El título lo dice todo. La alerta es con militares, dizque chavistas, anticomunistas, en situación de retiro y afortunadamente fuera del gobierno pero, con experiencia en el arte del golpe de estado y artífices de su ejecución. Hay que recordarles que Chávez era bolivariano, robinsoniano, cristiano y también marxista. Esto último es una piedra en el zapato para esos militares, llamados chavistas, que predican, sin ningún rubor, su condición teórica contraria al marxismo.
La explicación ideológica que dan para esta sinrazón, macartista anticomunista, es su prédica contra el eurocentrismo. Esta tendencia nuestramericana se justifica plenamente para combatir, excluir y condenar las ideas occidentales de dominación, colonialistas e imperialistas pero es un error aplicarla dogmáticamente en atacar, proscribir y desconocer la influencia de las luchas, los logros y las ideas emancipadoras, de liberación y transformadoras de la ideología del proletariado, sistematizada por el genio de Marx y Engels en el epicentro de la lucha de clases del viejo continente.
El marxismo es una categoría de pensamiento universal cuya metodología científica es patrimonio de toda la humanidad y sólo las mentes estrechas por el anticomunismo pueden circunscribir el Materialismo Histórico y Dialéctico al ámbito geográfico de su origen intelectual, científico, histórico y político. El cine norteamericano, después de la segunda guerra mundial, convirtió a los comunistas en los malos de la película y en los buenos a los gringos apropiados del gentilicio americano. Nos inculcaron hasta los tuétanos que los americanos, norteamericanos, defienden la libertad y la democracia y los rusos, los chinos, coreanos, los alemanes orientales, los vietnamitas y los cubanos son el mismo diablo. Sobre esta cultura subyacente en la conciencia de sumisión y dependencia impuesta por el imperialismo norteamericano por más de cien años, desde el Estado gomecista, resultó fácil el trabajo de la Escuela de las Américas que formó a nuestros oficiales de la IV República.
No hay mejor atractivo que el anticomunismo para seducir a los incautos. Porque esa mala hierba nunca fue arrancada de raíces y los aventureros, algunos supuestos chavistas, quieren volver a sembrarla en los cuarteles. Tal pretensión no pasará si hay claridad que la lucha es contra el capitalismo y por el socialismo con nuestras propias particularidades bolivarianas, robinsoneanas, zamoranas y chavistas sin dejarnos meter el contrabando ideológico del anticomunismo predicado por trasnochados oficiales que se hacen llamar chavistas.