_ Ya la revolución tiene su candidato y por esa opción hay que ir a votar aunque tenga sus bemoles y sea controversial.
_ ¿De cuál revolución estamos hablando?
_ Pues de ésta camarada. La única que tenemos aunque no sea la que tú y yo soñamos alguna vez y por la cual hay que seguir luchando sin perder la fe en el porvenir.
_ Aquí no hay ninguna revolución sino más y más capitalismo, populismo, socialdemocracia, reformismo, represión, especulación, corrupción y debacle petrolera.
_ De todo eso hay, imposible negarlo pero también hay una revolución inédita que tampoco se puede negar.
_ ¿Dónde está esa revolución que tu defiendes, acaso es una revolución invisible?
_ No es una revolución invisible ni pasa desapercibida para la burguesía ni el imperialismo. Esos igual a "los cometas en el cielo, que van por el cielo dormidos engullendo mundos" tienen nombre y apellido: el Departamento de Estado, la CIA, las transnacionales, el complejo militar industrial norteamericano, los supremacistas blancos, el fascismo, los gobiernos de ultraderecha de América Latina y el Caribe, la OTAN, el sionismo y la Unión Europea, todos ellos van por la Tierra devorando pueblos. Estos "gigantes que llevan siete leguas en las botas" quieren ponerle la bota encima a esta revolución, que es su enemiga jurada, a la cual tienen bien identificada y le han declarado la guerra a muerte.
También hay una fuerza popular que defiende a esa revolución y la visibiliza con su lealtad siendo fiel a una concepción heterodoxa del socialismo del siglo XXI a la cual le temen la burguesía y el imperialismo. Son millones de venezolanos quienes, con su voto, recuperaron la mayoría electoral en las últimas tres elecciones, impecablemente democráticas, transparentes y apegadas a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Con esa mayoría desposeída, humillada y explotada, por el capitalismo salvaje, pero llena de esperanza emancipadora hay que correr todos los riesgos con la mirada puesta en el horizonte del cambio histórico.