Fugaces recuerdo vienen a mi mente de momentos recientemente vividos, el primero de ellos se constituye en el vigor propio que nos regala la juventud de nuestra segunda década, en ella se arriesgó en mi unas ganas insaciables de transformar realidades de inconformidades colectiva, haciendo juicios críticos de las capacidades de los hombres que se hacían llamar líderes. En esos primeros años de formación tuve el privilegio de conocer muchos amigos universitarios que resultaron convirtiéndose en grandes hermanos de vida, fue el momento propicio para diseñar una estrategia de formación académica que servía como puente para emitir juicios hacia aberraciones que resultaron tener un comportamiento cíclico en términos de tiempo y espacio. Producto de las lecturas y estudios era necesario definir un lugar para nuestra corriente o modelo de pensamiento, en lo particular me decidí por la corriente de izquierda, pues esta, desde el punto de vista doctrinario suponía una visión más humana de las relaciones propias de poder y la sociedad.
Luego de alcanzar mí carga académica y lograr titularme como geógrafo, tuve el privilegio de desarrollar mis conocimientos en las fuerzas armadas, siendo integrante del componente Guardia Nacional. Desde esta tribuna institucional desarrolle esfuerzos laborales hacia el resguardo y protección de la vigilancia ambiental, obteniendo grandes satisfacciones a raíz de un plan de adecuación y actualizaciones de sistema para la vigilancia y el control de las actividades susceptibles de degradación ambiental del pais, coadyuvando desde mi conocimientos técnico con un plan que condujo a un diseño y adquisición de equipos para esta tarea, lástima que no se fue perseverante y constante en la utilización de dichos equipos. Después, del SEPRONA (servicio de protección a la naturaleza) adscritos a la Guardia Civil Española, el Servicio de Guardería Ambiental de la Guardia Nacional de Venezuela se constituía, con el plan de actualización y equipamiento en el segundo país en Iberoamérica con la plataforma tecnológica para la aplicación de una nueva practica de investigación criminal ambiental (forenses ambientales). Todo esto sucedía de manera extraordinaria como cimiento de una Venezuela, encaminada a certificaciones y reconocimientos internacionales en el área ambiental, se abría camino al tan anhelado sueño de construir un país potencia, con respeto y manejo sustentable y sostenible de los recursos naturales.
Luego de mi solicitud de baja me dispuse a trabajar en la administración pública, bajo la primicia universitaria de trabajar para transformar aquello que inspiro tantas luchas por las reivindicaciones estudiantiles y el pueblo. Fueron muchas las instancias y los cargos desde esas responsabilidades, en ellos aplique principios y criterios socialista, cosa que no me apena por ser una persona auditable y no ostentar con recursos del dominio público, vivo en una vivienda de misión vivienda y mi carro es un chery.
Pero a esta altura la tristeza cobija mi optimismo, aunque este luchando por dibujar en mi rostro confianza y esperanza para otros, a diario conozco de familias que se disgregan en la búsqueda de alternativas de supervivencias (remesas); jóvenes que dejan padres, esposas, hijos, hermanos, entre otros. Presupuesto familiares inconsistentes para sostenibilidad familiar, arrojando efectos de una desnutrición conducida. Nuestras casas se convirtieron celdas de seguridad, por la fuerte vulnerabilidad que reina en las calles y avenida de mi país. Las oraciones se dirigen a rogar por salud, tratando por todos los medios evitar la medicación y así tantas otras cosas, generadoras de grandes frustraciones. No fueron esos el planteamiento que me llevo a ser socialista. Después de dieciséis años de unión familiar, este año mi esposa y yo se nos hizo imposible viajar donde nuestros viejos, además de tener la ausencia de vestimenta, juguetes y plato navideño en nuestra mesa. Cosa que no avergüenza como socialista porque no es el modelo el problema, se trata de la mala interpretación que se le da por parte de algunos militantes con responsabilidades de dirección gubernamental. Me inspiro hoy y siempre por ver una sociedad con un margen mínimo de diferencias aunque tenga un enfoque utópico, con capacidad productiva hacia lo exponencial, esta añorancia forma parte de una meta factible que supone la prosperidad en marco de una sociedad con criterios humanos de solidaridad y bien común.
Feliz Año Nuevo.