Empezar el camino hacia el futuro

PRIMER DÍA (1/1/18)

Ayer como suele suceder el último día de cada año hice una promesa para hacerla realidad en el venidero y aquí me encuentro al inicio del calendario 2018 dispuesto a escribir una página cada 24 horas. No tengo la mínima idea, al comenzar este compromiso, de hasta cuánto perseveraremos y mucho menos a dónde llegaremos y con qué fin. Por ahora sólo estamos seguros de iniciar una forma entretenida de pasar el tiempo para quien escribir no es un oficio aburrido y ni cree hacerlo tan mal.

Se me antoja pensar que podemos intentar una escritura pura, de escribir por escribir sin presupuestos estéticos o pragmáticos. Solamente voy a hacerlo siguiendo la pauta de lo que dicte la complejidad de las ideas por el difícil trajinar en la realidad y en la imaginación creadora. Hoy el día ha transcurrido gris y lluvioso con poco sol y una tensa calma después de los presurosos y agitados días anteriores. Venezuela se debate en una guerra a muerte entre el Capital y el Trabajo aunque así no lo quieran ver quienes se subordinan a la hegemonía de las clases dominantes dueñas de los medios de producción y distribución de los productos esenciales para la sobrevivencia.

Lo más trascendente del inicio de este año, duélale a quien le duela, es que Nicolás Maduro sigue siendo el Presidente Constitucional de Venezuela con sobradas posibilidades de seguir siéndolo por un nuevo período democrático. Hay que reconocerle a Maduro que ni las siete plagas de Egipto caídas sobre Venezuela, después de la desaparición física del Comandante, han podido dar al traste con el reconocimiento popular brindado por la mayoría del pueblo a su legítimo gobierno.

He oído decir que escribir una cuartilla diaria es una tarea fácil pero por lo que va de ésta no me parece tan sencilla la cosa. Sobre todo porque no se trata de profundizar en un tema particular sino de nadar en la superficie de lo cotidiano. Veremos hasta dónde nos lleva el río de este ansioso año 2018. Fuera de lo usual, en la vieja vía de Baruta, resultó el haber escuchado, por la mañana, el sonido inconfundible de los cascos de un caballo en estas latitudes, que en días normales son copadas por el congestionado y contaminante tránsito automotor. Al asomarnos para ver si eran veraces los sonidos percibidos pudimos comprobar el paso de un bello caballo, con su jinete, subiendo la carretera y al paso de un trote, bien adiestrado, se perdieron por una de las calles de la montaña.

No fue una alucinación sino la grata añoranza de la Baruta rural que desapareció.

SEGUNDO DÍA (02/01/18)

Los primeros días del año, como suele suceder, seguimos de vacaciones, casi todos los venezolanos, con excepción de quienes le sirven eficientemente al país, sin detenerse nunca, por ser incansables empleados públicos, sin duda la mayoría, casi siempre despreciados y desconocidos por culpa de la existencia de unos pocos irresponsables quienes se encargan de echar por la borda el reconocimiento y el prestigio de la honrosa misión de ese importante contingente de trabajadores de la administración municipal, regional o nacional.

Si quieres saber de lo que hablo vete un día como hoy, despejado de tanto congestionamiento, a ver alguna estación del Metro de Caracas que no conozcas todavía o has un recorrido por los museos de la capital. Si tienes tiempo visita al Teleférico, el Parque Ezequiel Zamora o disfruta de las delicias de los Chorros, el Parque del Este o del Vinicio Adames. Si no eres de esos que odian a los militares, porque y que son chavistas, puedes darte un banquete al comprobar su dedicación al servicio militar cuando vayas a las zonas castrenses del Fuerte Tiuna y sin ir muy lejos puedes hacer acto de presencia en el Panteón Nacional o al Cuartel de la Montaña donde los uniformados le rinden culto eterno al Padre de la Patria y al Padre de la revolución bolivariana.

Es muy sencillo poder seguir disfrutando de nuestras vacaciones sin que se detenga la seguridad nacional integral del país, pues ahí estarán siempre la FANB, Hidrocapital, Cadafe, CANTV, PDVSA, Movilnet, el Aseo Urbano, el transporte acuático, aéreo y marítimo, los servicios bancarios, las estaciones de bomberos, los hospitales y pare de contar. Todas esas estructuras públicas las mueven, coordinan y dirigen seres humanos que cumplen dignamente con su deber ciudadano con ética social. A desprecio del reconocimiento al mérito de esos héroes anónimos sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.

Igual ocurre con la protección social del gobierno al pueblo venezolano. Cuando no nos han otorgado la pensión del seguro social maldecimos a Maduro pero cuando la recibimos puntual y homologada nos olvidamos que a ese beneficio no teníamos derecho en la cuarta república de adecos y copeyanos. No reconocemos que esa es una conquista de la revolución. Igual pasa con el CLAP que es una necesidad impuesta por la inflación y el desabastecimiento capitalistas con las cuales quieren arrodillar al pueblo venezolano. Hay gente tan inconsciente que todavía cree, a esta altura del partido, que la guerra económica es un invento del gobierno y que Donald Trump es una abstracción.

*Profesor de Filosofía de la Educación jubilado de la UPEL. Ex Director Ejecutivo (Fundador) de la Casa de Nuestra América José Martí.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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