Clientelismo Autoritario

El modelo rentístico extractivista agotado desde finales de los setenta, marcha hacia su colapso, acelerado por la caída de la producción de hidrocarburos debido a graves deficiencias estructurales en la gestión operativa y estratégica de PDVSA, en las que se ven las costuras de una corrupción de modalidades y dimensiones espantosas.

Con el derrumbe de ese modelo se queda sin sustento el sistema político clientelar que nació en la cuarta y se reprodujo en la quinta república, oxigenado por un petroestado repartidor de renta y constructor de lumpen burguesías parásito-rentistas. En el ejercicio de la función pública y de la política con "p" minúscula, lograr "lealtades" a costa del uso discrecional de los bienes públicos se facilita al máximo, si se elimina, flexibiliza o suspende el control social, legal y constitucional.

Eso explica en parte por qué la cúpula del Gobierno-PSUV rompió con la constitución bolivariana y algunas de sus leyes derivadas fundamentales. Lo ha hecho, gobernando por decretos ejecutivos "excepcionales" y "leyes constituyente", creando una superestructura para-legal prolongándole la vida al moribundo sistema, a través de un clientelismo de nuevo tipo, el "clientelismo autoritario". Para mantenerse en el poder, en un escenario de alto rechazo popular y precarización social masiva galopante, optó por enfocarse en una "clientela cautiva" agrupada a través del "carnet de la patria" e integrada por quienes reciben o aspiren recibir subsidios sociales. Se creó así, una relación cuasi-político interdependiente entre gobierno y beneficiarios de las Misiones, condicionando el apoyo oficial al compromiso tácito del respaldo político incondicional a esa cúpula.

El siguiente paso que ha dado en su escalada autoritaria ha sido la conversión de la institución gubernamental "Somos Venezuela", integrada por beneficiarios de las Misiones Sociales debidamente carnetizados, en un partido con tarjeta propia dirigidos por prominentes dirigentes del PSUV y a la vez del gobierno, para apoyar la reelección del Presidente Maduro. De esta manera se consuma la fusión orgánica entre un ente estatal y el partido en el poder, deslindándose radicalmente de la Constitución y su modelo de estado democrático ¿Doble militancia? ¿Qué pasará con el PSUV? ¿Hay cambio de paradigma o de caballo a mitad del río o de ambos?



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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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