuzco y al Alto Perú con alturas de cerca de los 3.600 metros sin desfallecer. Después de esta etapa la enfermedad pulmonar fue más aparente, con estados febriles muy frecuentes, accesos severos de tos y expectoración hemoptóica, con varias crisis severas, y desde 1.828 ya era manifiesta su decadencia física y anímica.



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José M. Ameliach N.


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