III. Chávez, Bolívar y Cristo
No tenemos duda que este culto lo inicio, espontáneo y/o intencionalmente el propio expresidente Chávez. Desde el discurso, el uso de su imagen, la intolerancia frente al adversario y las críticas, el poco delegar, la incapacidad o negación al surgimiento de líderes emergentes dentro del chavismo, son demostración de este proceso. En cuanto la postura más radical de este culto, o el surgimiento de una religión chavista, el propio expresidente asumió posturas que para muchos buscaban asemejarlo primero a Bolívar y luego a un Cristo del siglo XXI.
Con una capacidad histriónica verdaderamente impresionante, Chávez, desde un principio se fue homologando, primero con Bolívar, acomodando las palabras y los hechos del Libertador a sus necesidades. Llegó a recrear el rostro de Bolívar a su imagen, con sus mismas narices gruesas, labios carnosos y pequeños ojos. Luego, ya no siendo esto suficiente, comienza a transformarse en un nuevo mesías, en un nuevo Cristo. Se hace retratar rezando, arrodillado ante cuanto altar encuentra, abrazando y besando la cruz. En México, ante la Virgen de Guadalupe, el show mediático es impresionante. Solo semejante a las visitas de un Papa a este Santuario. Sus gestos son los mismos, su fervor religioso, una copia idéntica de los gestos y la devoción papal (Ospina, 2013: 4).
Para Ospina, las consignas: "Chávez no soy yo, Chávez son ustedes, somos todos. Ya no soy yo. En verdad Chávez es un pueblo, es un concepto: el chavismo", "Chávez, corazón de la patria", son jerga de una nueva simbología, de un nuevo culto. Y por otro lado, las promesas que se ofrecen no se expresan en el lenguaje de las políticas públicas, laicas y ciudadanas, sino como "misiones", que es un término que engloba lo cristiano y lo militar, la Misión Hijos de Venezuela, Misión Milagro, Misión Cristo, Misión en Amor Mayor. Los nombres concedidos a las misiones, sin excepción, convocan a los sentimientos, al amor, y a la protección del líder. Para Chávez, Cristo es por antonomasia el redentor, y de acuerdo con el líder, el redentor de los pobres porque fue socialista. Cristo es una fuerza espiritual y también guerrera "Pero es mucho más que eso. Es la creación de una suerte de iglesia-patria, en la que los fieles conviven unidos por los lazos que los vinculan al padre-líder, y a Cristo-Bolívar, por el amor que les dispensa a todos y a cada uno de ellos" (Torres, 2012:2).
Chávez trascurrió su enfermedad como un vía crucis: "Dame tu corona, Cristo, dámela, que yo sangro, dame tu cruz, cien cruces, pero dame vida, porque todavía me quedan cosas por hacer por este pueblo y por esta patria, no me lleves todavía, dame tu cruz, dame tus espinas, dame tu sable que yo estoy dispuesto a llevarlas, pero con vida, Cristo, mi señor" (Chávez, 2012: 6).
Para sectores cúpulas de la iglesia católica, como Monseñor Roberto Lückert, arzobispo de Coro, se trata, a través de la retórica constante, de endiosar a Chávez como el Cristo de los pobres y consagrar en el colectivo un culto póstumo y permanente a su personalidad, destacó que no va acorde un dirigente político con uno religioso.
La instrumentación de signos y expresiones lo hacen para aprovecharse de la religiosidad de la población con el fin de afianzarse en el poder, de atornillar una determinada ideología política. Una religión manipulada en favor del poder es de tipo materialista y, por tanto, anticristiana (Mejía, 2013: 1).
IV. Inicio del culto chavista
Luego de la enfermedad y muerte del presidente Chávez, en vista del respaldo manifiesto en las urnas electorales durante 14 años de su gobierno, e igualmente ante la ferviente movilización y sentimiento popular los días posteriores a su muerte, se han producido cambios valorativos en torno a Chávez y el chavismo. La oposición inteligentemente opta por evitar nombrarlo, para no alejar a los seguidores chavistas, a los que espera ahora poder cautivar, algunos intentan hasta imitar en el discurso y en algunas propuestas al extinto presidente.
Ejemplos son varios. Uno de ellos la frase usada por el líder bolivariano, Hugo Chávez: ¡Los que quieran Patria, vengan conmigo!, que fue cambiada sutilmente por el candidato de la oposición Henrique Capriles al expresar: ¡Los que quieren futuro, vengan conmigo!; otro ejemplo es el lema utilizado por la Revolución "Ahora Venezuela es de todos" y que fue asumida por el candidato presidencial de la oposición que durante su campaña, quitando sólo el "ahora", para enunciar "Venezuela es de todos", otra apropiación del discurso chavista. Otros de los símbolos apropiados por Capriles, intentando confundir al electorado, han sido la gorra tricolor, al igual que la chaqueta amarilla, azul y roja. Pero más cercano en tiempo, es el uso del nombre de Simón Bolívar para el comando de campaña opositor en el 2013.
Pero en cuanto a las grandes mayorías chavistas se ha generado una postura aún más emocional, que algunos han considerado casi religiosa. La antropóloga venezolana Michaelle Ascencio (2012: 43) analiza el modo en que los venezolanos se comunican con lo trascendente e identifica una serie de conductas que son muy evidentes en la relación del chavismo con la gente que lo sustenta en el poder: una fe basada en la transacción, en el intercambio con la deidad; una identidad religiosa que no ve conflicto en declararse católico y practicar al mismo tiempo ritos de la santería; una necesidad de protección, por parte de la o las deidades, de un largo elenco de presuntos enemigos. Según Ascencio el chavismo aprovechó el déficit de institucionalidad comunitaria y la abundancia de gente angustiada por la pobreza, la violencia y la soledad.
Desde su enfermedad, en su última campaña electoral en el 2012, las consignas de tipo: "Yo soy Chávez", "Chávez es patria y corazón", se reivindicó la idea de Chávez como el mesías de los pobres. Luego de su muerte, desde el apoteósico entierro, el Cuartel de la Montaña, museos, estatuas, plazas, calles, parques, canciones, murales, diversos homenajes en su nombre, toda una simbología y política iconográfica alrededor de su imagen, lo que podrían contribuir con este proceso mitológico del culto a Chávez.
Para Iam James, con la enfermedad de Chávez el gobierno llevó a su apogeo el culto a su personalidad. El culto a la personalidad que Chávez desde hace tiempo ha desarrollado ha llegado a un nuevo apogeo, en momentos en que el gobernante lucha contra un misterioso cáncer del cual el gobierno no ha dado detalles. Ante la ausencia del mandatario, el gobierno ha estado transmitiendo una serie de emotivas imágenes, frases y sonidos que parecen diseñadas a inculcar el estatus de Chávez como el mesías de los pobres. En los diarios, el gobierno ha estado publicando una imagen de Chávez superpuesta a un mosaico de rostros de venezolanos sonrientes: hombres Chávez, mujeres Chávez, niños de todas las edades como Chávez (James, 2013: 2).