Chavismo y acumulación originaria

Dentro del inmenso arsenal de conceptos elaborados por Karl Marx, nos encontramos con el de acumulación originaria de capital que pudiera ser definido como un preconcepto genético que permite al autor vincular su teoría del materialismo histórico, con la aparición del modo de producción capitalista que implica nuevas relaciones sociales de producción, enlazándolas a la presencia de un Estado en transformación o transición donde predomina la monarquía feudal con participación de una prospera burguesía comercial y una menos influyente burguesía industrial.

La acumulación originaria para el "Topo", parte de sus observaciones históricas sobre el nacimiento del capitalismo en la Inglaterra ubicada en los siglos XV y XVI, cuando concomitantemente la incipiente industria de telas de Manchester provocó que los terratenientes en el campo expropiaran a los pequeños propietarios libres, con el objeto de cambiar la vocación agrícola de las tierras para dotar de insumos (carnes y lana ), a la creciente demanda de la urbe, lo cual generó por una parte el éxodo de los pequeños propietarios empobrecidos a engrosar las filas del cada vez más numeroso proletariado que desprotegido por la ausencia de leyes laborales con jornadas diarias de 12 y más horas , abarató los costos salariales en aras de la gran industria y su acumulación ampliada de capitales, y por la otra liquidando la pequeña industria artesanal de pueblos y caseríos lo cual redundó también en beneficio de las empresas urbanas mecanizadas. El concepto de acumulación original del capital, ha sido uno de los más vilipendiados y mal entendidos del pensamiento marxista; importantes economistas procapitalistas como Joseph Schumpeter , Lidwin Von Mises y Friedrich Hayek han dirigido sus críticas en diversos sentidos, el primero destaca que Marx cae de acuerdo a su linealidad en la sucesión de los modos de producción que se enfrentan en una irreconciliable lucha de clases sociales: esclavismo clásico, feudalismo, capitalismo, socialismo, en una suerte de contradicción como la de quien fue primero, si el huevo o la gallina, ya que para este autor es inexplicable que el Estado Absolutista con definidos rasgos feudales, se haya puesto a favor de la naciente burguesía, su antagónica enemiga de clase. Además, Schumpeter acota que la industrialización de los EEUU y Australia en los siglos XVIII y XIX, siguieron sus propias especificidades, rompiendo con el paradigma pautado por Inglaterra, hecho del cual el mismo Marx se percató en sus comentarios sobre la expansión colonial británica.

Por otra parte, Lidwing Von Mises y Friedrich Hayek, plantean que la aparición de las clases representativas de la relación capital-trabajo asalariado (burguesía-proletariado), no es consecuencia de la acumulación original, si no producto de la falta de competitividad entre las diversas industrias artesanales frente a las innovaciones técnicas de emprendedores privados ubicados en centros de alta densidad poblacional, lo cual provocó que el pequeño artesano independiente se bifurcara de acuerdo a su eficiencia en burguesía y proletariado; los más aptos tecnológicamente se transformaran en burgueses y los menos eficientes hicieron una metamorfosis hacia el proletariado. Dichas aseveraciones están sustentadas en una amplia y detallada investigación sociológica-historiográfica donde se constata que en Inglaterra, EEUU y Australia muchas familias de las élites industriales provienen de núcleos familiares latifundistas u obreros.

Las críticas a la acumulación originaria son ricas en determinaciones teóricas, pero no pueden ser utilizadas para invalidar científicamente al marxismo, ya que este concepto no se debe aislar de la totalidad del cuerpo teórico al cual pertenece, so pena de descontextualizarlo y desvirtuarlo; para poder entender la acumulación originaria de capital ( A.O.C ), dentro del marco de la lucha de clases sociales producidas en la sucesión de distintos modos de producción (M.O.P), específicamente el M.O.P feudal versus M.O.P capitalista, es necesario entender que las categorías teóricas del marxismo son genético-estructurales, es decir que no sólo nos explican el origen de los procesos históricos singulares, también analizan las complejas relaciones estructurales de la realidad económico-social de un sistema dialectico donde el todo es mayor que la suma de sus partes, como sería el uso del concepto de formación económico social (F.E.S ), definido por Marx como la coexistencia simultanea de M.O.P diferentes, hegemonizados por uno dominante que en el caso de la A.O.C, está representado por el M.O.P feudal y en el sistema capitalista o F.E.S de los siglos XX y XXI, el predominio lo ejerce el M.O.P capitalista mediante dos mecanismos de control social como son, el mercado que ejerce su dominio por la vía del placer que reporta la satisfacción de las necesidades y el Estado.

Además, el mercado actúa como la instancia social que canaliza los flujos del plustrabajo del M.O.P feudal generados por los siervos, con la plusvalía del trabajador asalariado u otras formas de explotación; a guisa de ejemplo podemos señalar que en nuestro mundo de hoy los flujos de riqueza generados por una comunidad de pescadores comunitarios o un mecánico independiente son articulados a la F.E.S conjuntamente con la plusvalía generada por los trabajadores asalariados. Por otra parte, el Estado se constituye como escenario de poder ideológico, político. Jurídico, cultural donde coexisten en su Dirección diferentes clases sociales dominantes, e incluso con subclases privilegiadas de trabajadores subordinadas a la hegemonía cultural de las élites dominantes capitalistas, tal como lo plantea posteriormente Antonio Gramsci.

Como podemos observar, el uso magistral de la dialéctica por parte de Marx de un concepto genético-histórico como el de acumulación originaria, con categorías estructurantes como las de modo de producción y formación económico social, son una anticipación a los conceptos estructuralistas de sincronicidad o discontinuidad y diacronicidad o continuidad de los fenómenos históricos, establecidos por Saussure. Lo sincrónico estaría constituido por los conceptos de M.O.P y F.E.S, en tanto que lo diacrónico está representado en la acumulación originaria. Estos importantes conceptos marxistas fueron rescatados del ostracismo a los que fueron condenados por el materialismo mecanicista oficializado por Estalin en la década de los 40 del siglo pasado por los intelectuales italianos Emilio Sereni y César Luporini. Posteriormente en los años 60 de ese mismo siglo, en una demostración que el marxismo es una corriente viva del pensamiento revolucionario, se retoma el problema del Estado y la lucha de clases implícitos en la discusión anterior, entre dos neomarxistas como Ralph Miliband y Nicos Poulantzas; el primero de ellos plantea que el Estado puede ser colonizado por grupos sociales en pos de cuotas de poder y en tal sentido dependiendo de su origen, educación, ideología, entre otros factores; dichos grupos pueden orientar la conducción política del Estado hacia la construcción del socialismo, en una suerte de Capitalismo de Estado. Por su parte Poulantzas no descarta tales alianzas interclases , e incluso llega a plantearse la posibilidad de pactos entre subclases burguesas con élites del proletariado gerencial o sindical, pero niega la posibilidad y en eso coincide con el Anarquismo Libertario, de una transformación socialista del mundo mediante el Estado, y en eso la historia le ha dado la razón, debido a que todos los intentos que se han hecho por esta ruta fracasaron , las revoluciones: bolchevique, china, vietnamita, cubana, allendista, chavista, etc. Son un vivo ejemplo de ello.

Nótese que, en los ejemplos citados, entran tanto revoluciones radicales, como reformistas, todas ellas fracasadas debido a que el poder omnímodo del Estado conduce al egoísmo supremo, por lo cual se abortan los ideales socialistas. Venezuela es el ejemplo palpable de este planteamiento, el hombre nuevo fue suplantado por el Frankenstein bachaquero alejado de la vacua consigna de que "el pueblo salva al pueblo", el chavismo nos habla de una guerra económica liderada por EEUU y sus representantes locales de la parasitaria burguesía nacional, lo cual no dudamos, pero nos cuesta entender como la gran beneficiaria de la deuda privada interna contraída por el Estado asciende aproximadamente a 270 mil millones de dólares que se dilapidaron en corrupción cínico-militar, o como al Gran Satán de Lorenzo Mendoza, dueño de la corporación "Polar", el Estado le haya otorgado :

En el año 2012 la cifra de 471 mil millones de $

En el año 2014 el monto de 566 mil millones de $

En el año 2016 la cantidad de 2290 mil millones de $

Esa serie exponencial de transferencia de riqueza que acabamos de observar es injustificable desde todo punto de vista, ya que demográficamente la población ha permanecido constante e incluso mermado por la alta emigración de jóvenes en búsqueda de oportunidades en el exterior y por una marcada tendencia a la disminución el consumo per cápita. Pareciera que estamos ante un gobierno suicida, que enriquece a sus enemigos mientras arrecian su ofensiva económica. En el finalizado mes de enero, Maduro y el gabinete económico en un gesto tragicómico de populismo tropical que pretende salvar su revolución cínico-militar, anunció la entrega a las cadenas de comercialización más importantes del país incursas en la guerra de precios contra el pueblo, de 4 billones de Bs como un adelanto para el año en curso de 6 billones de Bs adicionales, es necesario recordar la denuncia del Fiscal General de la República Tarek William Saab cuando manifestó que los grandes importadores sobrefacturaban ante CADIVI obteniendo sobreprecios de hasta un 170.000 %. Así mismo nos encontramos con la presencia dentro del Estado de lo que ridículamente los yanquis han llamado "agentes del terrorismo árabe en Venezuela", que simplemente son los ministros y altos funcionarios hijos de una burguesía importadora fundamentalmente de origen sirio o libanes.

Por otra parte, encontramos que dentro de la más amada institución madurista como es la Asamblea Nacional Constituyente, Luis Britto García da a entender como el Cándido de Voltaire que fue engañado de nuevo por juristas proimperialistas como Hernan Escarrá. Con la aprobación de la ley de inversiones extranjeras a la que Luis Brito denomina como ley "termineitor"por lo lesiva que es a los interese nacionales .

Entre tanto la patria se cae a pedazos, no hay sueldo que resista la hiperinflación, las cosas: viviendas, vehículos, ropa, mascotas y entes en general, se diluyen a nuestro entorno y con ellas nuestra existencia se dirige raudamente hacia la nada.



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José Burelli

Economista. Maestría en Relaciones Internacionales. Subdirector de Cultura UNESR. Profesor de la UNEFA, Universidad Pedagógica de Caracas.

 joseburelli@hotmail.com

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