Patología del ensueño excesivo y Patología del ensueño defectivo

Pido excusas, al meterme en pozo jondo, pues no soy especialista de nada, sino un homérico beleño maestro rural jubilao cojedeño, pero con algo de discernimiento y curiosidad, por lo que me puede caber, perfectamente, y con sobrada razón, aquella razón averiguada quijotesca apelesiana, según la cual: "Zapatero a sus zapatos". Pero la curiosidad me ajoga, Taboga…

Existen más de ocho millones de papeles límite conflictivos, contrapeso al amor el odio, guerra y paz, verdad-falsedad, verdad-error, evidencia-duda, certeza-duda, razón-fe, razón-convicción, generosidad-avaricia, solidaridad-egoísmo, exceso-defecto, retroactividad-prodiactividad, psiquiatría-antipsiquiatría, sano-enfermo, utopía-distopía, pareadas palabras límite opuestas, de las cuales la patología del ensueño excesivo y patología del ensueño defectivo, es uno de los casos límite contradictorios, y en todos cabe el tercio incluso antiaristotélico (1/2), puesto que toda vez que existan excesos y defectos, necesariamente tiene que haber un medio, lo que rompe con el principio del tercio excluso aristotélico. Y al tercio incluso (1/2), de equilibrio dinámico, que está entre aspectos límite contradictorios, entre trechos estrechos arrechos o difuminadas continuidades espectrales, tienden y trascienden todos los casos límite, ello permite demostrar paradojas del universo, y hasta explicar el principio cuántico de indeterminación heisenbergiano, pues, al tercio incluso (1/2), tienden y trascienden los papeles conflictivos, tiende tanto, como trasciende, posición y velocidad de las partículas de la mecánica cuántica. Tercio incluso antiaristotélico (1/2), de equilibrio dinámico, muestral pendiente tangencial sombría del lienzo pictórico del yin-yang, hipotenusa pitagórica del teorema, cimenta la noción de optimalidad, mejor solución dialéctica, tiénense mejores resultados, ya entre psiquiatría-antipsiquiatría, lo mental-lo cultural, lo consciente-lo inconsciente, entre ambos extremos, la hipotenusa de Pitágoras. Utilizando un aspecto, continúa el círculo infernal agustiniano. El propio yo, vencedor de sí mismo quijotesco, trasciende del tercio incluso (1/2), sano-enfermo, solución dialéctica sostenida. Idem, la patología del ensueño excesivo y patología del ensueño defectivo, excluyente de parcialidad.

Si la patología del ensueño defectivo, comprende la psiquiatría, lo mental, la psiquis, la esquizofrenia para una sociedad real, no ficticia, no fantástica, con delirios, alucinaciones, desorganizaciones del pensamiento y lenguaje y la patología del ensueño excesivo, contempla la antipsiquiatría, lo cultural, el ambiente del paciente, sin esquizofrenia para una sociedad ficticia, fantástica sin delirios, ni alucinaciones, ni desorganización del pensamiento, ni del lenguaje. Entonces, del tercio incluso antiaristotélico (1/2), punto crucial decisivo, trasciende la solución de los papeles límite conflictivos, en penumbra del lienzo pictórico del yin-yang, en figura geométrica rectangular de ambas patologías, dividida en dos partes iguales contradictorias por la diagonal o muestral pendiente tangencial sombría del yin-yang en (1/2), hipotenusa de dos triángulos rectángulos pitagóricos, cimenta noción de optimalidad, solución al conflicto, tiénense mejores resultados, entre la patología del ensueño excesivo y patología del ensueño defectivo. Asina he dicho, ergo en lobular barriga mental un bicho kafkaiano, psiquiátrico y antipsiquiátrico, maldito.



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Miguel Homero Balza Lima


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