Los puntos claves de la tesis para afirmar que la revolución bolivariana, además de su originalidad explicada en el artículo de ayer, es también martiana son los siguientes:
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La provisionalidad del partido
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La transición al socialismo
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La postura frente al marxismo
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Los postulados filosóficos comunes
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La creencia en Dios
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Las consideraciones tácticas y estratégicas sobre la paz y la guerra
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Las ideas integracionistas y
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La realidad concreta de la unión bolivariana y martiana del presente.
A no todo el mundo le interesa indagar en la fundamentación teórica de un proceso y prefieren lo pragmático, pero gracias a la teoría es que podemos saber hacia dónde vamos, dónde estamos y qué es lo que buscamos. Líderes gigantes como Fidel y Chávez sabían muy bien donde estaban parados por su claridad ideológica.
La revolución cubana y la venezolana son muy diferentes, cada una con sus particularidades, pero las dos son bolivarianas y martianas. Para llegar a la primera conclusión no hay que hacer ningún esfuerzo, basta saber que Martí fue el más bolivariano de los latinoamericanos de su época. Las explicaciones tenemos que darlas es para convencernos de que la nuestra es también martiana porque hay mucha incomprensión y prejuicios con la revolución cubana que subyacen en la conciencia anticomunista instalada en el mundo por el capitalismo y el imperialismo.
Las semejanzas y coincidencias entre las ideas de los revolucionarios venezolanos y cubanos o entre la fundamentación ideológica de la revolución bolivariana y Martí son producto de las circunstancias históricas de nuestra América, de la realidad objetiva de las relaciones sociales entre explotados y explotadores, de la lucha humana y espiritual entre el bien y el mal que hombres como Bolívar y Martí, Fidel y Chávez, supieron interpretar para ponerse del lado correcto y dejarnos dibujado, con su ejemplo, el mapa de la emancipación.