No solamente a Maduro se le puede presentar un enfrentamiento electoral pacífico con el candidato del imperialismo en los próximos meses. Hay otras posibilidades. Esta coyuntura también podría derivar en la tan solicitada, por los mamotretos del monstruo, invasión del Frankenstein militar norteamericano. Esa hipótesis de conflicto armado no es nada nueva y para la misma se ha preparado nuestra FANB, fundamentando su apresto operacional, con la doctrina militar bolivariana que prepara a todos sus componentes, y a la Milicia Bolivariana, para la guerra asimétrica de todo el pueblo.
De todas las desgracias que pueden azotar a nuestro pueblo esta es la peor, la más drástica, la más dolorosa y la que piden desesperadamente, sin tapujo, conocidos personajillos, paridos en nuestro suelo, en su transitar ridículo por la corte imperial. Se atreverán los creadores de la maquinaria militar infernal norteamericana, destinada a cumplir con el destino bíblico del apocalipsis, a encarnar la religiosa profecía. Si lo hacen ya saben lo que les espera en términos cristianos. Será el fin del imperialismo norteamericano y la creación libre de la Tierra y el cielo de Nuestra América.
Cuando la realidad dramática de la América Nuestra se juegue su destino frente al imperialismo norteamericano todo el mundo entenderá, por fin, el objetivo histórico de la liberación nacional que algunos olvidan, sumidos en las pequeñeces de ambiciones subalternas. Llegado el momento la lucha será entre macabeos y no macabeos decidiendo en el siglo XXI la suerte de la humanidad con el entierro de los gigantes que llevan siete leguas en las botas. Cuando Chávez decía que ésta es una revolución pacífica, pero no desarmada, sabía lo que decía.
La locura puede ser desatada por el esquizofrénico redentor de la supremacía blanca que como un Nerón, al incendiar a Roma, puede cometer el desatino de prenderle fuego al planeta para iniciar la última guerra mundial. Eso es lo que están buscando tantos irresponsables que no tienen ni la más mínima idea de la atrocidad que buscan tentando al diablo en vez de aceptar la oferta pacífica y democrática, que ofrece la revolución bolivariana, de unas elecciones libérrimas que no sean como aquellas del "acta mata voto" a que nos tenían acostumbrados. Pero la contrarrevolución es así y no se aplacará nunca mientras exista el capitalismo y el imperialismo.