Aventis

El desconocimiento de la realidad venezolana

El gobierno bolivariano del presidente Nicolás Maduro Moros, encabezado por una cúpula que desconoce la realidad del país, ha caído hipnotizado una vez más, ante la actitud asumida por la Unión Europea, (UE), porque, de una manera progresiva vienen cayendo en su misma trampa al izar la bandera de la corrupción y el acto asumido contra Oscar Pérez, un hombre cristiano y respetuoso de los derechos humanos.

Estamos en plena guerra asimétrica de cuarta generación y una campaña presidencial que, solo tiene a su favor la decisión del Consejo Nacional Electoral. (CNE).

Lo más grave, es la gran carga social de la familia venezolana, cayendo en el desempleo, pobreza y la inseguridad de salir para cualquier punto del país.

Para el que escribe este comentario, la mayoría de los problemas mencionados tiene un solo origen, nos referimos al modelo "socialistoide" que se impuso hace 60 años en el mundo global , este sistema produce todos los problemas que mencionamos, los ciudadanos deben preguntarse: ¿Por qué existe el desempleo? ¿Por qué hay tanta corrupción? ¿Por qué está tan mal la economía? ¿Por qué debemos pagar tantos impuestos para mantener una clase de privilegiados? ¿Por qué tanta burocracia? ¿Por qué tenemos mala infraestructura? ¿Acaso no tenemos muchas instituciones, mucha reglamentación, con monopolios estatales, apertura económica limitada y un clientelismo político que da pena? ¿No son los partidos políticos que han gobernado los que nos han dejado los grandes problemas? Siendo mi persona de ideas progresista.

Mi otra pregunta ¿cómo vamos a resolver este problema? ¿Seguiremos gastando más y más como lo piden los estatistas asesores para beneficiar a los funcionarios públicos enchufados y un ala militar?

Recordemos, aquel 4 de febrero y este lunes 15 de enero. ¿Cuál es la diferencia? A uno, se le perdonó, a otro lo ejecutaron. A uno, se le trato de héroe, al otro de terrorista. ¿Es que los izquierdistas de hoy, son verdaderamente socialistas o comunistas?

De verdad, no son nada, todos vienen de la juventud revolucionaria copeyana y otros de la vieja Acción Democrática y, se acobijaron en el Psuv, cuna de verdaderos alacranes en disputa del poder.

Los hechos de hoy, No es un acontecimiento político, cualquiera que pudiera dejarse pasar de manera desapercibida esta realidad.

Oscar Pérez está en el alma de los venezolanos, cualquiera sea su participación ideológica.

De alguna manera, Ramos Allup esta ligado al gobierno bolivariano por nexos familiares y, ya no hay figura emblemática en dicho partido, lo real es que solo existe un simbolismo y los socialdemócratas se encuentran incrustados en el Psuv, con sus asesores y políticas liberalistas y neoliberales que pulverizan el ideario y programa fundamentalista de la patria, idea proyectista del Comandante Hugo Chávez Frías. Esto, no lo puede obviar el ala militar que acompaña a Nicolás Maduro Moros en el poder.

En el buen termino y su sentido, debemos ir a una revisión de la izquierda venezolana. Porque el Psuv, ha sido secuestrado por el neoliberalismo. Y, de ello, somos víctimas, todos los venezolanos.

No le queda otro camino a la socialdemocracia que buscar albergue, que irse para otras tiendas que están levantando las banderas del mejor ideario socialdemócrata clásico y/o fundar un nuevo movimiento que reivindique los principios doctrinarios originarios del proyecto socialdemócrata desarrollado en el país en la última mitad del siglo XX. El Psuv es un partido de derecha. Así lo convirtieron, en una baratija.

Se fueron con la globalización neoliberal. Digan la verdad sobre Dólar Today y, porque los están bloqueando sistemáticamente, hasta llegar a una intervención de orden militar con fuerzas de la alianza, otra cosa, porque hay cambios de última hora en el gobierno de La Habana y el único hijo de Raúl Castro va a otro cargo de dirección ministerial y política. Ahí, sin duda, desvíos en la izquierda latinoamericana, a excepción de Bolivia, Evo, como indigenista se muestra recio y ama al pueblo.

Y para "el que no quiere caldo, dos tazas". Así, me hicieron en Colón, no me tomé una sopa de cebolla y me la repitieron como único plato quince días.

Estamos, cerca de hablar de un Estado fallido. Y, contra esa estructura anarquizada luchó Oscar Pérez, jamás será un terrorista, luchó por sus ideas por el bien de todo un pueblo.

Venezuela, llegue a ser un Estado fallido, poniendo el dedo en la llaga en las verdaderas causas del grave deterioro de la seguridad ciudadana en nuestro país, de las reales razones del alto índice de muertes violentas producto de asesinatos, especialmente por ajustes de cuentas, de la captura de la juventud vulnerable por las redes del crimen organizado y del narcotráfico, y sobre la factura que se nos está pasando por caminar hacia la triste realidad de una sociedad que parece haberse resignado a vivir en medio de grandes desigualdades y cruenta violencia.

Hace tiempo, en nuestro propio caso y en varias de las columnas de opinión que me publica la web, un grupo de hombres de izquierda y filósofos, venimos hablando, que nos encaminamos hacia un Estado fallido.

Los creadores de este término afirman que un Estado fallido es aquel que muestra un fracaso social, político y económico; que se caracteriza por tener un gobierno ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio; no provee ni puede proveer servicios básicos; presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad. (John Sebastián Zapata Callejas, "La teoría del Estado fallido: entre aproximaciones y disensos".)
Aunque cueste creerlo y reconocerlo, ¡vamos por ese camino! Los objetivos indicadores sociales de la desigualdad, del desempleo, de la precarización del mismo, de la pauperización y del alto endeudamiento salarial, de la concentración de la riqueza, de la deserción escolar, del crecimiento del número de personas habitantes de la calle, de la corrupción, del tráfico de influencias, del desencanto de la gente con la política, etc., nos llevan a que nos estalle en la cara el Estado fallido

.Desde nuestra perspectiva, esta posibilidad es creciente en la medida que las políticas públicas para evitarlo se sigan debilitando, especialmente aquellas destinadas ya no solamente a fortalecer los mecanismos represores de todas las formas de violencia criminal y delincuencial; sino, y lo más importante, los mecanismos integrales de la prevención del delito que pasan por un vuelco estratégico en el abordaje de la exclusión y la vulnerabilidad social.

Ni lo uno, ni lo otro es posible si se sigue apostando a esas consignas fundamentalistas de corte neoliberal del recorte del gasto, de la contención del gasto. Los candidatos presidenciales que las están enarbolando en este momento están mintiendo descaradamente, pues ya no es posible niveles mayores de restricción y de recorte del gasto y de la inversión en aquellas áreas y servicios que, precisamente, vienen a representar la necesaria muralla para que no termine de imponerse, de manera definitiva, el Estado fallido.

Por otra parte, la penetración del narcotráfico, paramilitarismo y del crimen organizado en el tejido social, tanto por arriba pero especialmente por abajo, incrementa la necesidad de un fortalecimiento del gasto y de la inversión pública en esas áreas vulnerables pero que también están presentando servicios públicos ya vulnerados por tanto recortismo irresponsable, irracional e irreflexivo.

Solamente en el ámbito de la seguridad resulta urgentísimo fortalecer los diversos cuerpos policiales en recurso humano, en equipamiento, en tecnología, en trabajo y salario decente, por ejemplo.

Si no ya, estamos perdiendo la batalla de la seguridad ciudadana en varios órdenes: en los barrios azotados por la pobreza y la criminalidad; en los puestos migratorios, pues aquí Raymundo y todo el mundo está entrando fácilmente ante fronteras porosas; la matazón en las carreteras y la enorme inseguridad al transitar por ellas; las debilidades del control fiscal contra el robo de impuestos; la pérdida paulatina de la soberanía y la seguridad ecológica en los parques nacionales cediéndosele al narco; la seguridad carcelaria sigue precarizándose; la policía judicial en restricción de gasto frente a la abundancia de recursos del crimen organizado; etc.

¿Cómo pretenden recortar más gasto en estas áreas si ya están al tope de lo tolerable con su operatividad altamente comprometida producto de esa suicida austeridad? Y, ¿cómo tenemos las políticas públicas para poblaciones en riesgo social, en vulnerabilidad de pobreza, en barrios urbano-marginales, en barriadas de sectores medios altamente endeudados? ¿Cómo están esas políticas en materia de deporte y recreación, en cultura y en juventud, en cívica y valores? Nada de nada. ¡En total precariedad presupuestaria!

Efectivamente, hay un serio problema de organización fiscal. Pero más serio es todavía el problema tributario-estructural y su alta naturaleza regresiva.

La propuesta electoral del recorte del gasto, de la restricción del gasto es demagogia pura y gran irresponsabilidad. Si del Gobierno central se trata, asumido integralmente en sus varios componentes, ya no hay espacio para más recortes.

Es precisamente en este ámbito del Estado donde se encuentra ese gran espacio de servicios públicos urgidos de ser fortalecidos pues, precisamente, son los que están ocupando con urgencia los sectores sociales en miseria, en pobreza y en vulnerabilidad de pobreza; precisamente el mejor caldo de cultivo para alimentar el crecimiento del riesgo del Estado fallido. ¡A otros con ese cuento de la contención y de la restricción del gasto! A esta consigna no le voto yo.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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