Ayer Trump declaró al mundo que no quiere "países de mierda" en EE UU, refiriéndose específicamente a Haití. Evidentemente que tampoco quiere a los mulatos, mucho menos a indios, zambos o mestizos de la América Latina en general.
Trump por eso, entiende y ha penetrado muy bien los sentimientos de la derecha que en Venezuela quemaron en 2017 a casi dos docenas de negros en el Este de Caracas. La Casa MUY BLANCA, jamás expresó la más mínima protesta por estos abominables actos. A nadie en el fino mundo de occidente le parecieron macabros y repugnantes esas quemas de seres vivos en las marchas de la oposición en Caracas.
Hay que tener en cuenta que Trump admira y apoya con fervor a David Duke del grupo supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK). El mismo Trump es miembro de esta secta de asesinos.
Por eso, la MUD está en perfecta sintonía con la Casa Blanquísima en todo lo que tiene que ver con el diálogo en Santo Domingo. ¡Dios mío!, ante estas declaraciones de Trump qué dirá el pobre Claudio Fermín, quien con toda razón jamás se negó a ir a una marcha de la oposición en Caracas (siempre consideró que lo podrían quemar vivo, y no necesariamente por equivocación). Y me viene a la mente Claudio porque se ha lanzado como precandidato a las elecciones presidenciales de este año, casi saltándose a la torera lo que acaba de decir Trump sobre los negros (porque en Haití no hay catires ni siquiera zambos), sabiendo que el gran emperador siempre se reserva la decisión sobre quién ha de gobernar en cada país del llamado tercer mundo. Ayer Marco Rubio amenazó a los opositores amulatados de la MUD que estaban asistiendo al diálogo en República Dominicana y les dijo que se olvidaran de que las sanciones a Venezuela vayan a ser suspendidas. Que quién coño eran ellos para estar contando con el poder de Washington y la vez usarlo como elemento de negociación con el gobierno de Maduro. Por eso esas deprimentes ratas de la MUD no pueden en República Dominicana ni lavar ni prestar la batea.
En la época en que Claudio fue alcalde de Caracas iba frecuentemente a Miami a jugar golf; incluso se dio el tupé de andar en pleno centro de la capital con una franelita blanca y unos apretaditos shorcitos también blanco (que resaltaba la finura de su piel, siempre ha sido un negro muy fino sobre todo en su dicción), y con esa exquisita indumentaria daba declaraciones a la prensa. Su ideal era irse a vivir al Norte y por allá arregló un nichecito el cual visita de vez en cuando. Llegó a mascullar algunas frases en inglés sobre todo estribillos como: "Yes, sir, I am fine and I feel very, but very, very well…". Claudio aprendió, como muchos venezolanos que "huyen de la dictadura", a catar delicious ingredients en el Norte, tales como las virguerías de los centros comerciales y sus rutilantes inventos tecnológicos (iphone, tablets, celulares, …).
El partido Acción Democrática siempre se caracterizó por agrupar en su seno a la mayoría de los negros venezolanos. Tuvo negros legendarios como el Hermano Lucas, Juan Herrera (dirigente de la CTV), el negro Ágreda; el famoso Encarnación Rivas, portero del edificio donde queda el partido del pueblo. Incluso, en una ocasión, la tarjeta para votar por Acción de Democrática llegó a ser negra. Hasta Andrés Eloy Blanco quería que le pintaran angelitos negros (para "mejorar la raza"). Me perdonan, yo apreció a Andrés Eloy Blanco, aunque hizo muchos poemas cursis (como aquel verso: "el niño pobre que RENUNCIA al juguete caro…"). Daño al pobre Andrés Eloy las maneras adecas, ese andar mucho tiempo con Betancourt y llenarse de burdo léxico.
Yo no invento nada de lo que estoy diciendo, pues como insisto, ayer el presidente Donald Trump dijo que Estados Unidos no debería recibir inmigrantes de "países de mierda" como Haití o las naciones africanas sino de otros como Noruega.
Toma Claudio.