En el 2013, en la Parroquia 23 de enero inauguraron el jueves Santo una capilla a la cual le dieron el nombre de "Santo Hugo Chávez". Recientemente (1/09/14) María Estrella Uribe, en el contexto del III Congreso del Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV), el partido más importante pro gobierno, le cambió la letra al "Padre Nuestro" y se la dedicó al expresidente de la República, Hugo Chávez. El diputado del PSUV, Andrik Cordero (2013) declaró: "Hablar de Chávez es hablar de un Santo, ese hombre dejo de ser terrenal sin duda, estaba en otro plano, su visión era impresionante y futurista, quien podía ver lo que Chávez veía, solo Jesús, o alguien enviado por Dios, nadie más".
Desde el presidente Nicolás Maduro, todo el tren gubernamental, militares y los militantes chavistas han optado por llamarlo: "Comandante Eterno", "Comandante Supremo". "Si nuestro comandante Chávez ha sido bautizado el Cristo redentor de los pobres de América, nosotros somos sus apóstoles". "Si hay alguien que se ganó la vida eterna, ese es Hugo Chávez". "Nosotros sabemos que nuestro comandante ascendió hacia esas alturas y está frente a Cristo; alguna cosa influyó para que se convoque a un Papa suramericano" (Maduro, 2013: 3). Desmontar ese culto va a costar mucho. El gobierno de Maduro contribuye en el fortalecimiento de ese mito como proceso de unificación de las fuerzas revolucionarias.
Ya al inicio de la campaña electoral, que lo acabaría llevando al Palacio de Miraflores, Maduro afirmó en un encuentro celebrado en la casa natal de Chávez en Barinas que este se le había aparecido en forma de «pajarito chiquitico». Maduro relató su experiencia del 2 de abril de 2013, sentado junto a los hermanos de Chávez: «Lo sentí ahí como dándonos una bendición, diciéndonos: 'hoy arranca la batalla. Vayan a la victoria. Tienen nuestras bendiciones'. Así lo sentí yo desde mi alma». El entonces candidato explicó emocionado que el pájaro «se paró en una viga de madera y empezó a silbar, un silbido bonito», dijo imitándolo. «Me lo quedé viendo y también le silbé, pues. 'Si tú silbas yo silbo', y silbé. El pajarito me vio raro, ¿no? Silbó un ratico, me dio una vuelta y se fue y yo sentí el espíritu de él», remarcó.
El de la avecilla que hablaba con Maduro fue el primer episodio, pero hubo más. El 12 de junio del 2013, Maduro aseguró en un mitin celebrado en Mérida que Chávez se le había aparecido de nuevo en la forma de un pitogüé, una especie local cuya característica principal es su grito agudo y prolongado. Luego, superado ya el fragor electoral, Chávez se «manifestó» en las obras de ampliación del metro de Caracas, afirmó Maduro exaltado entonces mientras mostraba la fotografía de una pared del metro en la que creía distinguir la efigie del ex presidente Chávez (Maduro, 2014, 5).
Para Rafael Osío Cabrices (2013), después de la muerte de Chávez se "institucionalizó el fanatismo", todo un programa planificado, según él, para rendirle culto al ex presidente, advierte que el culto a Chávez es un riesgo para Maduro y para cualquiera que ocupe su lugar, chavista o no. Apenas Maduro empiece a tomar decisiones que no complazcan a la mayoría, se expone a que dentro de ésta comience a decirse que él no es como Chávez, que eso no estuviera pasando si Chávez viviera.
Los ojos de Chávez colocados en franelas, vallas y en las tarjetas electorales parecen estar viendo y vigilando permanentemente. No es extraño oír decir a Maduro que Chávez no está muerto sino vivo, y que gobernará a través de él. Los chavistas acostumbrar a gritar la consigna "Chávez Vive, la lucha sigue". "Chávez está en todas partes, Chávez somos todos".
Nelson Bocaranda en su columna Runrunes acusa que "Chávez es ya un culto religioso. Una nueva Santa Evita, Su imagen se ve por doquier: en calles, carteles, murales, hasta en camisetas. ¡Su voz se escucha desde los televisores exclamando "Yo soy un pueblo!". Y se ve a Chávez al lado de una imagen de Jesús" (Bocaranda, 2012, 5). Juan Pablo Lupi, un experto en literatura latinoamericana, compara el fenómeno con el de Evita Perón en Argentina o el del "Che" Guevera. El caso de Chávez, dijo, "ha sido algo muy bien orquestado, un proceso de fabricar un mito y de apelar a la emoción y a la devoción religioso del pueblo, es algo cuasi religioso". Lupi pronosticó que el chavismo sin Chávez continuará porque "el mito ya está allí y todo esto ha sido elaborado de manera muy, muy cuidadosa (James, 2013: 2)".
V. El culto a Chávez en los textos escolares
Desde mediados del 2011, el Gobierno ha distribuido gratuitamente a todos los alumnos de las escuelas oficiales los libros de la Colección Bicentenaria. En total, son 70 títulos y más de 35 millones de ejemplares, que forman parte de la bibliografía utilizada en la formación escolar. Según algunos críticos: "En muchos de ellos, hay manipulaciones históricas, propaganda a los programas sociales del Gobierno, culto a la personalidad de Chávez y falsificación de hechos", como advierte Mariano Herrera, director del Centro de Investigaciones Culturales y Educativas (Cice). (Herrera, 2014, 11).
Según el coordinador del doctorado en Educación de la Universidad Central de Venezuela, Tulio Ramírez, es tal el desequilibro de contenido a favor del actual gobierno que, en el libro de historia de 6º grado, titulado "Venezuela y su gente", dedica 20 páginas a nueve presidentes (desde la Junta de Gobierno de 1958 hasta Rafael Caldera II 1998) y 26.5 páginas al gobierno de Hugo Chávez (Ramírez, 2013, 21). En esta crítica estamos totalmente de acuerdo con Ramírez.
Javier Tarazona, presidente del Colegio de Profesores del Táchira, hace una fuerte crítica a La Constitución Nacional Infantil que entrega el Ministerio de Educación, ya que este texto tiene diez veces la figura del fallecido presidente Chávez -incluyendo la portada- y sólo cinco veces a Simón Bolívar. También aparece Nicolás Maduro tres veces y la mayoría de figuras que animan el texto están vestidas de rojo, con boinas, la estrella y simbología usada en política por el partido de Gobierno.